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Fiambres, muertos y algún santo por allí

Carolina Castellanos
02 de noviembre, 2018

Esta semana se volvió un fiambre por la nueva acusación que CICIG hizo en contra de varias personas relacionadas con el caso El Infiernito.  Ese caso ya fue juzgado y no hubo pruebas que pudieran condenar a los acusados.  Pero resulta que CICIG dice que hay nuevos hechos que justifican las capturas.  Llegan al extremo de decir que citarán a Erwin Sperissen para indagarlo.  Me pregunto cómo lo harán, pues él está en Suiza a la espera de la resolución final del Tribunal Federal por las falsas y montadas acusaciones que la misma CICIG hizo en contra de él.  Erwin ya envió sus comentarios al respecto en un video que circuló por redes, donde dice que ya fueron absueltos él, Vielman y Figueroa.

Fue tal el fiambre que armó la CICIG que, nuevamente, violaron la Constitución, ¡y dos veces!  Una viola el artículo 7 que ordena notificar inmediatamente a la persona detenida, verbalmente y por escrito, la causa de su detención.  La otra viola el artículo 13 que, en su segundo párrafo, dice que el acusado no puede ser presentado ante los medios de comunicación sin antes haber sido escuchado por un juez.  Todos fuimos testigos de ambas violaciones.

¿Qué hay detrás de todo esto? Mi percepción es que CICIG está viendo cómo rescata su imagen (tarea, a mi criterio, imposible), pues se le cayó su caso emblema: Pavón.  Perdieron en Guatemala, en España, en Austria y estamos seguros que también en Suiza.  Consecuentemente, arman un fiambre de miles de libras para revolverlo todo y lograr, por lo menos, tirar por el suelo la imagen de los acusados violando su presunción de inocencia.

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Otro fiambre es el convenio firmado entre el Tribunal Supremo Electoral y la CICIG.  Esto tiene que convertirse en el próximo muerto. CICIG no tiene injerencia en esto pero eso no le importó a Velásquez quien, seguramente, coaccionó o amenazó a los magistrados para que aceptaran firmar semejante documento.

Para que quedemos empachados, el fiambre adicional lo hicieron cuatro diputados con su propuesta de ley mordaza.  En ésta condenan con 2-3 años de prisión a todo aquel que se atreva a criticar a los políticos, ya sea en sus cargos, como candidatos o lo que sea.  También imponen multas a las empresas donde trabajan los acusados. ¡Esto se pasa de inaudito! La libre expresión del pensamiento queda anulada con esta propuesta de ley, que no aguantará medio segundo de análisis constitucional.  El verdadero fiambre aquí es si están sacando esto para esconder otras acciones y así desviar la atención.  Ya veremos qué pasa.  Por de pronto, tomar un digestivo es una buena idea.

El muerto es la CICIG.  Esta semana solicitaron la renovación de la visa a Iván Velásquez y, nuevamente, se le negó.  No sé qué parte de “no” les resulta incomprensible.  El ex comisionado está teniendo estertores de muerte, por lo que decide seguir actuando como si continuara en el cargo.  El personaje a cargo de la FECI, sabiendo todo esto, viajó a El Salvador a reunirse con Velásquez.  Estoy segura que es ilegal, pues Velásquez ya no es el comisionado.  Ese cargo está más que muerto para él.  Me alegra que el Gobierno de Guatemala se sigua manteniendo firme en su decisión.

Tiene que haber algún santo por allí que logre algunos milagros. Uno de ellos es que el Presidente anule, de una vez por todas, el convenio con CICIG. Sí se puede hacer, de acuerdo a la opinión de varios destacados juristas. No es necesario esperar hasta septiembre de 2019.  De hecho, el riesgo es demasiado grande pues, para entonces, el proceso electoral habrá concluido.

Otro milagro, y grandote, sería que apareciera en el espectro electoral un candidato como el recientemente electo Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro.  Ha hablado de salirse de ONU, de sacar a la izquierda del país, de reducir el tamaño del Estado, de privatizar alguna cantidad de servicios públicos, de apoyar al empresariado para que pueda hacer más negocios, etc.  Estas medidas son urgentes en Guatemala pero nadie habla de ello.  Los discursos populistas que ofrecen solucionar todos nuestros problemas, están ya trillados.  No le corresponde al gobierno resolverlo todo, pero sí crear condiciones para que podamos vivir mejor gracias a nuestro propio esfuerzo.  Esto empieza por dejarnos trabajar en paz, sin tanto trámite, sin tantas regulaciones, sin tanto control excesivo.

No perdemos la esperanza de la presencia de santos pues, a pesar de todo, seguimos trabajando, produciendo, comerciando con el mundo, celebrando nuestras tradiciones y manteniendo la esperanza de un futuro mejor. Como me decía un viejo amigo bombero voluntario, ¡Dios es guatemalteco!

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Fiambres, muertos y algún santo por allí

Carolina Castellanos
02 de noviembre, 2018

Esta semana se volvió un fiambre por la nueva acusación que CICIG hizo en contra de varias personas relacionadas con el caso El Infiernito.  Ese caso ya fue juzgado y no hubo pruebas que pudieran condenar a los acusados.  Pero resulta que CICIG dice que hay nuevos hechos que justifican las capturas.  Llegan al extremo de decir que citarán a Erwin Sperissen para indagarlo.  Me pregunto cómo lo harán, pues él está en Suiza a la espera de la resolución final del Tribunal Federal por las falsas y montadas acusaciones que la misma CICIG hizo en contra de él.  Erwin ya envió sus comentarios al respecto en un video que circuló por redes, donde dice que ya fueron absueltos él, Vielman y Figueroa.

Fue tal el fiambre que armó la CICIG que, nuevamente, violaron la Constitución, ¡y dos veces!  Una viola el artículo 7 que ordena notificar inmediatamente a la persona detenida, verbalmente y por escrito, la causa de su detención.  La otra viola el artículo 13 que, en su segundo párrafo, dice que el acusado no puede ser presentado ante los medios de comunicación sin antes haber sido escuchado por un juez.  Todos fuimos testigos de ambas violaciones.

¿Qué hay detrás de todo esto? Mi percepción es que CICIG está viendo cómo rescata su imagen (tarea, a mi criterio, imposible), pues se le cayó su caso emblema: Pavón.  Perdieron en Guatemala, en España, en Austria y estamos seguros que también en Suiza.  Consecuentemente, arman un fiambre de miles de libras para revolverlo todo y lograr, por lo menos, tirar por el suelo la imagen de los acusados violando su presunción de inocencia.

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Otro fiambre es el convenio firmado entre el Tribunal Supremo Electoral y la CICIG.  Esto tiene que convertirse en el próximo muerto. CICIG no tiene injerencia en esto pero eso no le importó a Velásquez quien, seguramente, coaccionó o amenazó a los magistrados para que aceptaran firmar semejante documento.

Para que quedemos empachados, el fiambre adicional lo hicieron cuatro diputados con su propuesta de ley mordaza.  En ésta condenan con 2-3 años de prisión a todo aquel que se atreva a criticar a los políticos, ya sea en sus cargos, como candidatos o lo que sea.  También imponen multas a las empresas donde trabajan los acusados. ¡Esto se pasa de inaudito! La libre expresión del pensamiento queda anulada con esta propuesta de ley, que no aguantará medio segundo de análisis constitucional.  El verdadero fiambre aquí es si están sacando esto para esconder otras acciones y así desviar la atención.  Ya veremos qué pasa.  Por de pronto, tomar un digestivo es una buena idea.

El muerto es la CICIG.  Esta semana solicitaron la renovación de la visa a Iván Velásquez y, nuevamente, se le negó.  No sé qué parte de “no” les resulta incomprensible.  El ex comisionado está teniendo estertores de muerte, por lo que decide seguir actuando como si continuara en el cargo.  El personaje a cargo de la FECI, sabiendo todo esto, viajó a El Salvador a reunirse con Velásquez.  Estoy segura que es ilegal, pues Velásquez ya no es el comisionado.  Ese cargo está más que muerto para él.  Me alegra que el Gobierno de Guatemala se sigua manteniendo firme en su decisión.

Tiene que haber algún santo por allí que logre algunos milagros. Uno de ellos es que el Presidente anule, de una vez por todas, el convenio con CICIG. Sí se puede hacer, de acuerdo a la opinión de varios destacados juristas. No es necesario esperar hasta septiembre de 2019.  De hecho, el riesgo es demasiado grande pues, para entonces, el proceso electoral habrá concluido.

Otro milagro, y grandote, sería que apareciera en el espectro electoral un candidato como el recientemente electo Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro.  Ha hablado de salirse de ONU, de sacar a la izquierda del país, de reducir el tamaño del Estado, de privatizar alguna cantidad de servicios públicos, de apoyar al empresariado para que pueda hacer más negocios, etc.  Estas medidas son urgentes en Guatemala pero nadie habla de ello.  Los discursos populistas que ofrecen solucionar todos nuestros problemas, están ya trillados.  No le corresponde al gobierno resolverlo todo, pero sí crear condiciones para que podamos vivir mejor gracias a nuestro propio esfuerzo.  Esto empieza por dejarnos trabajar en paz, sin tanto trámite, sin tantas regulaciones, sin tanto control excesivo.

No perdemos la esperanza de la presencia de santos pues, a pesar de todo, seguimos trabajando, produciendo, comerciando con el mundo, celebrando nuestras tradiciones y manteniendo la esperanza de un futuro mejor. Como me decía un viejo amigo bombero voluntario, ¡Dios es guatemalteco!

República es ajena a la opinión expresada en este artículo