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¿Cómo hacer una buena Agencia Anti Corrupción?

Redacción
16 de marzo, 2021

Las agencias anti corrupción han sido uno de los métodos más utilizados para combatir la corrupción a nivel mundial desde hace ya más de 50 años. Lastimosamente, los casos de éxito de este tipo de herramientas pueden ser contados con una mano, a pesar de que a lo largo de las últimas décadas ha habido decenas de comisiones especializadas en el combate a la corrupción. ¿Qué hace que una agencia anti corrupción sea exitosa? Son muchos los factores que influyen, pero se pueden resumir en una serie de factores externos y factores internos. 

Entre los factores externos esenciales para que una agencia anti corrupción sea exitosa se encuentra la voluntad política y el entorno institucional. El liderazgo político ha sido un factor fundamental en la capacidad de los países de combatir la corrupción en general, y con respecto a este tipo de comisiones, son un factor decisivo. El liderazgo o la voluntad política de las autoridades y principalmente de los jefes de Estado puede modificar las expectativas tanto del resto de los funcionarios de un gobierno como del resto de la sociedad.

Otro factor externo esencial es el entorno institucional. Implementar una agencia anti corrupción en un Estado con instituciones débiles o con una baja capacidad de gobernanza puede suponer un problema fundamental: la generación de confianza en que la comisión podrá cumplir con su función a cabalidad. El entorno institucional influye en la independencia de este tipo de agencias, además de determinar su capacidad de éxito y de apoyo tanto interno como externo.

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Los factores internos también son decisivos. Estos son principalmente resultado del diseño que da vida a estas agencias. Entre los factores que se suelen mencionar están la independencia financiera y política, la rendición de cuentas tanto interna como externa, la selección de personal profesional, la definición de objetivos claros y medibles y las funciones que se le asignan a la agencia. Los factores internos son una decisión tanto política como legal que toman las autoridades por lo que los factores externos tienen una gran influencia sobre los internos.

El objetivo de los factores internos debe ser acorde a la realidad de cada país, tomando en cuenta que “copiar” el diseño de otras agencias no suele ser suficiente para que tengan éxito. En algunos países se debe privilegiar tener una agencia más enfocada en prevención y en educación mientras que otras pueden tener mayor poder de persecución penal. El diseño de los factores internos de una agencia debe ser producto de una discusión profunda sobre el estado actual de la corrupción en un país y de la mejor estrategia para reducirla. 

En el caso guatemalteco, la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala -CICIG- y la recientemente creada Comisión Presidencial Contra la Corrupción -CPCC-, son dos casos casi antagónicos en su diseño institucional. Una de ellas privilegiaba un funcionamiento mucho más independiente que la otra, mientras que la otra está tomando un acercamiento más de “pasos pequeños” para combatir la corrupción. Ambas pudieron haber sido mejor diseñadas, aunque como se mencionaba previamente, el liderazgo político es un factor fundamental y allí es donde radica la mayor debilidad de ambas.

¿Cómo lograr un verdadero compromiso del liderazgo político para combatir la corrupción? No hay una respuesta sencilla. La evidencia a nivel mundial es variada y en algunos casos contradictoria. Ha habido grandes líderes en gobiernos tanto democráticos como autocráticos que han logrado combatir efectivamente la corrupción. Las razones por las cuáles dichos líderes decidieron emprender esa lucha también son variadas. Lo que si podemos hacer como sociedad es educarnos para comprender de mejor forma cómo podemos lidiar con la corrupción y cómo podemos identificar quiénes pueden liderar dicha lucha. Finalmente, coordinar a la sociedad para que todos actúen teniendo información compartida puede ser decisivo para romper el equilibrio de corrupción al que estamos sujetos los guatemaltecos.

¿Cómo hacer una buena Agencia Anti Corrupción?

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16 de marzo, 2021

Las agencias anti corrupción han sido uno de los métodos más utilizados para combatir la corrupción a nivel mundial desde hace ya más de 50 años. Lastimosamente, los casos de éxito de este tipo de herramientas pueden ser contados con una mano, a pesar de que a lo largo de las últimas décadas ha habido decenas de comisiones especializadas en el combate a la corrupción. ¿Qué hace que una agencia anti corrupción sea exitosa? Son muchos los factores que influyen, pero se pueden resumir en una serie de factores externos y factores internos. 

Entre los factores externos esenciales para que una agencia anti corrupción sea exitosa se encuentra la voluntad política y el entorno institucional. El liderazgo político ha sido un factor fundamental en la capacidad de los países de combatir la corrupción en general, y con respecto a este tipo de comisiones, son un factor decisivo. El liderazgo o la voluntad política de las autoridades y principalmente de los jefes de Estado puede modificar las expectativas tanto del resto de los funcionarios de un gobierno como del resto de la sociedad.

Otro factor externo esencial es el entorno institucional. Implementar una agencia anti corrupción en un Estado con instituciones débiles o con una baja capacidad de gobernanza puede suponer un problema fundamental: la generación de confianza en que la comisión podrá cumplir con su función a cabalidad. El entorno institucional influye en la independencia de este tipo de agencias, además de determinar su capacidad de éxito y de apoyo tanto interno como externo.

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Los factores internos también son decisivos. Estos son principalmente resultado del diseño que da vida a estas agencias. Entre los factores que se suelen mencionar están la independencia financiera y política, la rendición de cuentas tanto interna como externa, la selección de personal profesional, la definición de objetivos claros y medibles y las funciones que se le asignan a la agencia. Los factores internos son una decisión tanto política como legal que toman las autoridades por lo que los factores externos tienen una gran influencia sobre los internos.

El objetivo de los factores internos debe ser acorde a la realidad de cada país, tomando en cuenta que “copiar” el diseño de otras agencias no suele ser suficiente para que tengan éxito. En algunos países se debe privilegiar tener una agencia más enfocada en prevención y en educación mientras que otras pueden tener mayor poder de persecución penal. El diseño de los factores internos de una agencia debe ser producto de una discusión profunda sobre el estado actual de la corrupción en un país y de la mejor estrategia para reducirla. 

En el caso guatemalteco, la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala -CICIG- y la recientemente creada Comisión Presidencial Contra la Corrupción -CPCC-, son dos casos casi antagónicos en su diseño institucional. Una de ellas privilegiaba un funcionamiento mucho más independiente que la otra, mientras que la otra está tomando un acercamiento más de “pasos pequeños” para combatir la corrupción. Ambas pudieron haber sido mejor diseñadas, aunque como se mencionaba previamente, el liderazgo político es un factor fundamental y allí es donde radica la mayor debilidad de ambas.

¿Cómo lograr un verdadero compromiso del liderazgo político para combatir la corrupción? No hay una respuesta sencilla. La evidencia a nivel mundial es variada y en algunos casos contradictoria. Ha habido grandes líderes en gobiernos tanto democráticos como autocráticos que han logrado combatir efectivamente la corrupción. Las razones por las cuáles dichos líderes decidieron emprender esa lucha también son variadas. Lo que si podemos hacer como sociedad es educarnos para comprender de mejor forma cómo podemos lidiar con la corrupción y cómo podemos identificar quiénes pueden liderar dicha lucha. Finalmente, coordinar a la sociedad para que todos actúen teniendo información compartida puede ser decisivo para romper el equilibrio de corrupción al que estamos sujetos los guatemaltecos.