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Las acciones tienen consecuencias

Warren Orbaugh
23 de agosto, 2021

Las acciones tienen consecuencias. La acción humana es conducta deliberada para alcanzar un fin. Deliberar es pensar, reflexionar, examinar y considerar las consecuencias a favor y en contra de una decisión. Es tomar en cuenta el tiempo. De hecho, el tiempo es una categoría praxeológica, es decir, una forma de pensar, de considerar el principio de sucesión de los cambios según la ley de causalidad que determina que todo cambio acontece según la ley del enlace de causas y efectos. Pensar es ya una acción que pretende pasar de un estado de cognición insatisfactorio a un estado de cognición más satisfactorio para poder elegir correctamente el subsiguiente paso en la acción.

Pensar bien no es una función automática. Pensar bien es la actividad mental de una persona interactuando con su cuerpo con el mundo para identificar la realidad, conceptualizando la evidencia que de esta le proporcionan los sentidos, usando el método de la lógica, para construir conocimiento objetivo e integrarlo jerárquicamente sin contradicciones con el resto de su marco conceptual. El conocimiento objetivo es aquel construido, no en base a sentimientos o deseos, sino en base a la evidencia y por el método del razonamiento lógico. La objetividad se basa primero, en el reconocimiento de la primacía de la existencia, es decir, de que la existencia existe con independencia de la consciencia, y que la consciencia es darse cuenta de aquello que existe. Segundo, en el reconocimiento de la Ley de No Contradicción, corolario de la Ley de Identidad, es decir, que las cosas son lo que son y que las contradicciones no existen en la realidad y, por tanto, el método para adquirir conocimiento de ésta es la identificación no contradictoria, o sea, el razonamiento lógico. Tercero en el reconocimiento de la Ley de Razón Suficiente o de Causalidad que determina que una cosa sólo puede hacer aquello que su identidad determina, dicho de otro modo, es Identidad en Acción. La objetividad requiere poder distinguir entre el razonamiento válido y el razonamiento falaz, entre que constituye evidencia, y que tipo o cantidad de razones constituyen prueba. 

El propósito de pensar bien es identificar y así evaluar los hechos para actuar buscando lo que lo beneficia a uno. Es identificar aquello que es bueno y le beneficia, para buscarlo e identificar aquello que es malo y le hace daño, para evitarlo.  Pensar bien es el proceso activo del humano de percibir la realidad para adquirir la información que requiere para sobrevivir.

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Pensar mal es el proceso mental por el cual no se identifica la realidad. Es no hacer el esfuerzo de enfocar la atención al propósito de la integración cognitiva. No hacer el esfuerzo en la aplicación deliberada del razonamiento lógico a la interpretación de la evidencia. Es cuando al conceptualizar y juzgar no se utiliza el método de la lógica basado en la Ley de Identidad y la Ley de No Contradicción, y/o no se parte de la percepción sensorial que es la evidencia proporcionada por los sentidos, y/o se permite la interferencia de las emociones nublando la razón, perdiendo objetividad, y por tanto lo que se construye no es conocimiento, sino meras creencias. 

Pensar bien consiste en ser objetivo, en examinar la evidencia sin prejuicios, en considerar los hechos, y no poner ninguna consideración por encima de la verdad. Pensar mal consiste en es ser subjetivo, en derivar las conclusiones de deseos, esperanzas, miedos, o de cualquier cosa que se le pase por la mente.

En mi artículo “Por qué apoyo a Donald Trump” cité una respuesta que di a una exalumna que me había manifestado que no entendía por qué apoyaba a Trump. La cita dice:

«Querida Meilin, ya que preguntaste, te explicaré. Pero antes unas consideraciones importantes: Primero, no permitas que tus emociones interfieran con tu juicio. Segundo, recuerda que es un error capital llegar a conclusiones antes de tener todos los hechos, porque luego uno los retuerce para que se ajusten a la conclusión preliminar.

Ahora, elegir es siempre preferir una opción sobre otra. Esto significa que tu deliberación debe contemplar ambas opciones. Es irrelevante en este caso si Trump o Biden te simpatizan o no. No es concurso de señor Simpatía, ni van a ser tus amigos ni nada por el estilo. Lo que importa aquí es lo que significa que uno de los dos quede en el poder».

Escribí en ese entonces que la evidencia mostraba a un Biden senil, por lo que otros gobernarían por él. No es tan importante esto porque él apoya el consenso de su partido. ¿Qué significa esto para nosotros? La evidencia muestra que cuando los Demócratas gobernaron, apoyaron abiertamente a la izquierda. Hillary premió a Claudia Paz y Paz por su persecución a miembros del ejército de Guatemala, a Jasmín Barrios por un veredicto político e ilegal, a Rigoberta Menchú, etc. Intervinieron en los asuntos de Guatemala descaradamente. El embajador Todd Robinson desfiló en protestas contra el gobierno y asistió al congreso para presionar por los intereses de la izquierda. El embajador y congresistas Demócratas presionaron y amenazaron para apoyar a la CICIG – una institución anti republicana, pues estaba por encima de la ley. Si quedan volverán a presionar para conducirnos al socialismo. Esto nos lleva a concluir que algo similar se va a dar con Biden. Y en efecto, así ha sido.

La evidencia muestra que la política de los Demócratas para Estados Unidos, anunciada por ellos mismos, constituye básicamente en subir impuestos -70% a 80% – para financiar los proyectos de carácter socialista del gobierno, entre ellos los de carácter climático. También muestra que esas políticas empobrecen a los ciudadanos. También la evidencia mostró que apoyaron reducir los fondos para la policía. La evidencia mostró también que es política de los Demócratas el apaciguamiento y el financiamiento de los enemigos de los Estados Unidos. ¿Es eso lo mejor para Estados Unidos de América?

La evidencia mostró que cuando se dieron los disturbios con destrozos y saqueos a la propiedad privada, a negocios grandes y pequeños, por miembros de BLM (Black Lives Matter, una agrupación marxista) y de ANTIFA (una agrupación fascista), los gobernadores y alcaldes Demócratas las calificaron de protestas básicamente, pacíficas. Nanci Pelosi dijo que la gente hace lo que hace. Los Demócratas que gobiernan en los estados sujetos a tales violaciones, en lugar de proteger a sus ciudadanos, los abandonaron a su suerte. ¡Grave irresponsabilidad! Cuando Trump les ofreció ayuda, la rechazaron. 

La evidencia mostró que cuando estos salvajes energúmenos destrozaron los monumentos públicos, las estatuas de Jefferson, Franklin, Washington, Lincoln, Cristóbal Colón, etc., los Demócratas no sólo no lo condenaron, sino que propusieron quitar las esculturas de los monumentos a Jefferson y a Lincoln y las de la rotonda del Capitolio, porque podían ser ofensivas para algunos. En fin, parece ser que los Demócratas están determinados a destruir a la república de los Estados Unidos de Norteamérica, a su cultura e historia, como lo han afirmado algunos de ellos, entre estos Bernard Sanders, Alexandria Ocasio-Cortez, e Ilhan Omar. 

La evidencia de las acciones de Trump, mostraron que hizo el mayor recorte de impuestos y desregulaciones en la historia de Estados Unidos, lo que hizo que aproximadamente trescientos mil millones de dólares retornaran a la economía en el primer cuarto del año, lo que creo muchos empleos, llegando al más bajo desempleo en cuarenta y nueve años. Esto permitió también que la producción de petróleo fuera la más alta de la historia, que aumentara la exportación de carbón en un 60%, y que exportaran gas natural por primera vez desde 1957. 

Sacó a Estados Unidos de los Acuerdos sobre el Clima de París, que destruían muchos empleos.  Hizo que los aliados de la NATO pagaran sesenta y nueve mil millones más en defensa de lo que hicieron desde 2016. Sacó a Estados Unidos del absurdo y lesivo contrato con Irán. Consiguió un acuerdo comercial con México que reemplazó al NAFTA. Consiguió un acuerdo con la Unión Europea que incrementó las exportaciones norteamericanas. Consiguió un financiamiento récord de setecientos mil millones para el ejército.  Consiguió que la FDA aprobara más drogas genéricas de bajo precio, más de lo que se había aprobado antes en toda la historia. Consiguió parar los desplantes de Kim Jong-un. Dejó que los generales y expertos del ejército hicieran su trabajo y eliminaran al general terrorista iraní Qasem Soleimani, con lo que terminaron los ataques de Irán contra Estados Unidos. Y consiguió que Israel y Arabia Saudita firmaran un pacto haciéndolos aliados. Condenó los disturbios provocados por BLM y ANTIFA y los declaró terroristas. Ofreció su ayuda a los estados que lo solicitaron. Condenó la destrucción de símbolos patrios, estatuas de Padres Fundadores y propiedad pública y privada. Y promovió que se hiciera cumplir la ley.

¿Pero qué factores consideraron muchos norteamericanos a la hora de elegir su próximo gobierno? Muchos, entre ellos varios de mis amigos, hicieron caso omiso de la evidencia citada y se enfocaron en el hecho de que les caía mal. Y cito, como ejemplo una explicación que me diera uno de ellos, habiendo sido todas similares:

«¿Por qué cae mal? Porque no tiene ningún sentido de empatía, es ofensivo y agresivo (en el peor sentido de la palabra) con sus adversarios y cualquiera que cuestione algo que haga o diga (incluso sus amigos de Fox), es sucio en sus tácticas para ganar, es inmoral y carece de ética, miente compulsivamente hasta en los asuntos más triviales, es ignorante e impulsivo, es un narcisista patológico y lo peor, se ha valido de las diferencias y confrontaciones de USA para dividir aún más al país, con el fin de fortalecer “sus bases”.  … y tanto más. Hay que quitar a Trump, a toda costa, para que no cause más daño y dejar a Biden que es una persona de valores y en 4 años, con un Mitt Romney digamos (u otro de nivel y valores) y un partido restaurado, pueden volver a la buena senda. Si no, sólo agrandarán la división y exacerbarán aún más a ese 55 – 60 % de la población que ya no lo aguanta». 

Así que, dejándose llevar por sus emociones y no por la recta razón, sin considerar las consecuencias, eligieron a Biden. Y el resultado es que ahora tienen una crisis humanitaria en la frontera. Tienen la peor inflación desde los noventa. Tienen una crisis de seguridad. Los hechos revelan que el crimen ha aumentado en aquellos estados donde se implementaron las descabelladas medidas de desfinanciar la policía. Tienen dependencia de la OPEP pues ya no producen suficiente petróleo para su mercado local. Tienen más polarizada a la sociedad porque los Demócratas han forzado su “teoría crítica racial”, una política racista que pretende que el blanco se sienta culpable por ser blanco, y que procuran sea un curso obligatorio en las escuelas. Tienen a más de la mitad de la población ofendida, molesta, enfadada e insultada por haber ordenado que no se puede impedir, a un hombre que se declare mujer, ingresar en baños y vestidores para mujeres, así como competir en deportes contra las féminas, con la evidente ventaja que su sexo les da. Y como si todo esto no fuera suficiente, ahora tienen la catástrofe de Afganistán. Han traicionado a sus aliados, a aquellos que colaboraron con ellos, a los civiles americanos atrapados en ese caos. Han perdido credibilidad y ya la NATO no confía en ellos. Han destruido la imagen moral dela República de los Estados Unidos de Norteamérica.

Es un error capital dejarse guiar por emociones en lugar de por la razón objetiva. A ver si nosotros aprendemos del garrafal error de nuestros vecinos del norte.

NO OLVIDEMOS QUE LAS ACCIONES TIENEN CONSECUENCIAS.

Las acciones tienen consecuencias

Warren Orbaugh
23 de agosto, 2021

Las acciones tienen consecuencias. La acción humana es conducta deliberada para alcanzar un fin. Deliberar es pensar, reflexionar, examinar y considerar las consecuencias a favor y en contra de una decisión. Es tomar en cuenta el tiempo. De hecho, el tiempo es una categoría praxeológica, es decir, una forma de pensar, de considerar el principio de sucesión de los cambios según la ley de causalidad que determina que todo cambio acontece según la ley del enlace de causas y efectos. Pensar es ya una acción que pretende pasar de un estado de cognición insatisfactorio a un estado de cognición más satisfactorio para poder elegir correctamente el subsiguiente paso en la acción.

Pensar bien no es una función automática. Pensar bien es la actividad mental de una persona interactuando con su cuerpo con el mundo para identificar la realidad, conceptualizando la evidencia que de esta le proporcionan los sentidos, usando el método de la lógica, para construir conocimiento objetivo e integrarlo jerárquicamente sin contradicciones con el resto de su marco conceptual. El conocimiento objetivo es aquel construido, no en base a sentimientos o deseos, sino en base a la evidencia y por el método del razonamiento lógico. La objetividad se basa primero, en el reconocimiento de la primacía de la existencia, es decir, de que la existencia existe con independencia de la consciencia, y que la consciencia es darse cuenta de aquello que existe. Segundo, en el reconocimiento de la Ley de No Contradicción, corolario de la Ley de Identidad, es decir, que las cosas son lo que son y que las contradicciones no existen en la realidad y, por tanto, el método para adquirir conocimiento de ésta es la identificación no contradictoria, o sea, el razonamiento lógico. Tercero en el reconocimiento de la Ley de Razón Suficiente o de Causalidad que determina que una cosa sólo puede hacer aquello que su identidad determina, dicho de otro modo, es Identidad en Acción. La objetividad requiere poder distinguir entre el razonamiento válido y el razonamiento falaz, entre que constituye evidencia, y que tipo o cantidad de razones constituyen prueba. 

El propósito de pensar bien es identificar y así evaluar los hechos para actuar buscando lo que lo beneficia a uno. Es identificar aquello que es bueno y le beneficia, para buscarlo e identificar aquello que es malo y le hace daño, para evitarlo.  Pensar bien es el proceso activo del humano de percibir la realidad para adquirir la información que requiere para sobrevivir.

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Pensar mal es el proceso mental por el cual no se identifica la realidad. Es no hacer el esfuerzo de enfocar la atención al propósito de la integración cognitiva. No hacer el esfuerzo en la aplicación deliberada del razonamiento lógico a la interpretación de la evidencia. Es cuando al conceptualizar y juzgar no se utiliza el método de la lógica basado en la Ley de Identidad y la Ley de No Contradicción, y/o no se parte de la percepción sensorial que es la evidencia proporcionada por los sentidos, y/o se permite la interferencia de las emociones nublando la razón, perdiendo objetividad, y por tanto lo que se construye no es conocimiento, sino meras creencias. 

Pensar bien consiste en ser objetivo, en examinar la evidencia sin prejuicios, en considerar los hechos, y no poner ninguna consideración por encima de la verdad. Pensar mal consiste en es ser subjetivo, en derivar las conclusiones de deseos, esperanzas, miedos, o de cualquier cosa que se le pase por la mente.

En mi artículo “Por qué apoyo a Donald Trump” cité una respuesta que di a una exalumna que me había manifestado que no entendía por qué apoyaba a Trump. La cita dice:

«Querida Meilin, ya que preguntaste, te explicaré. Pero antes unas consideraciones importantes: Primero, no permitas que tus emociones interfieran con tu juicio. Segundo, recuerda que es un error capital llegar a conclusiones antes de tener todos los hechos, porque luego uno los retuerce para que se ajusten a la conclusión preliminar.

Ahora, elegir es siempre preferir una opción sobre otra. Esto significa que tu deliberación debe contemplar ambas opciones. Es irrelevante en este caso si Trump o Biden te simpatizan o no. No es concurso de señor Simpatía, ni van a ser tus amigos ni nada por el estilo. Lo que importa aquí es lo que significa que uno de los dos quede en el poder».

Escribí en ese entonces que la evidencia mostraba a un Biden senil, por lo que otros gobernarían por él. No es tan importante esto porque él apoya el consenso de su partido. ¿Qué significa esto para nosotros? La evidencia muestra que cuando los Demócratas gobernaron, apoyaron abiertamente a la izquierda. Hillary premió a Claudia Paz y Paz por su persecución a miembros del ejército de Guatemala, a Jasmín Barrios por un veredicto político e ilegal, a Rigoberta Menchú, etc. Intervinieron en los asuntos de Guatemala descaradamente. El embajador Todd Robinson desfiló en protestas contra el gobierno y asistió al congreso para presionar por los intereses de la izquierda. El embajador y congresistas Demócratas presionaron y amenazaron para apoyar a la CICIG – una institución anti republicana, pues estaba por encima de la ley. Si quedan volverán a presionar para conducirnos al socialismo. Esto nos lleva a concluir que algo similar se va a dar con Biden. Y en efecto, así ha sido.

La evidencia muestra que la política de los Demócratas para Estados Unidos, anunciada por ellos mismos, constituye básicamente en subir impuestos -70% a 80% – para financiar los proyectos de carácter socialista del gobierno, entre ellos los de carácter climático. También muestra que esas políticas empobrecen a los ciudadanos. También la evidencia mostró que apoyaron reducir los fondos para la policía. La evidencia mostró también que es política de los Demócratas el apaciguamiento y el financiamiento de los enemigos de los Estados Unidos. ¿Es eso lo mejor para Estados Unidos de América?

La evidencia mostró que cuando se dieron los disturbios con destrozos y saqueos a la propiedad privada, a negocios grandes y pequeños, por miembros de BLM (Black Lives Matter, una agrupación marxista) y de ANTIFA (una agrupación fascista), los gobernadores y alcaldes Demócratas las calificaron de protestas básicamente, pacíficas. Nanci Pelosi dijo que la gente hace lo que hace. Los Demócratas que gobiernan en los estados sujetos a tales violaciones, en lugar de proteger a sus ciudadanos, los abandonaron a su suerte. ¡Grave irresponsabilidad! Cuando Trump les ofreció ayuda, la rechazaron. 

La evidencia mostró que cuando estos salvajes energúmenos destrozaron los monumentos públicos, las estatuas de Jefferson, Franklin, Washington, Lincoln, Cristóbal Colón, etc., los Demócratas no sólo no lo condenaron, sino que propusieron quitar las esculturas de los monumentos a Jefferson y a Lincoln y las de la rotonda del Capitolio, porque podían ser ofensivas para algunos. En fin, parece ser que los Demócratas están determinados a destruir a la república de los Estados Unidos de Norteamérica, a su cultura e historia, como lo han afirmado algunos de ellos, entre estos Bernard Sanders, Alexandria Ocasio-Cortez, e Ilhan Omar. 

La evidencia de las acciones de Trump, mostraron que hizo el mayor recorte de impuestos y desregulaciones en la historia de Estados Unidos, lo que hizo que aproximadamente trescientos mil millones de dólares retornaran a la economía en el primer cuarto del año, lo que creo muchos empleos, llegando al más bajo desempleo en cuarenta y nueve años. Esto permitió también que la producción de petróleo fuera la más alta de la historia, que aumentara la exportación de carbón en un 60%, y que exportaran gas natural por primera vez desde 1957. 

Sacó a Estados Unidos de los Acuerdos sobre el Clima de París, que destruían muchos empleos.  Hizo que los aliados de la NATO pagaran sesenta y nueve mil millones más en defensa de lo que hicieron desde 2016. Sacó a Estados Unidos del absurdo y lesivo contrato con Irán. Consiguió un acuerdo comercial con México que reemplazó al NAFTA. Consiguió un acuerdo con la Unión Europea que incrementó las exportaciones norteamericanas. Consiguió un financiamiento récord de setecientos mil millones para el ejército.  Consiguió que la FDA aprobara más drogas genéricas de bajo precio, más de lo que se había aprobado antes en toda la historia. Consiguió parar los desplantes de Kim Jong-un. Dejó que los generales y expertos del ejército hicieran su trabajo y eliminaran al general terrorista iraní Qasem Soleimani, con lo que terminaron los ataques de Irán contra Estados Unidos. Y consiguió que Israel y Arabia Saudita firmaran un pacto haciéndolos aliados. Condenó los disturbios provocados por BLM y ANTIFA y los declaró terroristas. Ofreció su ayuda a los estados que lo solicitaron. Condenó la destrucción de símbolos patrios, estatuas de Padres Fundadores y propiedad pública y privada. Y promovió que se hiciera cumplir la ley.

¿Pero qué factores consideraron muchos norteamericanos a la hora de elegir su próximo gobierno? Muchos, entre ellos varios de mis amigos, hicieron caso omiso de la evidencia citada y se enfocaron en el hecho de que les caía mal. Y cito, como ejemplo una explicación que me diera uno de ellos, habiendo sido todas similares:

«¿Por qué cae mal? Porque no tiene ningún sentido de empatía, es ofensivo y agresivo (en el peor sentido de la palabra) con sus adversarios y cualquiera que cuestione algo que haga o diga (incluso sus amigos de Fox), es sucio en sus tácticas para ganar, es inmoral y carece de ética, miente compulsivamente hasta en los asuntos más triviales, es ignorante e impulsivo, es un narcisista patológico y lo peor, se ha valido de las diferencias y confrontaciones de USA para dividir aún más al país, con el fin de fortalecer “sus bases”.  … y tanto más. Hay que quitar a Trump, a toda costa, para que no cause más daño y dejar a Biden que es una persona de valores y en 4 años, con un Mitt Romney digamos (u otro de nivel y valores) y un partido restaurado, pueden volver a la buena senda. Si no, sólo agrandarán la división y exacerbarán aún más a ese 55 – 60 % de la población que ya no lo aguanta». 

Así que, dejándose llevar por sus emociones y no por la recta razón, sin considerar las consecuencias, eligieron a Biden. Y el resultado es que ahora tienen una crisis humanitaria en la frontera. Tienen la peor inflación desde los noventa. Tienen una crisis de seguridad. Los hechos revelan que el crimen ha aumentado en aquellos estados donde se implementaron las descabelladas medidas de desfinanciar la policía. Tienen dependencia de la OPEP pues ya no producen suficiente petróleo para su mercado local. Tienen más polarizada a la sociedad porque los Demócratas han forzado su “teoría crítica racial”, una política racista que pretende que el blanco se sienta culpable por ser blanco, y que procuran sea un curso obligatorio en las escuelas. Tienen a más de la mitad de la población ofendida, molesta, enfadada e insultada por haber ordenado que no se puede impedir, a un hombre que se declare mujer, ingresar en baños y vestidores para mujeres, así como competir en deportes contra las féminas, con la evidente ventaja que su sexo les da. Y como si todo esto no fuera suficiente, ahora tienen la catástrofe de Afganistán. Han traicionado a sus aliados, a aquellos que colaboraron con ellos, a los civiles americanos atrapados en ese caos. Han perdido credibilidad y ya la NATO no confía en ellos. Han destruido la imagen moral dela República de los Estados Unidos de Norteamérica.

Es un error capital dejarse guiar por emociones en lugar de por la razón objetiva. A ver si nosotros aprendemos del garrafal error de nuestros vecinos del norte.

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