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Voto en el extranjero de reparto a protagonista

Jorge Alvarado
12 de julio, 2018

Según datos del Ministerio de Relaciones Exteriores nos indican que ya son 3 millones de guatemaltecos aproximadamente los que viven en Estados Unidos. Esta población pasará a hacer historia para convertirse en un caudal electoral nada despreciable. Por supuesto, hay que descontar de esa aproximación de 3 millones un mínimo del 90 por ciento que no podrá votar por distintos motivos comono tener DPI o pasaporte, aspectos que los dejaría fuera del voto en el extranjero para las elecciones generales del año 2019.

Esto es preocupante cuando revisamos los números de las remesas. Por ejemplo, para 2017 cerró con un total de US$8, 192, 213.1 según los datos del Banco de Guatemala y según la proyección en este año 2018 se espera esa cantidad sea superada.  Hasta mayo de este año, se reporta US$3, 597,663.3, cifras que son indicadores de lo que representa esa fuerza migrante para nuestro país.

Hay un refrán que dice:Piensa mal y acertarás”. Aunque en la reforma electoral de octubre de 2016 se aprobó, el voto en el extranjero únicamente para presidente y vicepresidente y,a pesar, de que el Tribunal Supremo Electoral ya ha dicho que a medios de julio de este año iniciará la fase de empadronamiento para nuestros connacionales en Estados Unidos podría existir un retardo malicioso pues, el TSE aprobó la Unidad de Voto en el Extranjero en marzo pasado,a través del Acuerdo 180-2018. La aprobación de este Acuerdo dio vida a la Unidad con un jefe y un secretario quienes serán encargados del apoyo logístico, tendrán dentro de sus atribuciones cuatro áreas que son: Estudios y metodología, Registros, Coordinación logística y Sistemas informáticos.

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Sin embargo, el Tribunal Supremo Electoral presenta varios meses de atraso tomando en cuenta que con la reforma electoral de 2016, la campaña electoral iniciará en enero de 2019. Esto es preocupante porque a seis meses de la convocatoria a elecciones generales no hay avances sustanciales para sacar adelante este nuevo proceso que además será histórico para nuestro país. Pues, el guatemalteco en Estados Unidos es mucho más nacionalista que el que vive en Guatemala, por lo que innegablemente se harán sentir y atrapar ese caudal de votos será de ahora en adelante mucho más importante y poderoso, tanto como para definir la victoria de un candidato como para llegar a la presidencia.

Es por ello, que este tema tan importante todavía se encuentra en riesgo, desde procesos de inconstitucionalidad, atrasos maliciosos, retrasos intencionales en el proceso de solicitudes de DPI y pasaportes, por parte de la burocracia del Estado de Guatemala, políticos o sectores que ven con recelo y conocen el impacto demoledor que tendrán de ahora en adelante los migrantes guatemaltecos que han sido abandonados sistemáticamente en Estados Unidos. Lo más lamentable es que el Tribunal Supremo Electoral no ha tomado en cuenta ni ha tenido acercamientos con  organizaciones migrantes en Estados Unidos para difundir y divulgar la información acerca del proceso, lo que deja en el ambiente un vacío en la socialización de la información que permite pensar que no existe un compromiso real.

Con el voto en el extranjero se reconfigura el sistema político y electoral, pues el poder migrante se manifestará en dos vías. El primero será ejercer su derecho al voto y, el segundo e importante, es la influencia que pueden ejercer con sus familiares en Guatemala para orientar el voto hacia un candidato u otro. Con esto, quiero decir que el poder migrante es innegable y que se hará sentir con toda su fuerza. Si algo sospechoso no ocurre previo a las elecciones generales del 2019, pues es casi seguro que el nivel de participación y efectividad será contundente, abrumador y determinante.

La variable del voto en el extranjero aunque está aprobada en papel, todavía tendrá que sortear todos los obstáculos que seguramente se le van a presentar. Los binomios presidenciales tendrán que pasar de extender sus redes de organización política a negociar con las diferentes organizaciones migrantes, lo cual contraerá compromisos para movilizar el voto migrante. Pero sobre todo de ahora en adelante será un tema muy fuerte en la agenda de los candidatos para la campaña electoral.

Nunca antes organizaciones como Conamigua estarán bajo una férrea fiscalización, pero esta vez con intención política, una presión verdadera, incluso la misma cancillería. Hay quienes piensan serán objeto de negociación o incluso los puestos de gobierno como moneda de cambio para algunos líderes migrantes mal intencionados, que en esta situación vean una oportunidad de florecer políticamente o no será de extrañar que en algún momento veamos un liderazgo real con ascenso político y aspiracional. Quizás hasta un candidato presidencial, quien sabe porque solo quien ha sufrido el abandono de su país en territorio norteamericano sabe verdaderamente el sufrimiento pero sobre todo las verdaderas necesidades de lo que hay que cambiar en este tema.

Otro factor a tomar en cuenta es que la poca gestión, atención y acción de los presidentes hacia el tema migrante también podrá tener sus consecuencias en Guatemala enfrentando un voto de castigo por la influencia, pues cada guatemalteco en Estados Unidos tiene al menos una decena de familiares en Guatemala.

En suma los migrantes son guatemaltecos trabajadores, con historias llenas de sacrificio, de drama, pero que empezaran a jugar en el tablero de la política en Guatemala, tanto así que los presidentes o candidatos que no tengan propuestas reales en ese tema, se enfrentaran a los migrantes, que les cobrarán la factura de forma directa o indirecta. Directa con su voto e indirecta con la influencia y persuasión de orientar el voto de sus familiares en Guatemala hacia otro destino. El poder migrante es real, y dejara de ser un tema de política exterior para convertirse en una prioridad de la agenda política.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Voto en el extranjero de reparto a protagonista

Jorge Alvarado
12 de julio, 2018

Según datos del Ministerio de Relaciones Exteriores nos indican que ya son 3 millones de guatemaltecos aproximadamente los que viven en Estados Unidos. Esta población pasará a hacer historia para convertirse en un caudal electoral nada despreciable. Por supuesto, hay que descontar de esa aproximación de 3 millones un mínimo del 90 por ciento que no podrá votar por distintos motivos comono tener DPI o pasaporte, aspectos que los dejaría fuera del voto en el extranjero para las elecciones generales del año 2019.

Esto es preocupante cuando revisamos los números de las remesas. Por ejemplo, para 2017 cerró con un total de US$8, 192, 213.1 según los datos del Banco de Guatemala y según la proyección en este año 2018 se espera esa cantidad sea superada.  Hasta mayo de este año, se reporta US$3, 597,663.3, cifras que son indicadores de lo que representa esa fuerza migrante para nuestro país.

Hay un refrán que dice:Piensa mal y acertarás”. Aunque en la reforma electoral de octubre de 2016 se aprobó, el voto en el extranjero únicamente para presidente y vicepresidente y,a pesar, de que el Tribunal Supremo Electoral ya ha dicho que a medios de julio de este año iniciará la fase de empadronamiento para nuestros connacionales en Estados Unidos podría existir un retardo malicioso pues, el TSE aprobó la Unidad de Voto en el Extranjero en marzo pasado,a través del Acuerdo 180-2018. La aprobación de este Acuerdo dio vida a la Unidad con un jefe y un secretario quienes serán encargados del apoyo logístico, tendrán dentro de sus atribuciones cuatro áreas que son: Estudios y metodología, Registros, Coordinación logística y Sistemas informáticos.

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Sin embargo, el Tribunal Supremo Electoral presenta varios meses de atraso tomando en cuenta que con la reforma electoral de 2016, la campaña electoral iniciará en enero de 2019. Esto es preocupante porque a seis meses de la convocatoria a elecciones generales no hay avances sustanciales para sacar adelante este nuevo proceso que además será histórico para nuestro país. Pues, el guatemalteco en Estados Unidos es mucho más nacionalista que el que vive en Guatemala, por lo que innegablemente se harán sentir y atrapar ese caudal de votos será de ahora en adelante mucho más importante y poderoso, tanto como para definir la victoria de un candidato como para llegar a la presidencia.

Es por ello, que este tema tan importante todavía se encuentra en riesgo, desde procesos de inconstitucionalidad, atrasos maliciosos, retrasos intencionales en el proceso de solicitudes de DPI y pasaportes, por parte de la burocracia del Estado de Guatemala, políticos o sectores que ven con recelo y conocen el impacto demoledor que tendrán de ahora en adelante los migrantes guatemaltecos que han sido abandonados sistemáticamente en Estados Unidos. Lo más lamentable es que el Tribunal Supremo Electoral no ha tomado en cuenta ni ha tenido acercamientos con  organizaciones migrantes en Estados Unidos para difundir y divulgar la información acerca del proceso, lo que deja en el ambiente un vacío en la socialización de la información que permite pensar que no existe un compromiso real.

Con el voto en el extranjero se reconfigura el sistema político y electoral, pues el poder migrante se manifestará en dos vías. El primero será ejercer su derecho al voto y, el segundo e importante, es la influencia que pueden ejercer con sus familiares en Guatemala para orientar el voto hacia un candidato u otro. Con esto, quiero decir que el poder migrante es innegable y que se hará sentir con toda su fuerza. Si algo sospechoso no ocurre previo a las elecciones generales del 2019, pues es casi seguro que el nivel de participación y efectividad será contundente, abrumador y determinante.

La variable del voto en el extranjero aunque está aprobada en papel, todavía tendrá que sortear todos los obstáculos que seguramente se le van a presentar. Los binomios presidenciales tendrán que pasar de extender sus redes de organización política a negociar con las diferentes organizaciones migrantes, lo cual contraerá compromisos para movilizar el voto migrante. Pero sobre todo de ahora en adelante será un tema muy fuerte en la agenda de los candidatos para la campaña electoral.

Nunca antes organizaciones como Conamigua estarán bajo una férrea fiscalización, pero esta vez con intención política, una presión verdadera, incluso la misma cancillería. Hay quienes piensan serán objeto de negociación o incluso los puestos de gobierno como moneda de cambio para algunos líderes migrantes mal intencionados, que en esta situación vean una oportunidad de florecer políticamente o no será de extrañar que en algún momento veamos un liderazgo real con ascenso político y aspiracional. Quizás hasta un candidato presidencial, quien sabe porque solo quien ha sufrido el abandono de su país en territorio norteamericano sabe verdaderamente el sufrimiento pero sobre todo las verdaderas necesidades de lo que hay que cambiar en este tema.

Otro factor a tomar en cuenta es que la poca gestión, atención y acción de los presidentes hacia el tema migrante también podrá tener sus consecuencias en Guatemala enfrentando un voto de castigo por la influencia, pues cada guatemalteco en Estados Unidos tiene al menos una decena de familiares en Guatemala.

En suma los migrantes son guatemaltecos trabajadores, con historias llenas de sacrificio, de drama, pero que empezaran a jugar en el tablero de la política en Guatemala, tanto así que los presidentes o candidatos que no tengan propuestas reales en ese tema, se enfrentaran a los migrantes, que les cobrarán la factura de forma directa o indirecta. Directa con su voto e indirecta con la influencia y persuasión de orientar el voto de sus familiares en Guatemala hacia otro destino. El poder migrante es real, y dejara de ser un tema de política exterior para convertirse en una prioridad de la agenda política.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo