No fue ninguna sorpresa a qué venía el vicepresidente de Estados Unidos de América, Mike Pence a Guatemala. Vino a advertir a los presidentes de Guatemala, El Salvador y Honduras que hagan algo más para frenar la inmigración ilegal hacia su país.
Tengo mucho respeto por el vicepresidente Pence. Lo encuentro un hombre inteligente, honesto y mesurado. Su mensaje lo hace desde el punto de vista de su país, preocupado por el tema de Seguridad. Por ello, su mensaje es que sean bienvenidos los inmigrantes, pero con visas, es decir, legalmente.
Pero hay un problema grave en esto que dice el vicepresidente. Estados Unidos otorga un número limitado de visas. Es verdad que otorga muchas más visas que otros países del mundo, pero esa comparación no es la que sirve. La que es relevante es que esas ofertas de visas son menores a las de la demanda de las mismas. La solución sería que se incremente el número de visas para que la gente pueda emigrar legalmente a ese país.
De todos modos, el incrementar el número de visas por parte de Estados Unidos para satisfacer la demanda de las mismas no pararía toda la inmigración ya que si alguien se quiere ir y no le otorgan la visa igualmente tratara de emigrar arriesgando su vida. ¿Por qué? Por otra razón. La demanda enorme de visas para ir legalmente a Estados Unidos de América existe porque mucha gente no encuentra oportunidades de mejora de nivel de vida en estos tres países. Esta es la principal razón por la cual ocurre la inmigración. La segunda gran razón es por cuestión de seguridad. La violencia y falta de seguridad en los lugares donde viven también les hacen emigrar.
El fortalecer las fronteras no servirá de mucho. Hay demasiada permeabilidad en todas las fronteras de los países del triángulo del norte de Centroamérica y México y no digamos en la gran frontera entre México y Estados Unidos. Por más que se refuerce, la inmigración ilegal sigue encontrando lugares por donde pasar. Entre los inmigrantes existe tanta desesperación por conseguir una vida mejor que no les importa sufrir durante el trayecto y hasta posiblemente perder la vida que no intentarlo.
¿Por qué no incrementan los Estados Unidos de América el número de visas? Porque hay mucha presión de los sindicatos americanos para que no entre más gente a competir por los empleos que allá existen. Pero la realidad es que ahora más que nunca ese país puede permitir que ingrese todo aquel que quiere solicitar una visa dado que están en su mejor momento de actividad económica y prácticamente no hay desempleo. El inmigrante crea, genera riqueza, no la disminuye. El que ingresen más inmigrantes beneficiará a los americanos al igual que beneficia a los inmigrantes y sus familias.
Incrementar el número de visas otorgadas por sus embajadas les permitirá a los americanos tener un mejor control de quienes entran, disminuirá inmediatamente la inmigración ilegal y ambas partes se beneficiarán económicamente de este intercambio. Pueden ser visas temporales por trabajo, visas por un año, por lo que sea, pero eso les permitirá disminuir a un menor costo la cantidad de inmigrantes ilegales que van a su país.
Los países del triángulo norte de Centro América tienen una tarea enorme que hacer, pero no la hacen. Están copados por medidas socialistas e intervencionistas que impiden la creación de riqueza. En vez de tantas regulaciones, permisos y burocracia los gobiernos deben concentrarse en la reducción del crimen, de la violencia homicida y mejorar sus sistemas de justicia. Esto suena poco, pero es una enorme tarea por realizar.
En Guatemala, por ejemplo, no vendrán más inversiones hasta que la CC (Corte de Constitucionalidad) no resuelva la suspensión definitiva a la Mina San Rafael. Y la resolución debe ser positiva. Si es negativa, el Estado de Guatemala perderá un juicio millonario por incumplimiento y cambio en las reglas del juego. Por aún, perderá la oportunidad que otras inversiones en otros sectores vengan al país y que están en espera de esta resolución. Esto sumado a los robos de energía eléctrica que impunemente realizan entidades como CODECA, las inversiones a finca, los ataques a hidroeléctricas y todas las amenazas a emprendedores e inversionistas por parte de los legisladores imponiendo prohibiciones y regulaciones ridículas hace que nuestro país no sea atractivo para nuevas inversiones.
No culpo a Estados Unidos por su éxito y la inmigración ilegal. No culpo a los inmigrantes que arriesgan todo para tener una mejor vida. Nosotros tenemos la culpa por elegir gobiernos tan incapaces de generar las condiciones necesarias para atraer inversiones, mejorar la Seguridad y la Justicia. Hemos sido incapaces de fortalecer nuestro Estado de Derecho. Y somos incapaces de unirnos con el sólo objetivo de crear esas necesarias condiciones para que mejore el nivel de vida de todos los guatemaltecos.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo
No fue ninguna sorpresa a qué venía el vicepresidente de Estados Unidos de América, Mike Pence a Guatemala. Vino a advertir a los presidentes de Guatemala, El Salvador y Honduras que hagan algo más para frenar la inmigración ilegal hacia su país.
Tengo mucho respeto por el vicepresidente Pence. Lo encuentro un hombre inteligente, honesto y mesurado. Su mensaje lo hace desde el punto de vista de su país, preocupado por el tema de Seguridad. Por ello, su mensaje es que sean bienvenidos los inmigrantes, pero con visas, es decir, legalmente.
Pero hay un problema grave en esto que dice el vicepresidente. Estados Unidos otorga un número limitado de visas. Es verdad que otorga muchas más visas que otros países del mundo, pero esa comparación no es la que sirve. La que es relevante es que esas ofertas de visas son menores a las de la demanda de las mismas. La solución sería que se incremente el número de visas para que la gente pueda emigrar legalmente a ese país.
De todos modos, el incrementar el número de visas por parte de Estados Unidos para satisfacer la demanda de las mismas no pararía toda la inmigración ya que si alguien se quiere ir y no le otorgan la visa igualmente tratara de emigrar arriesgando su vida. ¿Por qué? Por otra razón. La demanda enorme de visas para ir legalmente a Estados Unidos de América existe porque mucha gente no encuentra oportunidades de mejora de nivel de vida en estos tres países. Esta es la principal razón por la cual ocurre la inmigración. La segunda gran razón es por cuestión de seguridad. La violencia y falta de seguridad en los lugares donde viven también les hacen emigrar.
El fortalecer las fronteras no servirá de mucho. Hay demasiada permeabilidad en todas las fronteras de los países del triángulo del norte de Centroamérica y México y no digamos en la gran frontera entre México y Estados Unidos. Por más que se refuerce, la inmigración ilegal sigue encontrando lugares por donde pasar. Entre los inmigrantes existe tanta desesperación por conseguir una vida mejor que no les importa sufrir durante el trayecto y hasta posiblemente perder la vida que no intentarlo.
¿Por qué no incrementan los Estados Unidos de América el número de visas? Porque hay mucha presión de los sindicatos americanos para que no entre más gente a competir por los empleos que allá existen. Pero la realidad es que ahora más que nunca ese país puede permitir que ingrese todo aquel que quiere solicitar una visa dado que están en su mejor momento de actividad económica y prácticamente no hay desempleo. El inmigrante crea, genera riqueza, no la disminuye. El que ingresen más inmigrantes beneficiará a los americanos al igual que beneficia a los inmigrantes y sus familias.
Incrementar el número de visas otorgadas por sus embajadas les permitirá a los americanos tener un mejor control de quienes entran, disminuirá inmediatamente la inmigración ilegal y ambas partes se beneficiarán económicamente de este intercambio. Pueden ser visas temporales por trabajo, visas por un año, por lo que sea, pero eso les permitirá disminuir a un menor costo la cantidad de inmigrantes ilegales que van a su país.
Los países del triángulo norte de Centro América tienen una tarea enorme que hacer, pero no la hacen. Están copados por medidas socialistas e intervencionistas que impiden la creación de riqueza. En vez de tantas regulaciones, permisos y burocracia los gobiernos deben concentrarse en la reducción del crimen, de la violencia homicida y mejorar sus sistemas de justicia. Esto suena poco, pero es una enorme tarea por realizar.
En Guatemala, por ejemplo, no vendrán más inversiones hasta que la CC (Corte de Constitucionalidad) no resuelva la suspensión definitiva a la Mina San Rafael. Y la resolución debe ser positiva. Si es negativa, el Estado de Guatemala perderá un juicio millonario por incumplimiento y cambio en las reglas del juego. Por aún, perderá la oportunidad que otras inversiones en otros sectores vengan al país y que están en espera de esta resolución. Esto sumado a los robos de energía eléctrica que impunemente realizan entidades como CODECA, las inversiones a finca, los ataques a hidroeléctricas y todas las amenazas a emprendedores e inversionistas por parte de los legisladores imponiendo prohibiciones y regulaciones ridículas hace que nuestro país no sea atractivo para nuevas inversiones.
No culpo a Estados Unidos por su éxito y la inmigración ilegal. No culpo a los inmigrantes que arriesgan todo para tener una mejor vida. Nosotros tenemos la culpa por elegir gobiernos tan incapaces de generar las condiciones necesarias para atraer inversiones, mejorar la Seguridad y la Justicia. Hemos sido incapaces de fortalecer nuestro Estado de Derecho. Y somos incapaces de unirnos con el sólo objetivo de crear esas necesarias condiciones para que mejore el nivel de vida de todos los guatemaltecos.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo