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Año nuevo, vida nueva

Warren Orbaugh
06 de enero, 2020

No vale la pena preocuparse por cosas fuera de tu control. Si Irán y Estados Unidos se embarcan en una guerra no es tu problema. Pero lo que sí está bajo tu control sí es tu problema Con el año nuevo, muchos se plantean la meta de vivir más ordenada y saludablemente. 

¿Te lo has planteado tú? ¿Amas tú tu vida? 

Si es así, entonces dale la bienvenida a la vida. Sal a encontrar reiteradamente la realidad de tu experiencia. Sácale hasta la última gota a la médula de la vida. Vive deliberada e intencionalmente. Vive una vida poética. Vive una vida extraordinaria. Vive a plenitud. Pues tu vida es tuya para vivirla, es única, y es breve. El tiempo de tu existencia es limitado e incierto. Tu vida es tuya para cuidarla, disfrutarla, venerarla, vivirla como tú elijas.

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¿Y cómo vas a hacer para crear la vida que quieras vivir?

Acepta lo que eres. Eres un cuerpo consciente, un organismo vivo que para mantenerte con vida tienes que interactuar –con todo tu cuerpo– percibiendo la realidad, para identificar que te beneficia, para buscarlo; e identificar que te perjudica, para evitarlo. Como cuerpo consciente que eres, tienes la facultad de razonar –una de tantas facultades que posees– es decir, de percibir, de conocer, de poder identificar la realidad a partir de la evidencia que tus sentidos te aportan, integrándola en conceptos y principios. Es un proceso físico y neurológico. Pero razonar bien es así mismo una habilidad adquirida y un arte. Si razonas bien podrás identificar la causalidad de las cosas y actuar acorde; si no, no.

No podrás razonar bien si tu mente –la consciencia humana– está enferma. Y tu mente no es sólo tu cerebro con sus neuronas, sino que todo tu orden sensorial, tus sentidos, nociceptores, sistema nervioso, neurotransmisores y redes cognitivas corticales que reflejan el conocimiento que has automatizado. 

Si tu mente está enferma por razones no humanas – esquizofrenia, fobias, etc. – no podrás identificar correctamente que te beneficia o perjudica y por tanto, no podrás actuar con sensatez. Si tu mente está enferma por tu causa, por consumo de sustancias como alcohol o drogas, que entorpecen el funcionamiento de tus sentidos y orden sensorial, tampoco podrás identificar correctamente la realidad y actuar prudentemente. La mente enferma es la que no puede desempeñar bien su función biológica: no conoce, evalúa mal, conduce a la acción auto-destructiva; está en conflicto con los hechos y con sus necesidades como cuerpo vivo. 

Si tu mente está corrompida por ideas que en lugar de identificar la realidad, fingen un mundo  alternativo, creando unas redes cognitivas corticales que reflejan un mundo fantasioso, tampoco podrás identificar correctamente que te beneficia o perjudica y por tanto, no podrás actuar con buen juicio. La mente corrompida es la que funciona mal, que  intencionalmente no desempeña bien su función biológica: actúa de mala fe – se engaña a sí misma; no conoce, si no que inventa los hechos, inventa mundos ultraterrenos, inaccesibles, indemostrables; valora lo que le es perjudicial y por tanto, conduce a la acción auto-destructiva. También pelea con los hechos y con sus necesidades como cuerpo vivo.

Si valoras tu vida, entonces deseas una mente sana. Una mente que desempeñe bien su función biológica que consiste en conocer, evaluar, regular la acción auto-generadora y auto-sustentante. Valoras una mente entrenada en el arte de razonar bien – que es la aplicación de la lógica y la objetividad al pensar. Pero como sabes que tu mente es una facultad del cuerpo que eres, si quieres que funcione bien, es menester que tu cuerpo funcione bien, que sea eficiente, que pueda enfrentar exitosamente las adversidades de la vida. 

Crear el cuerpo sano y eficiente, es comprometerse a lograr ser física y mentalmente perfecto, es desear ser lo que uno mismo aprueba en otros hombres. Es evitar ser gordo, débil, enfermizo, alfeñique. Es evitar que le falte a uno el aire cuando lo necesita. Es evitar padecer de achaques o dolor de espalda. Por el contrario, comprometerse a cultivar uno su cuerpo es afanarse por conseguir ser fuerte, flexible, resistente, coordinado, veloz, de reacción rápida, simétrico y tener magnetismo físico. Es afanarse por adquirir buena aptitud física para sobrevivir. Es llegar a ser apto para vivir. Es buscar el éxito en el desarrollo de uno mismo.

El triunfar en la consecución de la aptitud física, de salud y fuerza espléndidas, requiere identificar lo que se quiere conseguir y las debilidades que hay que corregir. Es imprescindible identificar cómo funciona la fisiología humana para diseñar un programa de ejercicios que sea eficiente. Se requiere no fingir que las capacidades o resultados son distintos de como son. Se requiere trabajo y una fuerza de voluntad y decisión a toda prueba para insistir en el desarrollo de sí mismo sin tener en cuenta las renuncias que se vea obligado a hacer. Se requiere invertir apropiadamente y convenientemente en desarrollar un cuerpo bello y saludable. Se debe tener valor y no temer al fracaso ni a los errores, de los cuales se debe aprender. Se requiere honrar la decisión de ser mejor.

Es necesario también reformar malos hábitos que lo debilitan o que lo exponen a uno a enfermarse, y sustituirlos con hábitos que le sirvan  a uno para hacerse de un cuerpo nuevo, bello, acorde al buen gusto, para así poder disfrutar siempre de una salud espléndida. Los hábitos que lo fortalecen a uno consisten en una rutina de ejercicios físicos según la capacidad de cada quien y buenos costumbres de higiene. El individuo es lo que es por sus hábitos diarios del pasado. Día a día ayuda a su cuerpo o lo destruye. 

El programa de ejercicios debe incluir algún tipo de ejercicio aeróbico -20 a 30 minutos, tres veces por semana –para la salud cardiovascular. Así mismo debe comprender algún tipo de ejercicio que esculpa el cuerpo, que desarrolle la musculatura, ya sea auto-resistencia dinámica o contracciones isométricas o resistencia con pesas, dos a tres veces a la semana. Para flexibilidad y gracia de movimiento, la calistenia es lo que complementa el programa.

También se debe atender la debida nutrición para el desarrollo físico, según la justa medida para el propósito elegido. Una alimentación adecuada suple la fuerza que hace funcionar el cuerpo humano. La alimentación debe consistir de alimentos que contengan proteínas (pollo, pescado, pavo, claras de huevo) –un gramo por cada dos libras de peso; carbohidratos simples (frutas), y carbohidratos complejos (granos y vegetales) –un gramo y medio por cada libra de peso y deben proveer la mayoría de las calorías; grasas y lípidos (margarina, mantequilla, aceites vegetales, la contenida en la leche, los huevos, la carne, quesos, frutos secos y cereales) – 0.30 gramos por cada libra de peso y el 25% del total de calorías de la ingesta. 

El control de grasa y masa corporal obedece, no a ningún secreto mágico sino que a la lógica: si se quiere aumentar peso muscular, hay que ingerir más calorías de lo que se consume, y al revés si se quiere perder peso. 

Las grasas tienen el doble de calorías por gramo que las proteínas o carbohidratos. Un gramo de grasa tiene 9 calorías, mientras que un gramo de carbohidratos o de proteínas tan solo tienen 4 calorías. En otras palabras, 1 gramo de grasa contiene más calorías que 1 gramo de carbohidratos y 1 gamo de proteínas combinados, los que juntos sólo tienen 8 gramos.

Además las calorías de la grasa se almacenan rápidamente, pues le toma poca energía al cuerpo el digerir la grasa – un 3% de la energía calórica de la grasa. En cambio se gasta el 15% de las calorías de la proteína o de los carbohidratos en digerir.

Por último, se requiere tomar mucha agua – un mínimo de ocho vasos de 12 onzas de agua pura diariamente.

La firmeza de la carne es la condición corporal sana y buena; la flacidez de la carne es la condición corporal decadente y mala. 

La fortaleza así cultivada, aumenta la confianza en uno mismo por saberse uno capaz de responder ante los desafíos físicos, superando así el miedo y moderando la audacia. Las cualidades que se desarrollan en el proceso del fortalecimiento del cuerpo fortalecen el carácter. 

Si tu cuerpo está sano y en forma podrá desempeñar bien su función biológica que consiste en conocer, evaluar, regular y ejercer la acción auto-generadora y auto-sustentante, para florecer, para vivir plenamente la vida que tú quieras. Descuidar tu cuerpo es estropear la calidad de tu vida. Ya lo dijo, hace un siglo, Eugene Sandow, el amigo de Conan Doyle y hombre fuerte de la Era Victoriana: 

“Sostengo que quien descuida su cuerpo –y el no cultivarlo es descuidarlo– es culpable del peor pecado; porque peca contra la Naturaleza. Sostengo entonces que el cuidado del cuerpo es en sí mismo absolutamente cosa buena, y que descuidarlo es tan inexcusable como descuidar las oportunidades de crecimiento mental que se le presentan al hombre en su camino.”

Así que si este año nuevo vas a iniciar una vida nueva, que mejor que guiado por el principio:

MENS SANA IN CORPORE SANO.


Año nuevo, vida nueva

Warren Orbaugh
06 de enero, 2020

No vale la pena preocuparse por cosas fuera de tu control. Si Irán y Estados Unidos se embarcan en una guerra no es tu problema. Pero lo que sí está bajo tu control sí es tu problema Con el año nuevo, muchos se plantean la meta de vivir más ordenada y saludablemente. 

¿Te lo has planteado tú? ¿Amas tú tu vida? 

Si es así, entonces dale la bienvenida a la vida. Sal a encontrar reiteradamente la realidad de tu experiencia. Sácale hasta la última gota a la médula de la vida. Vive deliberada e intencionalmente. Vive una vida poética. Vive una vida extraordinaria. Vive a plenitud. Pues tu vida es tuya para vivirla, es única, y es breve. El tiempo de tu existencia es limitado e incierto. Tu vida es tuya para cuidarla, disfrutarla, venerarla, vivirla como tú elijas.

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¿Y cómo vas a hacer para crear la vida que quieras vivir?

Acepta lo que eres. Eres un cuerpo consciente, un organismo vivo que para mantenerte con vida tienes que interactuar –con todo tu cuerpo– percibiendo la realidad, para identificar que te beneficia, para buscarlo; e identificar que te perjudica, para evitarlo. Como cuerpo consciente que eres, tienes la facultad de razonar –una de tantas facultades que posees– es decir, de percibir, de conocer, de poder identificar la realidad a partir de la evidencia que tus sentidos te aportan, integrándola en conceptos y principios. Es un proceso físico y neurológico. Pero razonar bien es así mismo una habilidad adquirida y un arte. Si razonas bien podrás identificar la causalidad de las cosas y actuar acorde; si no, no.

No podrás razonar bien si tu mente –la consciencia humana– está enferma. Y tu mente no es sólo tu cerebro con sus neuronas, sino que todo tu orden sensorial, tus sentidos, nociceptores, sistema nervioso, neurotransmisores y redes cognitivas corticales que reflejan el conocimiento que has automatizado. 

Si tu mente está enferma por razones no humanas – esquizofrenia, fobias, etc. – no podrás identificar correctamente que te beneficia o perjudica y por tanto, no podrás actuar con sensatez. Si tu mente está enferma por tu causa, por consumo de sustancias como alcohol o drogas, que entorpecen el funcionamiento de tus sentidos y orden sensorial, tampoco podrás identificar correctamente la realidad y actuar prudentemente. La mente enferma es la que no puede desempeñar bien su función biológica: no conoce, evalúa mal, conduce a la acción auto-destructiva; está en conflicto con los hechos y con sus necesidades como cuerpo vivo. 

Si tu mente está corrompida por ideas que en lugar de identificar la realidad, fingen un mundo  alternativo, creando unas redes cognitivas corticales que reflejan un mundo fantasioso, tampoco podrás identificar correctamente que te beneficia o perjudica y por tanto, no podrás actuar con buen juicio. La mente corrompida es la que funciona mal, que  intencionalmente no desempeña bien su función biológica: actúa de mala fe – se engaña a sí misma; no conoce, si no que inventa los hechos, inventa mundos ultraterrenos, inaccesibles, indemostrables; valora lo que le es perjudicial y por tanto, conduce a la acción auto-destructiva. También pelea con los hechos y con sus necesidades como cuerpo vivo.

Si valoras tu vida, entonces deseas una mente sana. Una mente que desempeñe bien su función biológica que consiste en conocer, evaluar, regular la acción auto-generadora y auto-sustentante. Valoras una mente entrenada en el arte de razonar bien – que es la aplicación de la lógica y la objetividad al pensar. Pero como sabes que tu mente es una facultad del cuerpo que eres, si quieres que funcione bien, es menester que tu cuerpo funcione bien, que sea eficiente, que pueda enfrentar exitosamente las adversidades de la vida. 

Crear el cuerpo sano y eficiente, es comprometerse a lograr ser física y mentalmente perfecto, es desear ser lo que uno mismo aprueba en otros hombres. Es evitar ser gordo, débil, enfermizo, alfeñique. Es evitar que le falte a uno el aire cuando lo necesita. Es evitar padecer de achaques o dolor de espalda. Por el contrario, comprometerse a cultivar uno su cuerpo es afanarse por conseguir ser fuerte, flexible, resistente, coordinado, veloz, de reacción rápida, simétrico y tener magnetismo físico. Es afanarse por adquirir buena aptitud física para sobrevivir. Es llegar a ser apto para vivir. Es buscar el éxito en el desarrollo de uno mismo.

El triunfar en la consecución de la aptitud física, de salud y fuerza espléndidas, requiere identificar lo que se quiere conseguir y las debilidades que hay que corregir. Es imprescindible identificar cómo funciona la fisiología humana para diseñar un programa de ejercicios que sea eficiente. Se requiere no fingir que las capacidades o resultados son distintos de como son. Se requiere trabajo y una fuerza de voluntad y decisión a toda prueba para insistir en el desarrollo de sí mismo sin tener en cuenta las renuncias que se vea obligado a hacer. Se requiere invertir apropiadamente y convenientemente en desarrollar un cuerpo bello y saludable. Se debe tener valor y no temer al fracaso ni a los errores, de los cuales se debe aprender. Se requiere honrar la decisión de ser mejor.

Es necesario también reformar malos hábitos que lo debilitan o que lo exponen a uno a enfermarse, y sustituirlos con hábitos que le sirvan  a uno para hacerse de un cuerpo nuevo, bello, acorde al buen gusto, para así poder disfrutar siempre de una salud espléndida. Los hábitos que lo fortalecen a uno consisten en una rutina de ejercicios físicos según la capacidad de cada quien y buenos costumbres de higiene. El individuo es lo que es por sus hábitos diarios del pasado. Día a día ayuda a su cuerpo o lo destruye. 

El programa de ejercicios debe incluir algún tipo de ejercicio aeróbico -20 a 30 minutos, tres veces por semana –para la salud cardiovascular. Así mismo debe comprender algún tipo de ejercicio que esculpa el cuerpo, que desarrolle la musculatura, ya sea auto-resistencia dinámica o contracciones isométricas o resistencia con pesas, dos a tres veces a la semana. Para flexibilidad y gracia de movimiento, la calistenia es lo que complementa el programa.

También se debe atender la debida nutrición para el desarrollo físico, según la justa medida para el propósito elegido. Una alimentación adecuada suple la fuerza que hace funcionar el cuerpo humano. La alimentación debe consistir de alimentos que contengan proteínas (pollo, pescado, pavo, claras de huevo) –un gramo por cada dos libras de peso; carbohidratos simples (frutas), y carbohidratos complejos (granos y vegetales) –un gramo y medio por cada libra de peso y deben proveer la mayoría de las calorías; grasas y lípidos (margarina, mantequilla, aceites vegetales, la contenida en la leche, los huevos, la carne, quesos, frutos secos y cereales) – 0.30 gramos por cada libra de peso y el 25% del total de calorías de la ingesta. 

El control de grasa y masa corporal obedece, no a ningún secreto mágico sino que a la lógica: si se quiere aumentar peso muscular, hay que ingerir más calorías de lo que se consume, y al revés si se quiere perder peso. 

Las grasas tienen el doble de calorías por gramo que las proteínas o carbohidratos. Un gramo de grasa tiene 9 calorías, mientras que un gramo de carbohidratos o de proteínas tan solo tienen 4 calorías. En otras palabras, 1 gramo de grasa contiene más calorías que 1 gramo de carbohidratos y 1 gamo de proteínas combinados, los que juntos sólo tienen 8 gramos.

Además las calorías de la grasa se almacenan rápidamente, pues le toma poca energía al cuerpo el digerir la grasa – un 3% de la energía calórica de la grasa. En cambio se gasta el 15% de las calorías de la proteína o de los carbohidratos en digerir.

Por último, se requiere tomar mucha agua – un mínimo de ocho vasos de 12 onzas de agua pura diariamente.

La firmeza de la carne es la condición corporal sana y buena; la flacidez de la carne es la condición corporal decadente y mala. 

La fortaleza así cultivada, aumenta la confianza en uno mismo por saberse uno capaz de responder ante los desafíos físicos, superando así el miedo y moderando la audacia. Las cualidades que se desarrollan en el proceso del fortalecimiento del cuerpo fortalecen el carácter. 

Si tu cuerpo está sano y en forma podrá desempeñar bien su función biológica que consiste en conocer, evaluar, regular y ejercer la acción auto-generadora y auto-sustentante, para florecer, para vivir plenamente la vida que tú quieras. Descuidar tu cuerpo es estropear la calidad de tu vida. Ya lo dijo, hace un siglo, Eugene Sandow, el amigo de Conan Doyle y hombre fuerte de la Era Victoriana: 

“Sostengo que quien descuida su cuerpo –y el no cultivarlo es descuidarlo– es culpable del peor pecado; porque peca contra la Naturaleza. Sostengo entonces que el cuidado del cuerpo es en sí mismo absolutamente cosa buena, y que descuidarlo es tan inexcusable como descuidar las oportunidades de crecimiento mental que se le presentan al hombre en su camino.”

Así que si este año nuevo vas a iniciar una vida nueva, que mejor que guiado por el principio:

MENS SANA IN CORPORE SANO.