Sucedió el miércoles 20 de febrero. Trece de nuestros diputados se unieron sin importar el partido, la ideología o diferencias personales para reiterar su compromiso con la vida del guatemalteco, derecho que, como bien dijo uno de ellos, juraron proteger al momento de asumir su curul. Como sociedad civil, tuve la oportunidad de estar sentado en el Salón de los Pasos Perdidos, lugar donde se llevó a cabo este evento histórico. Guatemala, a través de algunos líderes políticos, reiteró su compromiso con la humanidad al formar el Frente Parlamentario Por La Vida, cuyo objetivo principal es velar, fiscalizar, proteger y defender todas las iniciativas y acciones encaminadas ala protección del derecho constitucional de la vida desde la concepción, velando por el respeto y el reconocimiento de la dignidad humana, de la madre y del no nacido en cualquier etapa.
Sabemos que los diputados guatemaltecos no gozan de la mejor imagen pública. No es de extrañar que usualmente desfilen por los titulares de los medios cargando una colección de calificativos negativos. Sin embargo, independientemente de los señalamientos que existan contra algunos de ellos (que son motivo para discutir en otra columna) como ciudadanos coherentes hemos de reconocer también los actos buenos que realizan. Denunciamos lo malo, aplaudimos lo bueno. Y en este caso, vale la pena felicitarles por lo que se ha hecho bien: la formación de un Frente común que resguarde la vida del guatemalteco desde el momento de su concepción hasta su muerte natural.
Por ello, aplaudo públicamente a Luis Pedro Álvarez, Juan Manuel Diaz Durán, Luis Hernández Azmitia, José Rodríguez Valladares, Juan José Porras, Ana Victoria Hernández, José Arturo Martínez Dell, Edna Soto Juárez, Aracely Chavarría, Mirma Figueroa, María Eugenia Tabush, Mario de León Ramirez y Claude Harmelin por su valentía. En estos tiempos, pararse en público para defender la vida y proteger a la familia conlleva mucho valor y ustedes lo han tenido. ¡Gracias señores y señoras diputadas! Insto a los restantes, a quienes saben que toda vida es valiosa, a sumarse.
Nosotros, como ciudadanos, estamos obligados a vigilar muy de cerca este Frente. Hemos de procurar que quienes lo integran cumplan con lo que han prometido. Aplaudiremos pero también fiscalizaremos. Nuestra misión es seguir blindado nuestro país de aquellas leyes inhumanas, de los mal llamados “nuevos derechos” que no son más que simples “berrinches” que carecen de todo fundamento y se apoyan en la satisfacción de los deseos egoístas. No permitiremos en este país ese tipo de “normas” cuyo ejercicio lleve consigo la violación de los derechos de los demás y de las libertades fundamentales que resultan absolutamente necesarias para una existencia humana digna. ¡Somos y seguiremos siendo ejemplo para el mundo! Guatemala es un país que ama, defiende y protege toda vida, en todo momento.
Sucedió el miércoles 20 de febrero. Trece de nuestros diputados se unieron sin importar el partido, la ideología o diferencias personales para reiterar su compromiso con la vida del guatemalteco, derecho que, como bien dijo uno de ellos, juraron proteger al momento de asumir su curul. Como sociedad civil, tuve la oportunidad de estar sentado en el Salón de los Pasos Perdidos, lugar donde se llevó a cabo este evento histórico. Guatemala, a través de algunos líderes políticos, reiteró su compromiso con la humanidad al formar el Frente Parlamentario Por La Vida, cuyo objetivo principal es velar, fiscalizar, proteger y defender todas las iniciativas y acciones encaminadas ala protección del derecho constitucional de la vida desde la concepción, velando por el respeto y el reconocimiento de la dignidad humana, de la madre y del no nacido en cualquier etapa.
Sabemos que los diputados guatemaltecos no gozan de la mejor imagen pública. No es de extrañar que usualmente desfilen por los titulares de los medios cargando una colección de calificativos negativos. Sin embargo, independientemente de los señalamientos que existan contra algunos de ellos (que son motivo para discutir en otra columna) como ciudadanos coherentes hemos de reconocer también los actos buenos que realizan. Denunciamos lo malo, aplaudimos lo bueno. Y en este caso, vale la pena felicitarles por lo que se ha hecho bien: la formación de un Frente común que resguarde la vida del guatemalteco desde el momento de su concepción hasta su muerte natural.
Por ello, aplaudo públicamente a Luis Pedro Álvarez, Juan Manuel Diaz Durán, Luis Hernández Azmitia, José Rodríguez Valladares, Juan José Porras, Ana Victoria Hernández, José Arturo Martínez Dell, Edna Soto Juárez, Aracely Chavarría, Mirma Figueroa, María Eugenia Tabush, Mario de León Ramirez y Claude Harmelin por su valentía. En estos tiempos, pararse en público para defender la vida y proteger a la familia conlleva mucho valor y ustedes lo han tenido. ¡Gracias señores y señoras diputadas! Insto a los restantes, a quienes saben que toda vida es valiosa, a sumarse.
Nosotros, como ciudadanos, estamos obligados a vigilar muy de cerca este Frente. Hemos de procurar que quienes lo integran cumplan con lo que han prometido. Aplaudiremos pero también fiscalizaremos. Nuestra misión es seguir blindado nuestro país de aquellas leyes inhumanas, de los mal llamados “nuevos derechos” que no son más que simples “berrinches” que carecen de todo fundamento y se apoyan en la satisfacción de los deseos egoístas. No permitiremos en este país ese tipo de “normas” cuyo ejercicio lleve consigo la violación de los derechos de los demás y de las libertades fundamentales que resultan absolutamente necesarias para una existencia humana digna. ¡Somos y seguiremos siendo ejemplo para el mundo! Guatemala es un país que ama, defiende y protege toda vida, en todo momento.