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“La izquierda lo arruina todo”

Carolina Castellanos
25 de abril, 2019

Hace poco tuve la oportunidad de ver un video de PragerUniversity, “organización estadounidense sin fines de lucro que crea videos sobre diversos temas políticos, económicos y filosóficos desde una perspectiva conservadora o de derecha” (Wiikipedia). Pueden visitar la página www.prageru.com.

El video al que hago referencia lleva el título de este artículo.  Quisiera resaltar algunas cosas, basada en la importancia que tienen en Guatemala, pues estamos viviendo esta ola de “chairos”, con deseos insaciables de tomar el poder y destruir todo lo que tocan.

Uno de los temas es el uso de hombre y mujer. Con esto de la inclusión, se ha llegado a extremos de permitir, en Estados Unidos, que los padres marquen en “x” el sexo del bebé, en vez de hombre o mujer, pues dicen que será ese bebé quien decidirá qué es lo que quiere ser.  Dios nos hace hombres o mujeres, punto.  Guatemala es un país muy conservador y no hemos llegado a esto, aún.  Sin embargo, con la ONU metida en todo, promoviendo este tipo de aberraciones, no estamos tan lejos.

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Por supuesto, en lo anterior también está el decir “todos y todas”.  La Real Academia Española, quien es la entidad mundial que dicta las reglas del idioma español, ha dicho una y mil veces que eso es redundante.  Lo correcto es “todos”, salvo que solo haya mujeres en el auditorio. El ser “políticamente correctos” conduce a más y más aberraciones.

La educación se está torciendo cada vez más. El Diputado Fernando Linares Beltranena se pronunció el miércoles en contra de la iniciativa de ley de la niñez y la adolescencia, pues propone temas como los que aquí describo, y otros más.  Por otro lado, la tendencia a enfocarse en emociones y no en la razón está llevando a los niños a estar confundidos.  Esa condición permanecerá en su adultez.  

La búsqueda de la excelencia se ha convertido en la búsqueda de la diversidad.  Hace poco, una indígena guatemalteca participó en una maratón en Estados Unidos. Resaltó porque decidió correr con su traje indígena.  A lo largo de los años, cada vez más chapines participan en maratones en Estados Unidos y en otros países, pero ninguna de ellas sale en las noticias, aún cuando han tenido resultados importantes en la competencia.  No estoy desmereciendo la participación de la mujer indígena, para nada.  Simplemente estoy resaltando que es más importante que sea indígena y use su traje para competir, que su capacidad deportiva y el resultado obtenido en la competencia.

La religión no se escapa de esta tendencia destructiva.  Ahora vemos a religiosos de diferentes denominaciones, hablar de política en vez de religión.  Se ha vuelto más importante opinar respecto a esto que guiar a los feligreses hacia una vida más cercana a Dios, con valores y principios.

La libertad de expresión es la hipocresía más grande.  Los chairos pueden hablar lo que quieran, insultar a quien sea, atacar y destruir.  Pero si alguno de nosotros, los de derecha, lo hace, recibimos ese trato. Cualquier opinión que se oponga al pensamiento “chairo-destructivo” se convierte en odio y el emisor en el demonio.  La libertad de expresión no limita nada, solo exige asumir responsabilidad por lo expresado,  contrario al libertinaje, que es lo que sucede en redes sociales con tanto “netcentero”. Usando nombres ficticios, se abrogan la “libertad” de insultar y destruir sin asumir ninguna responsabilidad y, mucho menos, las consecuencias de sus actos.

El ejemplo más reciente de lo anterior es abanderado por la ex Fiscal General, prófuga de la justicia y refugiada en El Salvador.  Cualquiera que se oponga a lo que ella dice, forma parte del “pacto de corruptos”. 

El socialismo se lleva todo, hasta la dignidad de las personas. Destruye, genera división y odio. Está en nosotros, los electores, decidir con nuestro voto si queremos esto o si defenderemos nuestro sistema de vida en libertad.  

“La izquierda lo arruina todo”

Carolina Castellanos
25 de abril, 2019

Hace poco tuve la oportunidad de ver un video de PragerUniversity, “organización estadounidense sin fines de lucro que crea videos sobre diversos temas políticos, económicos y filosóficos desde una perspectiva conservadora o de derecha” (Wiikipedia). Pueden visitar la página www.prageru.com.

El video al que hago referencia lleva el título de este artículo.  Quisiera resaltar algunas cosas, basada en la importancia que tienen en Guatemala, pues estamos viviendo esta ola de “chairos”, con deseos insaciables de tomar el poder y destruir todo lo que tocan.

Uno de los temas es el uso de hombre y mujer. Con esto de la inclusión, se ha llegado a extremos de permitir, en Estados Unidos, que los padres marquen en “x” el sexo del bebé, en vez de hombre o mujer, pues dicen que será ese bebé quien decidirá qué es lo que quiere ser.  Dios nos hace hombres o mujeres, punto.  Guatemala es un país muy conservador y no hemos llegado a esto, aún.  Sin embargo, con la ONU metida en todo, promoviendo este tipo de aberraciones, no estamos tan lejos.

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Por supuesto, en lo anterior también está el decir “todos y todas”.  La Real Academia Española, quien es la entidad mundial que dicta las reglas del idioma español, ha dicho una y mil veces que eso es redundante.  Lo correcto es “todos”, salvo que solo haya mujeres en el auditorio. El ser “políticamente correctos” conduce a más y más aberraciones.

La educación se está torciendo cada vez más. El Diputado Fernando Linares Beltranena se pronunció el miércoles en contra de la iniciativa de ley de la niñez y la adolescencia, pues propone temas como los que aquí describo, y otros más.  Por otro lado, la tendencia a enfocarse en emociones y no en la razón está llevando a los niños a estar confundidos.  Esa condición permanecerá en su adultez.  

La búsqueda de la excelencia se ha convertido en la búsqueda de la diversidad.  Hace poco, una indígena guatemalteca participó en una maratón en Estados Unidos. Resaltó porque decidió correr con su traje indígena.  A lo largo de los años, cada vez más chapines participan en maratones en Estados Unidos y en otros países, pero ninguna de ellas sale en las noticias, aún cuando han tenido resultados importantes en la competencia.  No estoy desmereciendo la participación de la mujer indígena, para nada.  Simplemente estoy resaltando que es más importante que sea indígena y use su traje para competir, que su capacidad deportiva y el resultado obtenido en la competencia.

La religión no se escapa de esta tendencia destructiva.  Ahora vemos a religiosos de diferentes denominaciones, hablar de política en vez de religión.  Se ha vuelto más importante opinar respecto a esto que guiar a los feligreses hacia una vida más cercana a Dios, con valores y principios.

La libertad de expresión es la hipocresía más grande.  Los chairos pueden hablar lo que quieran, insultar a quien sea, atacar y destruir.  Pero si alguno de nosotros, los de derecha, lo hace, recibimos ese trato. Cualquier opinión que se oponga al pensamiento “chairo-destructivo” se convierte en odio y el emisor en el demonio.  La libertad de expresión no limita nada, solo exige asumir responsabilidad por lo expresado,  contrario al libertinaje, que es lo que sucede en redes sociales con tanto “netcentero”. Usando nombres ficticios, se abrogan la “libertad” de insultar y destruir sin asumir ninguna responsabilidad y, mucho menos, las consecuencias de sus actos.

El ejemplo más reciente de lo anterior es abanderado por la ex Fiscal General, prófuga de la justicia y refugiada en El Salvador.  Cualquiera que se oponga a lo que ella dice, forma parte del “pacto de corruptos”. 

El socialismo se lleva todo, hasta la dignidad de las personas. Destruye, genera división y odio. Está en nosotros, los electores, decidir con nuestro voto si queremos esto o si defenderemos nuestro sistema de vida en libertad.