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Mientras tanto, Guatemala en la cloaca

Carolina Castellanos
19 de abril, 2019

Nos ha tomado de sorpresa a todos la reciente captura del (ex) candidato presidencial por el partido UCN, junto con uno de sus asesores.  Los documentos que explican toda la trama de esto hacen que parezca una película al estilo “El Señor de los cielos”.  Debo reconocer que la DEA tiene todo un andamiaje de investigación que ya quisiéramos en nuestra Guate.  Es increíble la capacidad que tienen de montar todo un “show” para engañar a quienes están siendo investigados, para luego atraparlos “con las manos en la masa”.  Definitivamente, todo lo actuado y los hallazgos dejan fuera de dudas de la culpabilidad de Estrada y Gonzáles. Por supuesto, es imprescindible que sean sometidos al debido proceso para que tengan oportunidad de defenderse.  Por lo contundente de las pruebas, probablemente apelen a penas reducidas a cambio de dar más información.  Ya veremos cómo se desenvuelve esta triste historia de poder y corrupción.

Mientras tanto, seguimos con los centenarios problemas que debemos enfrentar en nuestro día a día.  Lo primero que me pregunté, después de leer los documentos divulgados por el Departamento de Justicia del Distrito Sur de Nueva York fue, ¿quién va a querer invertir en Guatemala? Ratificamos ante el mundo que somos un país con gran influencia del narcotráfico en las diferentes esferas: política, económica, social, de todo.  Se hace cuesta arriba poder invertir en circunstancias así. Se nos ha tildado de ser un “narco-Estado”.  No sé si llegamos a esto, pero definitivamente vamos en camino.

¿Cómo vamos a resolver, como país, la enorme falta de empleo?  Sabemos que la única forma de generar empleos es por medio de la inversión, desde un pequeño comedor a la orilla de una carretera hasta las grandes empresas industriales.  Pero, si no hay confianza en la economía, en la política, en el manejo de “la cosa pública”, estas inversiones se reducen drásticamente, especialmente las grandes, pues el riesgo que se corre es altísimo.  No hay nada peor que la incertidumbre para alejar cualquier intención de invertir.  Con estos acontecimientos divulgados el miércoles, que se habrán venido gestando desde hace dos o más años, la incertidumbre se va hasta el tope.

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Mientras tanto, debemos seguir con el proceso electoral que apenas lleva un poco más de tres semanas. ¿Cómo, si este relajo hace que perdamos la poca confianza que tenemos en las autoridades electorales, en las cortes y en el sistema de justicia? ¿Con qué entusiasmo iremos a emitir nuestro voto, si muchos ya nos preguntamos qué otros candidatos o partidos estarán metidos en temas ilegales, sean narcotráfico, otros tipos de financiamiento ilícito, componendas de diferente índole y quién sabe qué más?

El Tribunal Supremo Electoral ha dejado mucho que desear en este proceso. Marcado por la discrecionalidad, ha generado tanta incertidumbre que cuesta muchísimo confiar en que los resultados que ellos divulguen, reflejen la voluntad popular.

La nefasta Corte de Constitucionalidad ha destruido la jurisprudencia, el sistema de justicia y la imparcialidad con la que jueces y magistrados deben actuar.  Se haextralimitado en sus funciones, ha emitido resoluciones basadas en ideología y no en la ley y ha ocasionado un clima de negocios totalmente negativo alejando, aún más, la inversión y generación de empleos.

Mientras tanto, la “flamante” ex fiscal Thelma Aldana sigue en el exilio para evitar ser capturada y procesada penalmente.  Su compañero de contubernios y abusos de los últimos cuatro años, Iván Velásquez, tiene el descaro de publicar un tuit burlándose del hecho que se necesitó de la ayuda extranjera para capturar a Estrada, a lo que este amante de las FARC llama “injerencia”.  Se lava las manos así, cuando su función en Guatemala era, precisamente, destapar este tipo de delitos y otros más.  Aun así, los ciegos por decisión, son incapaces de ver que fue la injerencia de Velásquez en los temas internos del país, su deseo incontrolable de destruir al sector privado, la cooptación del sistema de justicia hasta dejarlo podrido al extremo con fallos ilegales, abusos de prisión preventiva, violación del artículo 13 de la Constitución con sus shows mediáticos, y un largo etcétera, lo que tiene a Guatemala con su economía deprimida, con un proceso electoral que amenaza con fraude y terminar así de destruir nuestro país y con una imagen internacional de ser un estado fallido, pobre, corrupto.

Considero que Guatemala no merece esto, que no somos un estado fallido, que los guatemaltecos somos luchadores y que la gran mayoría somos buenos. Nuestro país necesita de alguien que promueva el desarrollo, la libre empresa para proveer empleos, productos y servicios, que realmente luche contra la corrupción reduciendo trámites, mejorando controles, cambiando sistemas de compras, de nombramientos, de ejecución de obras, etc.

Estamos a tiempo.  Sigamos adelante y vayamos a votar el 16 de junio.  Guatemala nos necesita así como nosotros necesitamos de ella.

Mientras tanto, Guatemala en la cloaca

Carolina Castellanos
19 de abril, 2019

Nos ha tomado de sorpresa a todos la reciente captura del (ex) candidato presidencial por el partido UCN, junto con uno de sus asesores.  Los documentos que explican toda la trama de esto hacen que parezca una película al estilo “El Señor de los cielos”.  Debo reconocer que la DEA tiene todo un andamiaje de investigación que ya quisiéramos en nuestra Guate.  Es increíble la capacidad que tienen de montar todo un “show” para engañar a quienes están siendo investigados, para luego atraparlos “con las manos en la masa”.  Definitivamente, todo lo actuado y los hallazgos dejan fuera de dudas de la culpabilidad de Estrada y Gonzáles. Por supuesto, es imprescindible que sean sometidos al debido proceso para que tengan oportunidad de defenderse.  Por lo contundente de las pruebas, probablemente apelen a penas reducidas a cambio de dar más información.  Ya veremos cómo se desenvuelve esta triste historia de poder y corrupción.

Mientras tanto, seguimos con los centenarios problemas que debemos enfrentar en nuestro día a día.  Lo primero que me pregunté, después de leer los documentos divulgados por el Departamento de Justicia del Distrito Sur de Nueva York fue, ¿quién va a querer invertir en Guatemala? Ratificamos ante el mundo que somos un país con gran influencia del narcotráfico en las diferentes esferas: política, económica, social, de todo.  Se hace cuesta arriba poder invertir en circunstancias así. Se nos ha tildado de ser un “narco-Estado”.  No sé si llegamos a esto, pero definitivamente vamos en camino.

¿Cómo vamos a resolver, como país, la enorme falta de empleo?  Sabemos que la única forma de generar empleos es por medio de la inversión, desde un pequeño comedor a la orilla de una carretera hasta las grandes empresas industriales.  Pero, si no hay confianza en la economía, en la política, en el manejo de “la cosa pública”, estas inversiones se reducen drásticamente, especialmente las grandes, pues el riesgo que se corre es altísimo.  No hay nada peor que la incertidumbre para alejar cualquier intención de invertir.  Con estos acontecimientos divulgados el miércoles, que se habrán venido gestando desde hace dos o más años, la incertidumbre se va hasta el tope.

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El Tribunal Supremo Electoral ha dejado mucho que desear en este proceso. Marcado por la discrecionalidad, ha generado tanta incertidumbre que cuesta muchísimo confiar en que los resultados que ellos divulguen, reflejen la voluntad popular.

La nefasta Corte de Constitucionalidad ha destruido la jurisprudencia, el sistema de justicia y la imparcialidad con la que jueces y magistrados deben actuar.  Se haextralimitado en sus funciones, ha emitido resoluciones basadas en ideología y no en la ley y ha ocasionado un clima de negocios totalmente negativo alejando, aún más, la inversión y generación de empleos.

Mientras tanto, la “flamante” ex fiscal Thelma Aldana sigue en el exilio para evitar ser capturada y procesada penalmente.  Su compañero de contubernios y abusos de los últimos cuatro años, Iván Velásquez, tiene el descaro de publicar un tuit burlándose del hecho que se necesitó de la ayuda extranjera para capturar a Estrada, a lo que este amante de las FARC llama “injerencia”.  Se lava las manos así, cuando su función en Guatemala era, precisamente, destapar este tipo de delitos y otros más.  Aun así, los ciegos por decisión, son incapaces de ver que fue la injerencia de Velásquez en los temas internos del país, su deseo incontrolable de destruir al sector privado, la cooptación del sistema de justicia hasta dejarlo podrido al extremo con fallos ilegales, abusos de prisión preventiva, violación del artículo 13 de la Constitución con sus shows mediáticos, y un largo etcétera, lo que tiene a Guatemala con su economía deprimida, con un proceso electoral que amenaza con fraude y terminar así de destruir nuestro país y con una imagen internacional de ser un estado fallido, pobre, corrupto.

Considero que Guatemala no merece esto, que no somos un estado fallido, que los guatemaltecos somos luchadores y que la gran mayoría somos buenos. Nuestro país necesita de alguien que promueva el desarrollo, la libre empresa para proveer empleos, productos y servicios, que realmente luche contra la corrupción reduciendo trámites, mejorando controles, cambiando sistemas de compras, de nombramientos, de ejecución de obras, etc.

Estamos a tiempo.  Sigamos adelante y vayamos a votar el 16 de junio.  Guatemala nos necesita así como nosotros necesitamos de ella.