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Visita del Presidente Obama a la “Pérfida Cuba”

Jose Azel
08 de septiembre, 2020

En el contexto de las relaciones internacionales y la diplomacia, “Pérfida Albión” o “Traicionera Inglaterra” es un concepto utilizado para referirse a la deslealtad, engaño y traición diplomática utilizados por Gran Bretaña en la falaz búsqueda de sus propios intereses.

Pérfida, por supuesto, se refiere a quien no cumple su palabra, y Albión deriva del antiguo nombre griego para la isla de Gran Bretaña. El nombre devino expresión rutinaria en Francia en el siglo 19 tras la Revolución Francesa. Manteniéndome en la tradición etimológica, me refiero a “Pérfida Cuba” para analizar el engaño utilizado por la Cuba de los Castro en sus relaciones internacionales.

Desde sus primeros días en el poder, Fidel Castro buscó repetidamente engañar a la comunidad internacional aplacándola. Esta es una muestra en sus discursos de 1959:

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  • “Restableceremos todos los derechos y libertades, incluyendo la absoluta libertad de prensa”.
  • “Se que les preocupa si somos o no somos comunistas. Quiero dejar claro que no somos comunistas. Ni el movimiento ni yo somos comunistas”.
  • “No voy a permitir a nadie que me llame comunista, porque no soy un comunista; estoy diciendo la verdad”.
  • “No apoyo el comunismo. Cuba no nacionalizará o expropiará propiedad privada. En vez de eso, buscaremos inversiones”

Pocos meses después, Castro comenzó el proceso de adueñarse de toda propiedad privada. No fue hasta casi tres años después, en diciembre de 1961, que Fidel Castro finalmente hizo clara su filosofía política: “Soy marxista-leninista y lo seré hasta el último día de mi vida”

Al año siguiente, Fidel Castro instó a la Unión Soviética a lanzar un ataque nuclear preventivo contra Estados Unidos, con misiles desde Cuba.

El Presidente Obama es displicente desestimando la historia, destacando que “no estoy interesado en pelear batallas que comenzaron antes de yo nacer”. Para aquellos que, como el Presidente Obama, pueden pensar que los ejemplos anteriores son historia antigua irrelevante, solamente es necesario destacar que:

En 2011 funcionarios cubanos negociaron con la organización terrorista Hezbollah, apoyada por Irán, para establecer una base operacional en Cuba.

En 2013 el gobierno cubano intentó engañar al mundo escondiendo sistemas de armas bajo sacos de azúcar en un barco norcoreano navegando desde Cuba hacia Corea del Norte, país bajo un embargo de armas por Naciones Unidas.

En 2014 un misil americano Hellfire desartillado fue erróneamente enviado desde Europa a Cuba. Sucedió precisamente mientras la administración Obama y Cuba negociaban lo que terminó siendo la actual reconciliación entre ambos países. Muy probablemente, las capacidades cubanas de espionaje estuvieron envueltas en este misterioso “error de envío”. Cuba demoró 18 meses en devolver el misil.

En 2015 Fox News confirmó informes de que operativos militares cubanos fueron supuestamente detectados en Siria junto a fuerzas rusas apoyando al régimen de Assad.

En 2016 Cuba reafirmó su difamatoria acusación de que Estados Unidos introdujo deliberadamente el virus del dengue en Cuba para provocar una epidemia.

A pesar de la evidencia de la perfidia cubana, el Presidente Obama ha anunciado, en una demostración de asimetría diplomática, que visitará Cuba en marzo, promoviendo así ante los ojos del mundo la legitimación de la dictadura militar de Castro.

El Presidente no solamente está ciego ante lo obvio, sino también ante su propia ceguera. Sus artificios de pensamiento son lo que los psicólogos llaman ilusiones cognoscitivas. 

El legado que el Presidente Obama busca en relaciones internacionales no se equipara al de la histórica visita del Presidente Nixon a China. Más probablemente, su legado reflejará el del primer Ministro británico Neville Chamberlain con su fallida política de apaciguamiento de los enemigos del gobierno democrático. Chamberlain entregó a Adolfo Hitler en el Pacto de Munich de 1938 la región de los Sudetes de Checoslovaquia, solamente para ver a Alemania ocupar el resto de Checoslovaquia seis meses después, seguido por la invasión de Polonia en 1939.

En términos de diplomacia internacional, una visita presidencial es el mayor reconocimiento que un gobierno puede conferir a otro. ¿Qué ha hecho la pérfida Cuba para merecer tal honor de Estados Unidos?

El Dr. José Azel es Investigador Senior en el Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos de la Universidad de Miami, y autor del libro Mañana in Cuba.  

Visita del Presidente Obama a la “Pérfida Cuba”

Jose Azel
08 de septiembre, 2020

En el contexto de las relaciones internacionales y la diplomacia, “Pérfida Albión” o “Traicionera Inglaterra” es un concepto utilizado para referirse a la deslealtad, engaño y traición diplomática utilizados por Gran Bretaña en la falaz búsqueda de sus propios intereses.

Pérfida, por supuesto, se refiere a quien no cumple su palabra, y Albión deriva del antiguo nombre griego para la isla de Gran Bretaña. El nombre devino expresión rutinaria en Francia en el siglo 19 tras la Revolución Francesa. Manteniéndome en la tradición etimológica, me refiero a “Pérfida Cuba” para analizar el engaño utilizado por la Cuba de los Castro en sus relaciones internacionales.

Desde sus primeros días en el poder, Fidel Castro buscó repetidamente engañar a la comunidad internacional aplacándola. Esta es una muestra en sus discursos de 1959:

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  • “Restableceremos todos los derechos y libertades, incluyendo la absoluta libertad de prensa”.
  • “Se que les preocupa si somos o no somos comunistas. Quiero dejar claro que no somos comunistas. Ni el movimiento ni yo somos comunistas”.
  • “No voy a permitir a nadie que me llame comunista, porque no soy un comunista; estoy diciendo la verdad”.
  • “No apoyo el comunismo. Cuba no nacionalizará o expropiará propiedad privada. En vez de eso, buscaremos inversiones”

Pocos meses después, Castro comenzó el proceso de adueñarse de toda propiedad privada. No fue hasta casi tres años después, en diciembre de 1961, que Fidel Castro finalmente hizo clara su filosofía política: “Soy marxista-leninista y lo seré hasta el último día de mi vida”

Al año siguiente, Fidel Castro instó a la Unión Soviética a lanzar un ataque nuclear preventivo contra Estados Unidos, con misiles desde Cuba.

El Presidente Obama es displicente desestimando la historia, destacando que “no estoy interesado en pelear batallas que comenzaron antes de yo nacer”. Para aquellos que, como el Presidente Obama, pueden pensar que los ejemplos anteriores son historia antigua irrelevante, solamente es necesario destacar que:

En 2011 funcionarios cubanos negociaron con la organización terrorista Hezbollah, apoyada por Irán, para establecer una base operacional en Cuba.

En 2013 el gobierno cubano intentó engañar al mundo escondiendo sistemas de armas bajo sacos de azúcar en un barco norcoreano navegando desde Cuba hacia Corea del Norte, país bajo un embargo de armas por Naciones Unidas.

En 2014 un misil americano Hellfire desartillado fue erróneamente enviado desde Europa a Cuba. Sucedió precisamente mientras la administración Obama y Cuba negociaban lo que terminó siendo la actual reconciliación entre ambos países. Muy probablemente, las capacidades cubanas de espionaje estuvieron envueltas en este misterioso “error de envío”. Cuba demoró 18 meses en devolver el misil.

En 2015 Fox News confirmó informes de que operativos militares cubanos fueron supuestamente detectados en Siria junto a fuerzas rusas apoyando al régimen de Assad.

En 2016 Cuba reafirmó su difamatoria acusación de que Estados Unidos introdujo deliberadamente el virus del dengue en Cuba para provocar una epidemia.

A pesar de la evidencia de la perfidia cubana, el Presidente Obama ha anunciado, en una demostración de asimetría diplomática, que visitará Cuba en marzo, promoviendo así ante los ojos del mundo la legitimación de la dictadura militar de Castro.

El Presidente no solamente está ciego ante lo obvio, sino también ante su propia ceguera. Sus artificios de pensamiento son lo que los psicólogos llaman ilusiones cognoscitivas. 

El legado que el Presidente Obama busca en relaciones internacionales no se equipara al de la histórica visita del Presidente Nixon a China. Más probablemente, su legado reflejará el del primer Ministro británico Neville Chamberlain con su fallida política de apaciguamiento de los enemigos del gobierno democrático. Chamberlain entregó a Adolfo Hitler en el Pacto de Munich de 1938 la región de los Sudetes de Checoslovaquia, solamente para ver a Alemania ocupar el resto de Checoslovaquia seis meses después, seguido por la invasión de Polonia en 1939.

En términos de diplomacia internacional, una visita presidencial es el mayor reconocimiento que un gobierno puede conferir a otro. ¿Qué ha hecho la pérfida Cuba para merecer tal honor de Estados Unidos?

El Dr. José Azel es Investigador Senior en el Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos de la Universidad de Miami, y autor del libro Mañana in Cuba.