Política
Política
Empresa
Empresa
Investigación y Análisis
Investigación y Análisis
Internacional
Internacional
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial

Ayuda Internacional para los damnificados

Ramon Parellada
08 de junio, 2018

Escuché a un sacerdote que venía con ayuda de El Salvador para los damnificados por la tragedia del Volcán de Fuego.  Llevaba ya 12 horas de estar esperando en la frontera entre El Salvador y Guatemala pues no lo dejaban ingresar.

La canciller fue cuestionada por este tema y ella indicó claramente que ordenó que siguieran el procedimiento establecido para recibir esta ayuda.  Pero este procedimiento es complicado y resulta que tenían que ver otras instituciones y cada una tenía que dar alguna orden a otra.  En fin, un entramado burocrático que no es culpa de quienes ocupan los cargos sino de nuestro ridículo sistema de aduanas y fronteras.

El sacerdote estaba frustrado y decepcionado pues ante la urgencia no entendía por qué no podía llevar una ayuda que con mucho esfuerzo y solidaridad consiguió en su comunidad para los hermanos guatemaltecos que la necesitaban.  

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Las redes sociales no se hicieron esperar y había argumentos de indignación, así como argumentos explicando o justiciando los procedimientos.  Aquí algunas de las justificaciones:  

Muchos países mandan sus donaciones.  Todas las donaciones tiene que ser revisadas una por institución ya que entre las donaciones vienen Alimentos,
Alimentos perecederos, Medicinas, etc.

Cada una de estas donaciones tiene que ser registrada y etiquetada ya que, si se recibe algún alimento o medicamento vencido o que llegue afectar algún ciudadano, ¿a quién creen que les van a echar la culpa? 

Toda donación tiene que tener un registro sanitario ya que con eso se respalda Guatemala en que lo que se está dando a cada ciudadano afectado está bien.

Pues bien, a mí no me convence ninguno de estos argumentos.   Más bien esto ha justificado un entramado de procedimientos y burocracia que crea ineficiencias y hace más lento el salvar vidas humanas o aliviar las penas de los sobrevivientes.

Hay otras razones que aparentemente sirven de justificación para todos estos procedimientos burocráticos. 

En lo personal no me convence ninguna de estas justificaciones.  Y es que el gobierno es inútil para controlar cualquier cosa.  Encima de todo tienen el poder de la coerción y lo ejercen cuando les conviene.  ¿Pero por qué considero que la ayuda del El Salvador o de Honduras o incluso de México no debería tener restricciones?

En primer lugar, porque considero innecesarias las aduanas y los productos, así como las personas entre los países de todo el mundo deberían poder ingresar libremente.  Pero en el caso de Honduras, El Salvador y México que son nuestros vecinos, no deberíamos ni tener ninguna restricción entre las fronteras.  De hecho, Guatemala, Honduras y El Salvador han trabajado para liberar las aduanas y los obstáculos entre sus fronteras.  Con Honduras ya se avanzó algo, pero con El Salvador se estancó el tema en el pasado por el proteccionismo de algunos industriales salvadoreños.

En segundo lugar, porque el gobierno no es quien para controlar lo que la gente quiere y demanda.  La misma gente sabe que es bueno y que no.  No necesita de un papá Estado para que le digan que es bueno y que no.  Cada quien sabe lo que necesita.  Y cuando el hambre y la sed apremian, cualquier alimento es bueno.  Obviamente la gente tendrás sus precauciones en no consumir algo descompuesto, pero si el alimento le puede salvar la vida, por qué no dejarlo entrar.  Y si estos alimentos vienen de El Salvador donde los consumen a diario, por qué no dejarlo entrar.  Acaso se están muriendo los salvadoreños por consumir sus propios alimentos.  Y no son los salvadoreños nuestros principales consumidores de las verduras que se producen en Guatemala. 

Guatemala debería eliminar sus aduanas de una vez para permitir que los productos bajen de precio para los guatemaltecos.  Debe dejarse ya de proteger algunas industrias y permitir que los más pobres tengan mayor acceso a productos baratos y más competencia.  No a través de una burocrática y costosa ley de competencia sino a abrir realmente las fronteras de un solo para que se dé una verdadera competencia internacional.   Con esta apertura se cerrarían muchos empleos improductivos y se eliminaría la horrorosa corrupción que siempre ha existido en las aduanas del país.  Guatemala estaría mucho mejor.

A pesar de todo esto, no culpo a la Canciller por seguir los procedimientos.  Si no los sigue se le acusaría de violar la ley y la llevarían a juicio.  ¿Quién quiere ir a juicio, aunque por saltarse un procedimiento, aunque sea para ayudar a los damnificados?  Nadie, por supuesto.  Hizo bien en seguir el procedimiento por más ridículo e indignante que pueda parecer el que no dejaran entrar esa ayuda externa.

Pero si es ridículo que tengamos cada día más reglamentos y obstáculos al desarrollo de este país.  Y los diputados se están encargado de crear más y más trabas cada día porque piensan que hacen un bien al país.  Lamentablemente están dañando más a los más pobres.  Sólo con más desarrollo y crecimiento económico se podrán evitar tragedias como la ocurrida el pasado 3 de junio.   

Espero que terminen de cumplirse las etapas de estos engorrosos procedimientos para que en estos momentos de apremio pueda llegar la ayuda de emergencia a quienes más la necesitan.   Que cada quien haga su parte lo más rápidamente posible.  

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Ayuda Internacional para los damnificados

Ramon Parellada
08 de junio, 2018

Escuché a un sacerdote que venía con ayuda de El Salvador para los damnificados por la tragedia del Volcán de Fuego.  Llevaba ya 12 horas de estar esperando en la frontera entre El Salvador y Guatemala pues no lo dejaban ingresar.

La canciller fue cuestionada por este tema y ella indicó claramente que ordenó que siguieran el procedimiento establecido para recibir esta ayuda.  Pero este procedimiento es complicado y resulta que tenían que ver otras instituciones y cada una tenía que dar alguna orden a otra.  En fin, un entramado burocrático que no es culpa de quienes ocupan los cargos sino de nuestro ridículo sistema de aduanas y fronteras.

El sacerdote estaba frustrado y decepcionado pues ante la urgencia no entendía por qué no podía llevar una ayuda que con mucho esfuerzo y solidaridad consiguió en su comunidad para los hermanos guatemaltecos que la necesitaban.  

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Las redes sociales no se hicieron esperar y había argumentos de indignación, así como argumentos explicando o justiciando los procedimientos.  Aquí algunas de las justificaciones:  

Muchos países mandan sus donaciones.  Todas las donaciones tiene que ser revisadas una por institución ya que entre las donaciones vienen Alimentos,
Alimentos perecederos, Medicinas, etc.

Cada una de estas donaciones tiene que ser registrada y etiquetada ya que, si se recibe algún alimento o medicamento vencido o que llegue afectar algún ciudadano, ¿a quién creen que les van a echar la culpa? 

Toda donación tiene que tener un registro sanitario ya que con eso se respalda Guatemala en que lo que se está dando a cada ciudadano afectado está bien.

Pues bien, a mí no me convence ninguno de estos argumentos.   Más bien esto ha justificado un entramado de procedimientos y burocracia que crea ineficiencias y hace más lento el salvar vidas humanas o aliviar las penas de los sobrevivientes.

Hay otras razones que aparentemente sirven de justificación para todos estos procedimientos burocráticos. 

En lo personal no me convence ninguna de estas justificaciones.  Y es que el gobierno es inútil para controlar cualquier cosa.  Encima de todo tienen el poder de la coerción y lo ejercen cuando les conviene.  ¿Pero por qué considero que la ayuda del El Salvador o de Honduras o incluso de México no debería tener restricciones?

En primer lugar, porque considero innecesarias las aduanas y los productos, así como las personas entre los países de todo el mundo deberían poder ingresar libremente.  Pero en el caso de Honduras, El Salvador y México que son nuestros vecinos, no deberíamos ni tener ninguna restricción entre las fronteras.  De hecho, Guatemala, Honduras y El Salvador han trabajado para liberar las aduanas y los obstáculos entre sus fronteras.  Con Honduras ya se avanzó algo, pero con El Salvador se estancó el tema en el pasado por el proteccionismo de algunos industriales salvadoreños.

En segundo lugar, porque el gobierno no es quien para controlar lo que la gente quiere y demanda.  La misma gente sabe que es bueno y que no.  No necesita de un papá Estado para que le digan que es bueno y que no.  Cada quien sabe lo que necesita.  Y cuando el hambre y la sed apremian, cualquier alimento es bueno.  Obviamente la gente tendrás sus precauciones en no consumir algo descompuesto, pero si el alimento le puede salvar la vida, por qué no dejarlo entrar.  Y si estos alimentos vienen de El Salvador donde los consumen a diario, por qué no dejarlo entrar.  Acaso se están muriendo los salvadoreños por consumir sus propios alimentos.  Y no son los salvadoreños nuestros principales consumidores de las verduras que se producen en Guatemala. 

Guatemala debería eliminar sus aduanas de una vez para permitir que los productos bajen de precio para los guatemaltecos.  Debe dejarse ya de proteger algunas industrias y permitir que los más pobres tengan mayor acceso a productos baratos y más competencia.  No a través de una burocrática y costosa ley de competencia sino a abrir realmente las fronteras de un solo para que se dé una verdadera competencia internacional.   Con esta apertura se cerrarían muchos empleos improductivos y se eliminaría la horrorosa corrupción que siempre ha existido en las aduanas del país.  Guatemala estaría mucho mejor.

A pesar de todo esto, no culpo a la Canciller por seguir los procedimientos.  Si no los sigue se le acusaría de violar la ley y la llevarían a juicio.  ¿Quién quiere ir a juicio, aunque por saltarse un procedimiento, aunque sea para ayudar a los damnificados?  Nadie, por supuesto.  Hizo bien en seguir el procedimiento por más ridículo e indignante que pueda parecer el que no dejaran entrar esa ayuda externa.

Pero si es ridículo que tengamos cada día más reglamentos y obstáculos al desarrollo de este país.  Y los diputados se están encargado de crear más y más trabas cada día porque piensan que hacen un bien al país.  Lamentablemente están dañando más a los más pobres.  Sólo con más desarrollo y crecimiento económico se podrán evitar tragedias como la ocurrida el pasado 3 de junio.   

Espero que terminen de cumplirse las etapas de estos engorrosos procedimientos para que en estos momentos de apremio pueda llegar la ayuda de emergencia a quienes más la necesitan.   Que cada quien haga su parte lo más rápidamente posible.  

República es ajena a la opinión expresada en este artículo