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Despanchurrada

Carolina Castellanos
28 de febrero, 2020

(palabra inventada)

Así está nuestra Guate. No está vencida y espero que nunca lo esté.  Mientras sigamos en la lucha diaria en contra de todos los que quieren destruir nuestra forma de vida en libertad, nuestra patria no estará vencida.

Usted, que amablemente lee este artículo, es uno de los luchadores. Seguramente lee a otros columnistas, está pendiente de las noticias, comenta al respecto en sus círculos familiares, laborales, de amigos, etc. y, lo más importante, analiza lo que está sucediendo, pregunta y opina.

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Lamentablemente, usted forma parte de la minoría de guatemaltecos que sí están atentos al acontecer nacional.  La gran mayoría sigue su vida pues tiene la libertad para hacerlo.  No estamos sujetos a límites más allá de lo que establece el sistema jurídico del país. Podemos transitar libremente, trabajar, estudiar, comprar lo que nuestros ingresos nos lo permitan. Expresamos nuestras opiniones en cualquier ámbito, sin censura ni temor a represalias.  Todo esto lo tomamos como algo tan normal que ni siquiera le damos pensamiento.

No es así en todos los países. Guatemala está siendo asediada por quienes quieren acabar con todo esto para poder vivir del gobierno, controlarlo todo, fingir que trabajan cuando lo único que hacen es vigilar y castigar a quien se atreva a llevarles la contraria.  El robo, el abuso y la prepotencia son sus herramientas de trabajo. La envidia es la llama que arde y que se vuelve ese motor de combustión interna que les da la energía para romper con todo lo bueno y valioso. 

A eso se le llama socialismo. Guatemala está “despanchurrada” por ese asedio incansable de los “chairos” para manejar la ley a su sabor y antojo.  “La cadena se rompe por el eslabón más débil”, reza el viejo refrán. Ese eslabón está conformado por el desinterés de la gran mayoría en involucrarse como lo hacemos usted y yo, y muchos otros, pero que no somos suficientes pues el dinero detrás de los que buscan el mal es inagotable. Mientras haya dinero, habrá poder y se mantendrá ese círculo vicioso para la eternidad.

Esta semana vimos como la corte de constitucionalidad (no merece mayúsculas) entorpeció nuevamente el proceso de elección de magistrados a la Corte Suprema de Justicia y Cortes de Apelaciones.  Ya lo hizo el año pasado.  Quienes tienen esos cargos lo hacen de forma ilegal desde el 13 de octubre de 2019.  Ahora amparan al/la de siempre y suspenden el proceso para que vuelva a iniciar desde cero. ¿Hasta cuándo vamos a permitir que estos nefastos guatemaltecos sigan “despanchurrando” a Guatemala hasta destruirla?

Muchos hemos insistido en la necesidad de reformar el sistema de justicia en Guatemala.  Es ineficiente y corrupto, está ideologizado y doblegado a intereses oscuros y atado a nivel internacional con las peores organizaciones socialistas del planeta. El Presidente Giammattei ya habló de reformar la Constitución.  Es necesario, pero no ahora, o habremos abierto el camino para la implementación del socialismo en Guatemala. Recordemos que Iván Velásquez lo intentó.  Logramos detenerlo, muchísimos de nosotros, trabajando juntos hacia ese objetivo.

Tenemos que involucrar a más personas en esta lucha pues es la mejor forma de hacerle entender a los nefastos que dirigen la corte de constitucionalidad y al Congreso que somos nosotros los mandantes.  Pagamos impuestos, contribuimos con nuestro trabajo al desarrollo del país y elegimos a nuestras autoridades en un proceso democrático. La voz es nuestra.  ¡Hagámonos escuchar!

Despanchurrada

Carolina Castellanos
28 de febrero, 2020

(palabra inventada)

Así está nuestra Guate. No está vencida y espero que nunca lo esté.  Mientras sigamos en la lucha diaria en contra de todos los que quieren destruir nuestra forma de vida en libertad, nuestra patria no estará vencida.

Usted, que amablemente lee este artículo, es uno de los luchadores. Seguramente lee a otros columnistas, está pendiente de las noticias, comenta al respecto en sus círculos familiares, laborales, de amigos, etc. y, lo más importante, analiza lo que está sucediendo, pregunta y opina.

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Lamentablemente, usted forma parte de la minoría de guatemaltecos que sí están atentos al acontecer nacional.  La gran mayoría sigue su vida pues tiene la libertad para hacerlo.  No estamos sujetos a límites más allá de lo que establece el sistema jurídico del país. Podemos transitar libremente, trabajar, estudiar, comprar lo que nuestros ingresos nos lo permitan. Expresamos nuestras opiniones en cualquier ámbito, sin censura ni temor a represalias.  Todo esto lo tomamos como algo tan normal que ni siquiera le damos pensamiento.

No es así en todos los países. Guatemala está siendo asediada por quienes quieren acabar con todo esto para poder vivir del gobierno, controlarlo todo, fingir que trabajan cuando lo único que hacen es vigilar y castigar a quien se atreva a llevarles la contraria.  El robo, el abuso y la prepotencia son sus herramientas de trabajo. La envidia es la llama que arde y que se vuelve ese motor de combustión interna que les da la energía para romper con todo lo bueno y valioso. 

A eso se le llama socialismo. Guatemala está “despanchurrada” por ese asedio incansable de los “chairos” para manejar la ley a su sabor y antojo.  “La cadena se rompe por el eslabón más débil”, reza el viejo refrán. Ese eslabón está conformado por el desinterés de la gran mayoría en involucrarse como lo hacemos usted y yo, y muchos otros, pero que no somos suficientes pues el dinero detrás de los que buscan el mal es inagotable. Mientras haya dinero, habrá poder y se mantendrá ese círculo vicioso para la eternidad.

Esta semana vimos como la corte de constitucionalidad (no merece mayúsculas) entorpeció nuevamente el proceso de elección de magistrados a la Corte Suprema de Justicia y Cortes de Apelaciones.  Ya lo hizo el año pasado.  Quienes tienen esos cargos lo hacen de forma ilegal desde el 13 de octubre de 2019.  Ahora amparan al/la de siempre y suspenden el proceso para que vuelva a iniciar desde cero. ¿Hasta cuándo vamos a permitir que estos nefastos guatemaltecos sigan “despanchurrando” a Guatemala hasta destruirla?

Muchos hemos insistido en la necesidad de reformar el sistema de justicia en Guatemala.  Es ineficiente y corrupto, está ideologizado y doblegado a intereses oscuros y atado a nivel internacional con las peores organizaciones socialistas del planeta. El Presidente Giammattei ya habló de reformar la Constitución.  Es necesario, pero no ahora, o habremos abierto el camino para la implementación del socialismo en Guatemala. Recordemos que Iván Velásquez lo intentó.  Logramos detenerlo, muchísimos de nosotros, trabajando juntos hacia ese objetivo.

Tenemos que involucrar a más personas en esta lucha pues es la mejor forma de hacerle entender a los nefastos que dirigen la corte de constitucionalidad y al Congreso que somos nosotros los mandantes.  Pagamos impuestos, contribuimos con nuestro trabajo al desarrollo del país y elegimos a nuestras autoridades en un proceso democrático. La voz es nuestra.  ¡Hagámonos escuchar!