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¿Es realmente necesario un presupuesto tan holgado?

Carlos Díaz-Durán
24 de septiembre, 2020

Días atrás el Ministerio de Finanzas Públicas presentó al Congreso de la República para su aprobación el proyecto de Presupuesto General de Ingresos y Egresos del Estado que asciende a Q.99.7 millardos. De este total, únicamente se estiman ingresos por recaudación tributaria de alrededor de Q.61 millardos. Para completar los fondos que se están requiriendo en el proyecto de presupuesto, será necesario financiar con deuda publica alrededor de Q.32 millardos. Los cerca de Q.5 millardos restantes corresponderán a ingresos de otro (donaciones, caja y bancos, entre otros). 

Cada vez que se somete a discusión el presupuesto del estado cabe cuestionarnos la calidad del gasto público, especialmente cuando se trata de un presupuesto tan elevado y tan por encima de la recaudación tributaria que requiere dicho nivel de endeudamiento. Este año, el estado contó con más fondos que cualquiera de los años anteriores, sin embargo, esto no se ha visto reflejado en la calidad de los servicios, atención a la emergencia u obra pública. Para agosto, la ejecución presupuestaria no alcanzaba ni el 50%. 

Con todo esto, es necesario seguirnos cuestionando ¿Es realmente necesario un presupuesto tan holgado? Aunque es un tema del que hemos hablado hasta el cansancio, debemos seguir haciéndonos esa pregunta hasta que finalmente nos sentemos como país a hacer una revisión profunda y consciente sobre la calidad del gasto público. 

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El Congreso de la República tiene como parte de su labor de fiscalización y atribuciones constitucionales analizar las cuentas que le rinda el Organismo Ejecutivo y pedir las explicaciones pertinentes en caso se detecte alguna irregularidad. Sin embargo, la discusión en el Congreso rara vez es sustancial, pues normalmente pasa por temas de oportunidad política. La discusión del presupuesto para el año 2021 se ha iniciado en el Congreso. 

En el marco de dicha discusión y dada la baja proyección en la recaudación y el gran incremento en el gasto público, esta semana la Superintendencia de Administración Tributaria propuso como una “solución” a los problemas tributarios un incremento en los impuestos específicos al cemento y combustibles. En medio de una crisis económica que afecta no solo a Guatemala si no que prácticamente al mundo entero, nuestros esfuerzos deben enfocarse en medidas que permitan que la economía se fortalezca. El aumento a los impuestos que se está sugiriendo, tendría el efecto contrario.

Dicho aumento a los impuestos específicos al cemento y combustibles tiene como efecto inmediato el incremento en el precio de venta al público de esos productos. Por otro lado, el incremento en precios también se ve reflejado en otros productos que tienen dentro de sus costos de producción o distribución combustible o cemento. Es fácil caer en la trampa de pensar que por tratarse de impuestos dirigidos a sectores o productos específicos únicamente afectará a estos. Sin embargo, no debemos perder de vista que el efecto será para todos y lo veremos en el precio de muchos productos. Prácticamente todas las cadenas de distribución se ven afectadas por las variaciones en precio de combustibles.

El presupuesto del estado se continúa haciendo cada vez más grande. En la medida que no hagamos una revisión profunda de la calidad del gasto público, los fondos de los que dispone el estado nunca serán suficientes y seguiremos viendo como para sufragar el gasto público se continúa aumentando la deuda pública e incrementando los impuestos sin que a cambio recibamos servicios públicos de buena calidad. 

¿Es realmente necesario un presupuesto tan holgado?

Carlos Díaz-Durán
24 de septiembre, 2020

Días atrás el Ministerio de Finanzas Públicas presentó al Congreso de la República para su aprobación el proyecto de Presupuesto General de Ingresos y Egresos del Estado que asciende a Q.99.7 millardos. De este total, únicamente se estiman ingresos por recaudación tributaria de alrededor de Q.61 millardos. Para completar los fondos que se están requiriendo en el proyecto de presupuesto, será necesario financiar con deuda publica alrededor de Q.32 millardos. Los cerca de Q.5 millardos restantes corresponderán a ingresos de otro (donaciones, caja y bancos, entre otros). 

Cada vez que se somete a discusión el presupuesto del estado cabe cuestionarnos la calidad del gasto público, especialmente cuando se trata de un presupuesto tan elevado y tan por encima de la recaudación tributaria que requiere dicho nivel de endeudamiento. Este año, el estado contó con más fondos que cualquiera de los años anteriores, sin embargo, esto no se ha visto reflejado en la calidad de los servicios, atención a la emergencia u obra pública. Para agosto, la ejecución presupuestaria no alcanzaba ni el 50%. 

Con todo esto, es necesario seguirnos cuestionando ¿Es realmente necesario un presupuesto tan holgado? Aunque es un tema del que hemos hablado hasta el cansancio, debemos seguir haciéndonos esa pregunta hasta que finalmente nos sentemos como país a hacer una revisión profunda y consciente sobre la calidad del gasto público. 

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En el marco de dicha discusión y dada la baja proyección en la recaudación y el gran incremento en el gasto público, esta semana la Superintendencia de Administración Tributaria propuso como una “solución” a los problemas tributarios un incremento en los impuestos específicos al cemento y combustibles. En medio de una crisis económica que afecta no solo a Guatemala si no que prácticamente al mundo entero, nuestros esfuerzos deben enfocarse en medidas que permitan que la economía se fortalezca. El aumento a los impuestos que se está sugiriendo, tendría el efecto contrario.

Dicho aumento a los impuestos específicos al cemento y combustibles tiene como efecto inmediato el incremento en el precio de venta al público de esos productos. Por otro lado, el incremento en precios también se ve reflejado en otros productos que tienen dentro de sus costos de producción o distribución combustible o cemento. Es fácil caer en la trampa de pensar que por tratarse de impuestos dirigidos a sectores o productos específicos únicamente afectará a estos. Sin embargo, no debemos perder de vista que el efecto será para todos y lo veremos en el precio de muchos productos. Prácticamente todas las cadenas de distribución se ven afectadas por las variaciones en precio de combustibles.

El presupuesto del estado se continúa haciendo cada vez más grande. En la medida que no hagamos una revisión profunda de la calidad del gasto público, los fondos de los que dispone el estado nunca serán suficientes y seguiremos viendo como para sufragar el gasto público se continúa aumentando la deuda pública e incrementando los impuestos sin que a cambio recibamos servicios públicos de buena calidad.