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Síntomas de una sociedad polarizada

Redacción
13 de julio, 2021

Continuando un poco con la con la columna que escribí la semana pasada y que pueden consultar aquí, presiento que estamos cada vez más acercándonos a un punto de polarización del que no habrá vuelta atrás. Viéndolo como una enfermedad, la radicalización es un virus que se contagia rápido y que, si llega a infectar a la mayoría de población o de las élites, puede terminar acabando con todo a su paso. Como cualquier enfermedad, la radicalización tiene síntomas que se manifiestan en una sociedad cada vez más polarizada. Aquí el diagnóstico: 

Pérdida del respeto y ensalzamiento de los anti valores. Uno de los primeros síntomas que se puede observar en una sociedad que camina a la polarización es la destrucción de las normas sociales mínimas de convivencia. Este síntoma está siendo exacerbado por las redes sociales, que permiten darles voz incluso anónima a aquellos que detrás de una pantalla se atreven a decir cualquier estupidez, sea un insulto o una difamación. Esto provoca el surgimiento de los anti valores ejemplificados en esas personas o cuentas que representan esa degradación y que son aclamadas por sus comentarios polémicos e inflamatorios.

Urgencia por lo nuevo a costa de la destrucción de lo viejo. La polarización provoca un sentimiento de urgencia en destruir todo aquello que represente el sistema, sea justificable o no. Uno de los indicadores más claros de esto es la cantidad de partidos políticos que se están creando y la alta rotación de los partidos políticos dentro del legislativo. Pareciera ser que ni un proyecto político logra sobrellevar el desgaste de ejercer la política y por más que tengan buenas intenciones serán comidos por los radicales que creen que pueden hacer las cosas mejor o por lo menos hacerlas de forma distinta. Estos nuevos proyectos, muchas veces terminan siendo lo mismo, y son devorados por sus votantes que castigan hasta a las más buenas intenciones.

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Aumento en los niveles de violencia. La violencia ha sido desde el inicio de la humanidad el mecanismo por excelencia para obtener recursos. Esta violencia fue reemplazada a lo largo de los siglos, tras varias pruebas y errores, por lo que hoy llamamos instituciones. Estas instituciones, que ahora identificamos mayoritariamente como republicanas o democráticas, son las que permiten hacer el juego de la política evitando la confrontación violenta. Sin embargo, un sistema político que es incapaz de seguir el ritmo de las demandas sociales casi siempre termina destruido. En la medida en la que cada vez menos actores políticos opten por contender a través de dichas instituciones políticas, nos estaremos acercando más a una sociedad beligerante.

Hasta aquí el primer diagnóstico de una enfermedad que, como cáncer, se está esparciendo rápidamente entre los diversos órganos que componen nuestra sociedad. Los síntomas de una sociedad polarizada por supuesto que son más, y pueden ir empeorando como ocurre con cualquier enfermedad. Mientras tanto, la discusión entre los moderados debe encaminarse hacia la medicina que debemos tomar para evitar que la enfermedad sea terminal. 

Síntomas de una sociedad polarizada

Redacción
13 de julio, 2021

Continuando un poco con la con la columna que escribí la semana pasada y que pueden consultar aquí, presiento que estamos cada vez más acercándonos a un punto de polarización del que no habrá vuelta atrás. Viéndolo como una enfermedad, la radicalización es un virus que se contagia rápido y que, si llega a infectar a la mayoría de población o de las élites, puede terminar acabando con todo a su paso. Como cualquier enfermedad, la radicalización tiene síntomas que se manifiestan en una sociedad cada vez más polarizada. Aquí el diagnóstico: 

Pérdida del respeto y ensalzamiento de los anti valores. Uno de los primeros síntomas que se puede observar en una sociedad que camina a la polarización es la destrucción de las normas sociales mínimas de convivencia. Este síntoma está siendo exacerbado por las redes sociales, que permiten darles voz incluso anónima a aquellos que detrás de una pantalla se atreven a decir cualquier estupidez, sea un insulto o una difamación. Esto provoca el surgimiento de los anti valores ejemplificados en esas personas o cuentas que representan esa degradación y que son aclamadas por sus comentarios polémicos e inflamatorios.

Urgencia por lo nuevo a costa de la destrucción de lo viejo. La polarización provoca un sentimiento de urgencia en destruir todo aquello que represente el sistema, sea justificable o no. Uno de los indicadores más claros de esto es la cantidad de partidos políticos que se están creando y la alta rotación de los partidos políticos dentro del legislativo. Pareciera ser que ni un proyecto político logra sobrellevar el desgaste de ejercer la política y por más que tengan buenas intenciones serán comidos por los radicales que creen que pueden hacer las cosas mejor o por lo menos hacerlas de forma distinta. Estos nuevos proyectos, muchas veces terminan siendo lo mismo, y son devorados por sus votantes que castigan hasta a las más buenas intenciones.

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Aumento en los niveles de violencia. La violencia ha sido desde el inicio de la humanidad el mecanismo por excelencia para obtener recursos. Esta violencia fue reemplazada a lo largo de los siglos, tras varias pruebas y errores, por lo que hoy llamamos instituciones. Estas instituciones, que ahora identificamos mayoritariamente como republicanas o democráticas, son las que permiten hacer el juego de la política evitando la confrontación violenta. Sin embargo, un sistema político que es incapaz de seguir el ritmo de las demandas sociales casi siempre termina destruido. En la medida en la que cada vez menos actores políticos opten por contender a través de dichas instituciones políticas, nos estaremos acercando más a una sociedad beligerante.

Hasta aquí el primer diagnóstico de una enfermedad que, como cáncer, se está esparciendo rápidamente entre los diversos órganos que componen nuestra sociedad. Los síntomas de una sociedad polarizada por supuesto que son más, y pueden ir empeorando como ocurre con cualquier enfermedad. Mientras tanto, la discusión entre los moderados debe encaminarse hacia la medicina que debemos tomar para evitar que la enfermedad sea terminal.