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Uvas verdes en política exterior

Jose Azel
04 de mayo, 2021

La expresión “uvas verdes” viene de la fábula de Esopo “La zorra y las uvas”. En ella, una zorra intenta comerse unas uvas que cuelgan a gran altura. Cuando no logra alcanzarlas no admite que fracasó, sino más bien racionaliza que las uvas no están maduras; así que están verdes y amargas.

Los psicólogos a menudo utilizan este relato clásico para ilustrar el concepto de disonancia cognoscitiva. Cuando se ha apostado fuertemente en algo y la evidencia nos dice que fallamos, intentamos justificar nuestra situación como hizo la zorra en la fábula de Esopo. Resumidamente: tendemos a denegar discrepancias entre nuestras convicciones preexistentes y la nueva información.

La teoría de la disonancia cognoscitiva examina nuestras acciones cuando somos confrontados con información inconsistente con nuestras creencias anteriores. Los catedráticos utilizan este paradigma en asuntos internacionales para analizar fracasos históricos en liderazgo que terminaron en sorpresas calamitosas. Ejemplos son la invasión alemana de Francia evitando la línea Maginot, el bombardeo japonés de Pearl Harbor, y los ataques simultáneos contra Israel en la guerra del Yom Kippur.

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La disonancia cognoscitiva también explica asuntos más mundanos. Recientemente el comentarista político Chris Matthews, analizando la posibilidad de un debate republicano sin Donald Trump, mostró despectivamente su racismo declarando: “¿Quién vería un debate entre dos cubanos… quién vería un debate entre Marco Rubio y Ted Cruz? ¿A quién le importa?” Los prejuicios de Mr. Matthew no le permitían admitir que dos elocuentes senadores de ancestros cubanos tuvieran algo que contribuir en un debate presidencial. 

La disonancia cognoscitiva es también evidente en cómo la administración Obama maneja las posturas de Irán y Cuba respondiendo a las iniciativas conciliatorias de la administración. Las expectativas de la administración no se han materializado. Sin embargo, en un esfuerzo por reducir la disonancia, los funcionarios aminoran y devalúan la información discrepante.

El disparo de cohetes iraníes a 1,500 pies de un portaviones americano en el Estrecho de Ormuz, seguido por la captura de dos embarcaciones patrulleras de la marina americana y sus tripulaciones en el Golfo Pérsico es ilustrativo. La detención de los marinos americanos sucedió días antes de la liberación de billones de activos iraníes como parte del controversial acuerdo nuclear alcanzado con Teherán.

Violando protocolos internacionales, un video de la agencia de noticias iraní mostró a los marinos americanos arrodillados en el muelle con sus manos agarradas detrás de sus cabezas. El video contrastaba agudamente con las declaraciones del Secretario de Defensa Ashton Carter, el secretario de Estado John Kerry, y La Casa Blanca. Las declaraciones oficiales lidiaban con la disonancia cognoscitiva de la situación aminorando la información discrepante y enfocándose en la liberación de las tripulaciones más que en el humillante contexto de la captura.

Siguiendo al anuncio del Presidente Obama, diciembre 17 del 2014, de su iniciativa para normalizar relaciones con la Cuba de Castro, la administración ha hecho diversas concesiones unilaterales antes y después del restablecimiento de relaciones diplomáticas. En cada etapa, el gobierno cubano decepcionó sin responder cálidamente a las expectativas de la administración Obama. De hecho, el General Raúl Castro ha insistido repetidamente que Cuba no cederá nada.

En su disonancia cognoscitiva la administración, en vez de reexaminar sus concepciones equivocadas, ha intentado reducir la disonancia y lograr consonancia duplicando su apuesta perdedora. Ha continuado actuado unilateralmente otorgando concesiones más amplias al régimen.

Sin el más leve signo de concesiones por Cuba la administración ha dado al gobierno cubano licencia para exportar ron Havana Club a EEUU, contraviniendo la decisión legal de que Bacardi Limited es el legítimo dueño de la licencia. Además, anunció nuevas regulaciones que beneficiarán al gobierno cubano aliviando restricciones para financiar importaciones cubanas desde Estados Unidos.

El anuncio utiliza lenguaje orwelliano para descartar el hecho de que la Cuba de Castro ejerce control totalitario y que las nuevas regulaciones no enriquecerán a pequeños emprendedores cubanos sino a monopolios gubernamentales. Con poca sinceridad señalan que las exportaciones serán autorizadas si cubren “las necesidades del pueblo cubano”. Un enfoque honesto sería que la administración reconociera su desacierto. Las uvas del régimen de Castro no están maduras para valores democráticos.

El Dr. José Azel es Investigador Senior en el Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos de la Universidad de Miami, y autor del libro Mañana in Cuba.

Uvas verdes en política exterior

Jose Azel
04 de mayo, 2021

La expresión “uvas verdes” viene de la fábula de Esopo “La zorra y las uvas”. En ella, una zorra intenta comerse unas uvas que cuelgan a gran altura. Cuando no logra alcanzarlas no admite que fracasó, sino más bien racionaliza que las uvas no están maduras; así que están verdes y amargas.

Los psicólogos a menudo utilizan este relato clásico para ilustrar el concepto de disonancia cognoscitiva. Cuando se ha apostado fuertemente en algo y la evidencia nos dice que fallamos, intentamos justificar nuestra situación como hizo la zorra en la fábula de Esopo. Resumidamente: tendemos a denegar discrepancias entre nuestras convicciones preexistentes y la nueva información.

La teoría de la disonancia cognoscitiva examina nuestras acciones cuando somos confrontados con información inconsistente con nuestras creencias anteriores. Los catedráticos utilizan este paradigma en asuntos internacionales para analizar fracasos históricos en liderazgo que terminaron en sorpresas calamitosas. Ejemplos son la invasión alemana de Francia evitando la línea Maginot, el bombardeo japonés de Pearl Harbor, y los ataques simultáneos contra Israel en la guerra del Yom Kippur.

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La disonancia cognoscitiva también explica asuntos más mundanos. Recientemente el comentarista político Chris Matthews, analizando la posibilidad de un debate republicano sin Donald Trump, mostró despectivamente su racismo declarando: “¿Quién vería un debate entre dos cubanos… quién vería un debate entre Marco Rubio y Ted Cruz? ¿A quién le importa?” Los prejuicios de Mr. Matthew no le permitían admitir que dos elocuentes senadores de ancestros cubanos tuvieran algo que contribuir en un debate presidencial. 

La disonancia cognoscitiva es también evidente en cómo la administración Obama maneja las posturas de Irán y Cuba respondiendo a las iniciativas conciliatorias de la administración. Las expectativas de la administración no se han materializado. Sin embargo, en un esfuerzo por reducir la disonancia, los funcionarios aminoran y devalúan la información discrepante.

El disparo de cohetes iraníes a 1,500 pies de un portaviones americano en el Estrecho de Ormuz, seguido por la captura de dos embarcaciones patrulleras de la marina americana y sus tripulaciones en el Golfo Pérsico es ilustrativo. La detención de los marinos americanos sucedió días antes de la liberación de billones de activos iraníes como parte del controversial acuerdo nuclear alcanzado con Teherán.

Violando protocolos internacionales, un video de la agencia de noticias iraní mostró a los marinos americanos arrodillados en el muelle con sus manos agarradas detrás de sus cabezas. El video contrastaba agudamente con las declaraciones del Secretario de Defensa Ashton Carter, el secretario de Estado John Kerry, y La Casa Blanca. Las declaraciones oficiales lidiaban con la disonancia cognoscitiva de la situación aminorando la información discrepante y enfocándose en la liberación de las tripulaciones más que en el humillante contexto de la captura.

Siguiendo al anuncio del Presidente Obama, diciembre 17 del 2014, de su iniciativa para normalizar relaciones con la Cuba de Castro, la administración ha hecho diversas concesiones unilaterales antes y después del restablecimiento de relaciones diplomáticas. En cada etapa, el gobierno cubano decepcionó sin responder cálidamente a las expectativas de la administración Obama. De hecho, el General Raúl Castro ha insistido repetidamente que Cuba no cederá nada.

En su disonancia cognoscitiva la administración, en vez de reexaminar sus concepciones equivocadas, ha intentado reducir la disonancia y lograr consonancia duplicando su apuesta perdedora. Ha continuado actuado unilateralmente otorgando concesiones más amplias al régimen.

Sin el más leve signo de concesiones por Cuba la administración ha dado al gobierno cubano licencia para exportar ron Havana Club a EEUU, contraviniendo la decisión legal de que Bacardi Limited es el legítimo dueño de la licencia. Además, anunció nuevas regulaciones que beneficiarán al gobierno cubano aliviando restricciones para financiar importaciones cubanas desde Estados Unidos.

El anuncio utiliza lenguaje orwelliano para descartar el hecho de que la Cuba de Castro ejerce control totalitario y que las nuevas regulaciones no enriquecerán a pequeños emprendedores cubanos sino a monopolios gubernamentales. Con poca sinceridad señalan que las exportaciones serán autorizadas si cubren “las necesidades del pueblo cubano”. Un enfoque honesto sería que la administración reconociera su desacierto. Las uvas del régimen de Castro no están maduras para valores democráticos.

El Dr. José Azel es Investigador Senior en el Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos de la Universidad de Miami, y autor del libro Mañana in Cuba.