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Tiranofilia: amor a los tiranos

Redacción República
26 de febrero, 2019

El historiador de ideas MarkLilla ha acuñado el término tiranofilia para explicar el amor a los tiranosmostrado por muchos intelectuales. Lilla se describe a sí mismo como liberal,con libros como “El una vez y futuro liberal: después de la política por identidades”,donde argumenta que los liberales americanos necesitan enfatizar aspectoscomunes en sus políticas más que diferencias de identidad.

La “política por identidades”que Lilla critica son esas posiciones políticas basadas en los intereses yperspectivas de grupos sociales con los cuales las personas se identifican,como edad, religión, clase social, raza, orientación sexual, etc. “Política poridentidades” son estratégicas para captar las minorías y organizaciones dederechos civiles. No es sorpresa que Lilla haya sido descrito como un liberalcon tantos críticos en la izquierda como en la derecha.

El psicólogo Steven Pinkerseñala en “Ilustración Ahora” que tiranos han disfrutado apoyo deintelectuales. Lista a Martin Heideger y Carl Schmitt como acólitos de Hitler;Ezra Pound, Bernard Shaw, William Yeats, Windham Lewis como devotos deMussolini; Shaw y H G Wells también veneraban a Lenin; Sartre, Beatrice ySidney Webb, Bertolt Brecht, W E D Du Bois, Pablo Picasso, Lilliam Hellman,fueron admiradores de Stalin; Add, Michael Foucalt, Louis Althusser, StevenRose y Richard Lewontin como devotos de Mao. Y, más ofensivo para mí comocubano, la efusión con Castro de Sartre, Graham Greene, Günter Grass, NormanMailer, Harold Pinter, Susan Sontag y otros.

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Los intelectuales americanostienen una larga historia de detestar su propia sociedad y fantasear conenemigos. Estoy seguro mis lectores añadirán a esta lista de intelectualestiranófilos.

No se me ocurre algún pasajemás ofensivo para ilustrar el amor de los intelectuales por los tiranos que elcitado por Pinker del texto de Susan Sontag “Algunas ideas correctas paranosotros amar la revolución cubana”. Sontag, que falleció en 2004, fue una amadaintelectual de la izquierda. En el pasaje que cito abajo se refiere a loscampos de trabajo forzado de las Unidades Militares de Ayuda a la Producción(UMAP) operados por la tiranía castrista a mediados de los 1960s. Las UMAPfueron campos de concentración para indeseables consideradoscontrarrevolucionarios que no servirían en el servicio militar, incluidosTestigos de Jehová, Adventistas del Séptimo Día, ministros protestantes,sacerdotes católicos y homosexuales. Sontag escribe:

“Los cubanos saben muchísimosobre espontaneidad, alegría y sensualidad… Brevemente, su problema es casi elanverso del nuestro y debemos simpatizar con sus esfuerzos para resolverlo.Sospechosos como somos del tradicional Puritanismo de las revoluciones deizquierda, los radicales americanos deberían ser capaces de mantener algunaperspectiva cuando un país conocido básicamente por música bailable,prostitutas, tabacos, abortos, vida relajada y películas pornográficas, tieneun pequeño ajuste sobre moral sexual y, en un momento hace dos años, capturaronmiles de homosexuales y los enviaron a granjas para rehabilitarlos”

Entre mis lectores habráalguno de los 35,000 cubanos forzados a trabajar en los campos UMAP bajodeplorables condiciones 10 ó 12 horas diarias siete días a la semana. Sereporta que 507 terminaron en salas siquiátricas, 72 murieron por torturas, y180 cometieron suicidio. “Antes queanochezca”, emotiva autobiografía del escritor cubano Reinaldo Arenas tratatemas sobre los campos UMAP.

No estoy seguro si algunavez entenderé la tiranofilia de esos intelectuales, pero Pinker sugiere quepuede comenzar con afinidad con las ideas del filólogo alemán FriedrichNietzsche (1844-1900). Nietzsche ha tenido profunda influencia en la historiaintelectual moderna. Los conceptos de Nietzsche de “voluntad de poder” y“superhombre” (übermensch), quetrascienden el bien y el mal en gloria épica, motivaron el militarismoromántico que inspiró muchos de los conflictos del siglo 20, incluyendo ambasguerras mundiales.

Me atrae la explicación de“narcisismo profesional” ofrecida por Thomas Sowell y Paul Hollander. Ellos sugierenque los intelectuales no se sienten apreciados por los mecanismos de abajo-hacia-arribade las democracias liberales. Su desprecio del hombre común está más en líneacon mecanismos tiránicos de arriba-hacia-abajo. Para los narcisistas intelectualessu mérito es mejor apreciado por los tiranos, de ahí viene su tiranofilia.

El ultimo libro del Dr Azeles “Libertad para novatos”

Tiranofilia: amor a los tiranos

Redacción República
26 de febrero, 2019

El historiador de ideas MarkLilla ha acuñado el término tiranofilia para explicar el amor a los tiranosmostrado por muchos intelectuales. Lilla se describe a sí mismo como liberal,con libros como “El una vez y futuro liberal: después de la política por identidades”,donde argumenta que los liberales americanos necesitan enfatizar aspectoscomunes en sus políticas más que diferencias de identidad.

La “política por identidades”que Lilla critica son esas posiciones políticas basadas en los intereses yperspectivas de grupos sociales con los cuales las personas se identifican,como edad, religión, clase social, raza, orientación sexual, etc. “Política poridentidades” son estratégicas para captar las minorías y organizaciones dederechos civiles. No es sorpresa que Lilla haya sido descrito como un liberalcon tantos críticos en la izquierda como en la derecha.

El psicólogo Steven Pinkerseñala en “Ilustración Ahora” que tiranos han disfrutado apoyo deintelectuales. Lista a Martin Heideger y Carl Schmitt como acólitos de Hitler;Ezra Pound, Bernard Shaw, William Yeats, Windham Lewis como devotos deMussolini; Shaw y H G Wells también veneraban a Lenin; Sartre, Beatrice ySidney Webb, Bertolt Brecht, W E D Du Bois, Pablo Picasso, Lilliam Hellman,fueron admiradores de Stalin; Add, Michael Foucalt, Louis Althusser, StevenRose y Richard Lewontin como devotos de Mao. Y, más ofensivo para mí comocubano, la efusión con Castro de Sartre, Graham Greene, Günter Grass, NormanMailer, Harold Pinter, Susan Sontag y otros.

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No se me ocurre algún pasajemás ofensivo para ilustrar el amor de los intelectuales por los tiranos que elcitado por Pinker del texto de Susan Sontag “Algunas ideas correctas paranosotros amar la revolución cubana”. Sontag, que falleció en 2004, fue una amadaintelectual de la izquierda. En el pasaje que cito abajo se refiere a loscampos de trabajo forzado de las Unidades Militares de Ayuda a la Producción(UMAP) operados por la tiranía castrista a mediados de los 1960s. Las UMAPfueron campos de concentración para indeseables consideradoscontrarrevolucionarios que no servirían en el servicio militar, incluidosTestigos de Jehová, Adventistas del Séptimo Día, ministros protestantes,sacerdotes católicos y homosexuales. Sontag escribe:

“Los cubanos saben muchísimosobre espontaneidad, alegría y sensualidad… Brevemente, su problema es casi elanverso del nuestro y debemos simpatizar con sus esfuerzos para resolverlo.Sospechosos como somos del tradicional Puritanismo de las revoluciones deizquierda, los radicales americanos deberían ser capaces de mantener algunaperspectiva cuando un país conocido básicamente por música bailable,prostitutas, tabacos, abortos, vida relajada y películas pornográficas, tieneun pequeño ajuste sobre moral sexual y, en un momento hace dos años, capturaronmiles de homosexuales y los enviaron a granjas para rehabilitarlos”

Entre mis lectores habráalguno de los 35,000 cubanos forzados a trabajar en los campos UMAP bajodeplorables condiciones 10 ó 12 horas diarias siete días a la semana. Sereporta que 507 terminaron en salas siquiátricas, 72 murieron por torturas, y180 cometieron suicidio. “Antes queanochezca”, emotiva autobiografía del escritor cubano Reinaldo Arenas tratatemas sobre los campos UMAP.

No estoy seguro si algunavez entenderé la tiranofilia de esos intelectuales, pero Pinker sugiere quepuede comenzar con afinidad con las ideas del filólogo alemán FriedrichNietzsche (1844-1900). Nietzsche ha tenido profunda influencia en la historiaintelectual moderna. Los conceptos de Nietzsche de “voluntad de poder” y“superhombre” (übermensch), quetrascienden el bien y el mal en gloria épica, motivaron el militarismoromántico que inspiró muchos de los conflictos del siglo 20, incluyendo ambasguerras mundiales.

Me atrae la explicación de“narcisismo profesional” ofrecida por Thomas Sowell y Paul Hollander. Ellos sugierenque los intelectuales no se sienten apreciados por los mecanismos de abajo-hacia-arribade las democracias liberales. Su desprecio del hombre común está más en líneacon mecanismos tiránicos de arriba-hacia-abajo. Para los narcisistas intelectualessu mérito es mejor apreciado por los tiranos, de ahí viene su tiranofilia.

El ultimo libro del Dr Azeles “Libertad para novatos”