La noticia de Prensa Libre no podía haberse titulado mejor: “Apatía entre jóvenes preocupa al TSE”. Y es que, en efecto, seguimos viviendo en un país de mucho ruido y pocas nueces. Un país colmado de apáticos. A mí, como joven, lo que más me duele es que el mayor porcentaje de apáticos son personas de mi edad, de mi generación, algunos compañeros y parientes míos, que ven cómo se hunde un país y se tapan los oídos, se visten de víctimas y cierran los ojos.
¿Cómo es posible que para estas fechas un millón 500 mil 25 jóvenes que tienen DPI y que están en condiciones para votar no se hayan empadronado? Viendo el país, los gobernantes y las instituciones públicas que tenemos (y que heredaremos como generación), ¿cómo es posible que no nos importe? ¿Por qué pareciera que nos pela?
Antes de entrar a responder esa pregunta, considero oportuno resaltar algunos datos. Según el Departamento de Inscripción de Ciudadanos y Elaboración de Padrones, DICEP, del Tribunal Supremo Electoral (TSE) habemos mas de 7 millones 746 mil ciudadanos empadronados. De este total, la mayoría tiene entre 26 y 35 años, luego viene el grupo de los 36 a 45 años y después los mayores de 56. ¿Quién es el gran ausente? El grupo de 18 a 25 años. Nosotros. Los que nos quejamos cuando las cosas no funcionan pero que, cuando se nos da la oportunidad de hacer algo, nos pela y la dejamos pasar.
Vos, usted, tú. Te voy a decir algo. Puede que no haya la mejor oferta electoral y ningún candidato te simpatice. Es válido. Puede que no te sientas identificado con la oferta de partidos políticos ya que casi ninguno cumple con las funciones de un auténtico partido (como fueron pensados dentro de la teoría política) y están allí solo para servir de vehículos electorales carentes de ideología, plan de gobierno, preparación de sus afiliados, objetivos comunes y educación interna. Es válido también. Puede que estés cansado de los slogans, los hashtags y los mensajes populistas que resuenan día y noche en las calles y en las redes (el pacto de no sé qué, florecerás no sé ni cuánto, etc). Es muy válido.
Lo que no es válido bajo ninguna excusa es que, por apatía, desdén, poco ánimo, hueva, falta de tiempo o ignorancia, decidas no participar en estas elecciones, decidas no cumplir con tu derecho y deber de ejercer un voto libre y razonado dentro de un proceso democrático. ¡No se vale no votar! Quien no vota, ¿con qué lengua se puede quejar después que su país no funciona, si el que no hace nada para que funcione es él? Nos guste o no, el voto mediante una elección es, hasta ahora, el proceso más democrático que existe. No hemos descubierto otro. Los experimentos alternos han fallado. Esta es la manera para conducir un país. Sí o sí.
Así que, de joven a joven te lo digo muy claro: las elecciones no te pueden pelar. No puedes ser parte de ese millón y medio de jóvenes apáticos que no se interesan por lo que está fuera de su casa y sus redes. No puedes ser un Trixie Chapín (si no sabes qué es eso, te invito a leer mi columna: https://republica.gt/2019/02/07/trixie-chapin-juan-diego-godoy/). Tienes hasta el 17 de marzo para empadronarte. Y no tienes excusa. Si pasa esa fecha, si te peló y no te empadronaste, los ciudadanos responsables, trabajadores, visionarios y participativos que amamos a nuestra patria, te vamos a pedir que durante los próximos cuatro años mantengas la boca cerrada, el Twitter en silencio y le hagas ganas a lo que venga, porque cuando tu país te necesitó, fuiste tan cobarde que le diste la espalda y dejaste que otros decidieran por vos, por usted, por ti. Te peló.
@JDGodoy95
La noticia de Prensa Libre no podía haberse titulado mejor: “Apatía entre jóvenes preocupa al TSE”. Y es que, en efecto, seguimos viviendo en un país de mucho ruido y pocas nueces. Un país colmado de apáticos. A mí, como joven, lo que más me duele es que el mayor porcentaje de apáticos son personas de mi edad, de mi generación, algunos compañeros y parientes míos, que ven cómo se hunde un país y se tapan los oídos, se visten de víctimas y cierran los ojos.
¿Cómo es posible que para estas fechas un millón 500 mil 25 jóvenes que tienen DPI y que están en condiciones para votar no se hayan empadronado? Viendo el país, los gobernantes y las instituciones públicas que tenemos (y que heredaremos como generación), ¿cómo es posible que no nos importe? ¿Por qué pareciera que nos pela?
Antes de entrar a responder esa pregunta, considero oportuno resaltar algunos datos. Según el Departamento de Inscripción de Ciudadanos y Elaboración de Padrones, DICEP, del Tribunal Supremo Electoral (TSE) habemos mas de 7 millones 746 mil ciudadanos empadronados. De este total, la mayoría tiene entre 26 y 35 años, luego viene el grupo de los 36 a 45 años y después los mayores de 56. ¿Quién es el gran ausente? El grupo de 18 a 25 años. Nosotros. Los que nos quejamos cuando las cosas no funcionan pero que, cuando se nos da la oportunidad de hacer algo, nos pela y la dejamos pasar.
Vos, usted, tú. Te voy a decir algo. Puede que no haya la mejor oferta electoral y ningún candidato te simpatice. Es válido. Puede que no te sientas identificado con la oferta de partidos políticos ya que casi ninguno cumple con las funciones de un auténtico partido (como fueron pensados dentro de la teoría política) y están allí solo para servir de vehículos electorales carentes de ideología, plan de gobierno, preparación de sus afiliados, objetivos comunes y educación interna. Es válido también. Puede que estés cansado de los slogans, los hashtags y los mensajes populistas que resuenan día y noche en las calles y en las redes (el pacto de no sé qué, florecerás no sé ni cuánto, etc). Es muy válido.
Lo que no es válido bajo ninguna excusa es que, por apatía, desdén, poco ánimo, hueva, falta de tiempo o ignorancia, decidas no participar en estas elecciones, decidas no cumplir con tu derecho y deber de ejercer un voto libre y razonado dentro de un proceso democrático. ¡No se vale no votar! Quien no vota, ¿con qué lengua se puede quejar después que su país no funciona, si el que no hace nada para que funcione es él? Nos guste o no, el voto mediante una elección es, hasta ahora, el proceso más democrático que existe. No hemos descubierto otro. Los experimentos alternos han fallado. Esta es la manera para conducir un país. Sí o sí.
Así que, de joven a joven te lo digo muy claro: las elecciones no te pueden pelar. No puedes ser parte de ese millón y medio de jóvenes apáticos que no se interesan por lo que está fuera de su casa y sus redes. No puedes ser un Trixie Chapín (si no sabes qué es eso, te invito a leer mi columna: https://republica.gt/2019/02/07/trixie-chapin-juan-diego-godoy/). Tienes hasta el 17 de marzo para empadronarte. Y no tienes excusa. Si pasa esa fecha, si te peló y no te empadronaste, los ciudadanos responsables, trabajadores, visionarios y participativos que amamos a nuestra patria, te vamos a pedir que durante los próximos cuatro años mantengas la boca cerrada, el Twitter en silencio y le hagas ganas a lo que venga, porque cuando tu país te necesitó, fuiste tan cobarde que le diste la espalda y dejaste que otros decidieran por vos, por usted, por ti. Te peló.
@JDGodoy95