Este año es poco común en términosinstitucionales, coincidieron las elecciones generales de las nuevasautoridades del Organismo Ejecutivo y el Organismo Legislativo con las eleccionesde quiénes serán las autoridades del Organismo Judicial. Sin restarle ningunaimportancia al proceso electoral en el que nos encontramos, pues su resultadoserá decisivo y tendrá consecuencias en el futuro de nuestro país, no debemosdejar de poner atención al proceso mediante el cual el Congreso de la Repúblicaelegirá a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia y a los magistradosde la Corte de Apelaciones y otros tribunales de igual categoría, pues este esigual de importante.
Este proceso de elección, que deberádesarrollarse en el último semestre de este año, es sin duda muy complejo.Implica la integración de comisiones de postulación en las que llegan aparticipar más de 30 personas que hacen la evaluación de los perfiles de quienesse postulen para el cargo de magistrados, para que finalmente, se concluya conun proceso de selección por parte de los diputados al Congreso de la República.
Si bien la intención cuando se creó elsistema de comisiones de postulación era garantizar que todos los queresultaran electos cumplieran con los requisitos de reconocida honorabilidad,profesionalidad, idoneidad e imparcialidad que se requieren para impartirjusticia, en el escenario actual de Guatemala este método ha demostrado serobsoleto, pues ya no responde a las necesidades del país, ni se adapta a lasmejores prácticas en la materia. Este sistema ha evidenciado debilidad yespacios para la politización, a la vez que incorpora muchos espacios que sonsujeto de impugnación, cosa que a la larga debilita la legitimidad del procesode nombramiento.
Por esta razón, es valioso que no perdamos devista la necesidad de acompañar esta, evaluando las actuaciones de los actoresinstitucionales que participan y analizando los perfiles de los candidatos. Poreso, en un primera instancia, se debe tener claridad sobre que a esta legislatura que dejará el Congreso enenero próximo, le debemos exigir que lleve a cabo este proceso de elección demagistrados con transparencia, mientras que, en una segunda instancia, a losnuevos diputados, que iniciarán sus labores legislativas, les debemos exigirque afronten el reto de cambiar este sistema de elección de magistrados ygenerar uno que se verdaderamente fortalezca el sistema de justicia de Guatemala,fortaleciendo así la institucionalidad del Organismo Judicial.
Es tiempo que se retome la discusión sobrecómo mejorar al sector justicia en Guatemala y sobre cómo garantizar que losadministradores de justicia actúen con verdadera independencia y eficiencia.Para esto, es necesario que se analice si efectivamente existe o no carrerajudicial y si se toman en cuenta los méritos para otorgar ascensos dentro de laestructura de tribunales, entre muchos otros temas. El reto que representamejorar el sistema de justicia actual de Guatemala es uno que debería de estaren la agenda prioritaria de nuestras nuevas autoridades, en especial a las queingresarán al Congreso de la República, pues varios de los problemas que tieneel Organismo Judicial actualmente podrían resolverse mediante la promoción dereformas legislativas concretas.
Este año es poco común en términosinstitucionales, coincidieron las elecciones generales de las nuevasautoridades del Organismo Ejecutivo y el Organismo Legislativo con las eleccionesde quiénes serán las autoridades del Organismo Judicial. Sin restarle ningunaimportancia al proceso electoral en el que nos encontramos, pues su resultadoserá decisivo y tendrá consecuencias en el futuro de nuestro país, no debemosdejar de poner atención al proceso mediante el cual el Congreso de la Repúblicaelegirá a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia y a los magistradosde la Corte de Apelaciones y otros tribunales de igual categoría, pues este esigual de importante.
Este proceso de elección, que deberádesarrollarse en el último semestre de este año, es sin duda muy complejo.Implica la integración de comisiones de postulación en las que llegan aparticipar más de 30 personas que hacen la evaluación de los perfiles de quienesse postulen para el cargo de magistrados, para que finalmente, se concluya conun proceso de selección por parte de los diputados al Congreso de la República.
Si bien la intención cuando se creó elsistema de comisiones de postulación era garantizar que todos los queresultaran electos cumplieran con los requisitos de reconocida honorabilidad,profesionalidad, idoneidad e imparcialidad que se requieren para impartirjusticia, en el escenario actual de Guatemala este método ha demostrado serobsoleto, pues ya no responde a las necesidades del país, ni se adapta a lasmejores prácticas en la materia. Este sistema ha evidenciado debilidad yespacios para la politización, a la vez que incorpora muchos espacios que sonsujeto de impugnación, cosa que a la larga debilita la legitimidad del procesode nombramiento.
Por esta razón, es valioso que no perdamos devista la necesidad de acompañar esta, evaluando las actuaciones de los actoresinstitucionales que participan y analizando los perfiles de los candidatos. Poreso, en un primera instancia, se debe tener claridad sobre que a esta legislatura que dejará el Congreso enenero próximo, le debemos exigir que lleve a cabo este proceso de elección demagistrados con transparencia, mientras que, en una segunda instancia, a losnuevos diputados, que iniciarán sus labores legislativas, les debemos exigirque afronten el reto de cambiar este sistema de elección de magistrados ygenerar uno que se verdaderamente fortalezca el sistema de justicia de Guatemala,fortaleciendo así la institucionalidad del Organismo Judicial.
Es tiempo que se retome la discusión sobrecómo mejorar al sector justicia en Guatemala y sobre cómo garantizar que losadministradores de justicia actúen con verdadera independencia y eficiencia.Para esto, es necesario que se analice si efectivamente existe o no carrerajudicial y si se toman en cuenta los méritos para otorgar ascensos dentro de laestructura de tribunales, entre muchos otros temas. El reto que representamejorar el sistema de justicia actual de Guatemala es uno que debería de estaren la agenda prioritaria de nuestras nuevas autoridades, en especial a las queingresarán al Congreso de la República, pues varios de los problemas que tieneel Organismo Judicial actualmente podrían resolverse mediante la promoción dereformas legislativas concretas.