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El fracaso del poder blando de Estados Unidos.

Nicholas Virzi
21 de agosto, 2019

EEUU es la potencia en el mundo, no solo en esta región. Por esta razón, gobiernos locales siempre tienen que tener una estrategia clara de cómo conducir sus relaciones políticas, económicas, comerciales y sociales para con EEUU. Aquí es donde conviene que aclaremos la definición y tipología del poder que EEUU ejerce. 

Hay dos tipos básicos de poder, duro y blando. Poder duro es la habilidad de obligar a otros hacer tu voluntad cuando estos no quieren. EEUU ha ejercido poder duro en nuestra región, bloqueando y botando gobiernos que percibía en contra de sus intereses. El golpe contra el gobierno de Árbenz es solo un ejemplo. Intervenciones militares en Haíti, Nicaragua, República Dominicana, Panamá, entre otras, son solo algunos ejemplos del poder duro que EEUU ha aplicado en la región. La presión actualmente ejercida para efectuar un cambio de régimen en Venezuela también se podría clasificar de poder duro, aunque no haya llegado a nivel de intervención militar abierta.  

Sin embargo, el poder también puede ser blando. Fue el geopolitólogo Joseph Nye quien acuñó el término “poder blando” (soft power), diciendo que se podía entender de la siguiente forma: 

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“cuando un país consigue que otros países quieran lo que quiere, podría llamarse poder cooptativo o blando en contraste con el poder duro o de mando de ordenar a otros que hagan lo que quieran.”

Países aplican el concepto en su política exterior para generar amigos, socios y aliados que presuntamente avanzarían sus intereses en común. Lo hacen tanto países que no cuentan con poder duro, como Suecia y los Países Bajos, como EEUU. 

EEUU ha invertido enormes recursos para ejercer poder blando en la región.  EEUU ha invertido, particularmente, en instrumentos civiles que tienen la intención de vigorizar su política exterior, enfocado siempre en su propia seguridad nacional. Estos esfuerzos incluyen no solo la diplomacia, sino también planes de desarrollo económico, asistencia extranjera, acción cívica, entre otras iniciativas. 

Aquí lo cuestionable.  La asistencia financiera, técnica y apoyo moral de EEUU se ha ejecutado a través de grupos de la autodenomida sociedad civil de Guatemala. ¿Ha funcionado? EEUU ha implementado su política de poder blando por medio de grupos y actores que resultan ser no muy admiradores del modelo Americano de capitalismo democrático basado en reglas claras de aplicación general. De hecho, parecen formar parte de los grupos que manejan el discurso radical en contra de no solo la política migratoria de EEUU, sino de su modelo en sí.  A pesar de esto, parecen ser los favorecidos de la política de poder blando de EEUU. Esto es un error de EEUU.

EEUU necesita en la región socios y amigos que admiren de manera genuina su modelo. Es impresionante el nivel de rechazo que existe para con EEUU de actores, comentaristas, analistas y periodistas políticas por el modelo Americano.  Más de alguno se quejará del adjetivo “rechazo”, pero vale. Admirar el sistema de EEUU no puede reducirse a la admiración de ciertos políticos de cierto partido, aun cuando no tienen el poder. Admirar el sistema de EEUU implica reconocer que algo tiene de bueno de manera general, independiente de quien ejerce el poder Ejecutivo.  Eso no se ve en Guatemala.  

La sociedad civil guatemalteca celebra a los Demócratas, y repudia a los Republicanos, en los peores términos posibles. Se pinta el retrato que EEUU es un país donde reina el conflicto racial y los inmigrantes son atacados de manera arbitraria solo por ser extranjeros.  Es una mentira total. Este error es de EEUU, no de Guatemala. 

EEUU no ha logrado comunicar la verdad de las cosas, del bien que ha hecho y representa para toda la humanidad, no solo para los vecinos latinos. EEUU, no la ONU, es el experimento humano que mejor representa la verdad que la coexistencia racial, étnica, cultural no solo es posible, es deseable.  Sin embargo, EEUU no logrará comunicar la verdad trabajando exclusivamente con socios que no comparten intereses en común con EEUU. EEUU tiene una tarea pendiente en la región, ampliar su grupo de amigos. 

Invitar a gente pro-Americana a la fiesta del 4 de julio no sería mal comienzo.

Más de esto en el próximo artículo.

El fracaso del poder blando de Estados Unidos.

Nicholas Virzi
21 de agosto, 2019

EEUU es la potencia en el mundo, no solo en esta región. Por esta razón, gobiernos locales siempre tienen que tener una estrategia clara de cómo conducir sus relaciones políticas, económicas, comerciales y sociales para con EEUU. Aquí es donde conviene que aclaremos la definición y tipología del poder que EEUU ejerce. 

Hay dos tipos básicos de poder, duro y blando. Poder duro es la habilidad de obligar a otros hacer tu voluntad cuando estos no quieren. EEUU ha ejercido poder duro en nuestra región, bloqueando y botando gobiernos que percibía en contra de sus intereses. El golpe contra el gobierno de Árbenz es solo un ejemplo. Intervenciones militares en Haíti, Nicaragua, República Dominicana, Panamá, entre otras, son solo algunos ejemplos del poder duro que EEUU ha aplicado en la región. La presión actualmente ejercida para efectuar un cambio de régimen en Venezuela también se podría clasificar de poder duro, aunque no haya llegado a nivel de intervención militar abierta.  

Sin embargo, el poder también puede ser blando. Fue el geopolitólogo Joseph Nye quien acuñó el término “poder blando” (soft power), diciendo que se podía entender de la siguiente forma: 

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“cuando un país consigue que otros países quieran lo que quiere, podría llamarse poder cooptativo o blando en contraste con el poder duro o de mando de ordenar a otros que hagan lo que quieran.”

Países aplican el concepto en su política exterior para generar amigos, socios y aliados que presuntamente avanzarían sus intereses en común. Lo hacen tanto países que no cuentan con poder duro, como Suecia y los Países Bajos, como EEUU. 

EEUU ha invertido enormes recursos para ejercer poder blando en la región.  EEUU ha invertido, particularmente, en instrumentos civiles que tienen la intención de vigorizar su política exterior, enfocado siempre en su propia seguridad nacional. Estos esfuerzos incluyen no solo la diplomacia, sino también planes de desarrollo económico, asistencia extranjera, acción cívica, entre otras iniciativas. 

Aquí lo cuestionable.  La asistencia financiera, técnica y apoyo moral de EEUU se ha ejecutado a través de grupos de la autodenomida sociedad civil de Guatemala. ¿Ha funcionado? EEUU ha implementado su política de poder blando por medio de grupos y actores que resultan ser no muy admiradores del modelo Americano de capitalismo democrático basado en reglas claras de aplicación general. De hecho, parecen formar parte de los grupos que manejan el discurso radical en contra de no solo la política migratoria de EEUU, sino de su modelo en sí.  A pesar de esto, parecen ser los favorecidos de la política de poder blando de EEUU. Esto es un error de EEUU.

EEUU necesita en la región socios y amigos que admiren de manera genuina su modelo. Es impresionante el nivel de rechazo que existe para con EEUU de actores, comentaristas, analistas y periodistas políticas por el modelo Americano.  Más de alguno se quejará del adjetivo “rechazo”, pero vale. Admirar el sistema de EEUU no puede reducirse a la admiración de ciertos políticos de cierto partido, aun cuando no tienen el poder. Admirar el sistema de EEUU implica reconocer que algo tiene de bueno de manera general, independiente de quien ejerce el poder Ejecutivo.  Eso no se ve en Guatemala.  

La sociedad civil guatemalteca celebra a los Demócratas, y repudia a los Republicanos, en los peores términos posibles. Se pinta el retrato que EEUU es un país donde reina el conflicto racial y los inmigrantes son atacados de manera arbitraria solo por ser extranjeros.  Es una mentira total. Este error es de EEUU, no de Guatemala. 

EEUU no ha logrado comunicar la verdad de las cosas, del bien que ha hecho y representa para toda la humanidad, no solo para los vecinos latinos. EEUU, no la ONU, es el experimento humano que mejor representa la verdad que la coexistencia racial, étnica, cultural no solo es posible, es deseable.  Sin embargo, EEUU no logrará comunicar la verdad trabajando exclusivamente con socios que no comparten intereses en común con EEUU. EEUU tiene una tarea pendiente en la región, ampliar su grupo de amigos. 

Invitar a gente pro-Americana a la fiesta del 4 de julio no sería mal comienzo.

Más de esto en el próximo artículo.