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Carritos locos

Guatemala necesita orden, estabilidad y un irrestricto apego a la ley. El gobierno tiene que dar el ejemplo. De lo contrario, la ciudadanía entera se subirá a los carritos locos para hacer lo que quiera pues no habrá autoridad que la corrija y la llame al orden.

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Carolina Castellanos |
01 de marzo, 2024

La mayoría de nosotros jugamos esto cuando fuimos niños. Lo más alegre era chocarse con otro carrito. Manejábamos como locos y a la mayor velocidad posible para alcanzar a otro, darle duro y empujarlo. En este juego se valía hacer esto. Era el objetivo. No había forma de lastimar a otro pues los carritos tenían un “bumper” grueso alrededor.

Me vino a la mente esto al ver el ambiente político en nuestra ya mancillada Guate.  Los gobiernos de turno, uno tras otro, han llegado a aprovecharse del poder y del dinero que les cae de todos lados. Ya sabemos que el mercantilismo es la práctica establecida, los favores, abusos, fugas de recursos, sean éstos dinero, carros o cualquier otra cosa, son la norma.  De vez en cuando habrá llegado alguno que de verdad ha querido servir al país, pero se vio enredado en esa telaraña de corrupción de la cual es difícil salir. Algunos han logrado salir limpios, lo que es encomiable.

En esos carritos locos, todo se vale. De esa cuenta, la actitud de “este macho es mi mula y de aquí no me baja nadie”, como reza el refrán chapín, ese apodera del clásico funcionario al momento de haber sido juramentado para el cargo o simplemente nombrado o asignado a tal o cual oficina.

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Así las cosas, la improvisación de la mayoría sale a relucir desde el primer día. Las promesas de campaña quedan en el olvido. Las acciones son como los carritos locos. Buscan tapar hoyos, resolver el problema que tienen enfrente y luego pasan a otro y a otro, dejando en el olvido la hoja de ruta planificada, si es que hubo alguna.

Al gobierno actual parece habérsele olvidado la hoja de ruta establecida en ley: la Constitución Política de la República de Guatemala.  En escaso un mes, la han violado en reiteradas ocasiones. Se les olvidó que debían bajarse del carrito loco en el que estuvieron durante la campaña, yendo de pueblo en pueblo, de ciudad en ciudad y hacia donde los llevaba el viento político.

El congreso no ha sido la excepción. El partido está “en la guayaba”, pero eso no implica que puedan irrespetar las regulaciones y normas allí establecidas. Pero esas ansias de poder los tienen sentados en los carritos locos, al extremo de querer destruir a la fiscal general, simplemente porque ella ha decidido no manejar en el desorden.

Guatemala necesita orden, estabilidad y un irrestricto apego a la ley. El gobierno tiene que dar el ejemplo. De lo contrario, la ciudadanía entera se subirá a los carritos locos para hacer lo que quiera pues no habrá autoridad que la corrija y la llame al orden.

¡Ya basta de jugar política barata, de luchar por el poder y de imponer agendas destructivas!

Carritos locos

Guatemala necesita orden, estabilidad y un irrestricto apego a la ley. El gobierno tiene que dar el ejemplo. De lo contrario, la ciudadanía entera se subirá a los carritos locos para hacer lo que quiera pues no habrá autoridad que la corrija y la llame al orden.

Carolina Castellanos |
01 de marzo, 2024
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La mayoría de nosotros jugamos esto cuando fuimos niños. Lo más alegre era chocarse con otro carrito. Manejábamos como locos y a la mayor velocidad posible para alcanzar a otro, darle duro y empujarlo. En este juego se valía hacer esto. Era el objetivo. No había forma de lastimar a otro pues los carritos tenían un “bumper” grueso alrededor.

Me vino a la mente esto al ver el ambiente político en nuestra ya mancillada Guate.  Los gobiernos de turno, uno tras otro, han llegado a aprovecharse del poder y del dinero que les cae de todos lados. Ya sabemos que el mercantilismo es la práctica establecida, los favores, abusos, fugas de recursos, sean éstos dinero, carros o cualquier otra cosa, son la norma.  De vez en cuando habrá llegado alguno que de verdad ha querido servir al país, pero se vio enredado en esa telaraña de corrupción de la cual es difícil salir. Algunos han logrado salir limpios, lo que es encomiable.

En esos carritos locos, todo se vale. De esa cuenta, la actitud de “este macho es mi mula y de aquí no me baja nadie”, como reza el refrán chapín, ese apodera del clásico funcionario al momento de haber sido juramentado para el cargo o simplemente nombrado o asignado a tal o cual oficina.

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Así las cosas, la improvisación de la mayoría sale a relucir desde el primer día. Las promesas de campaña quedan en el olvido. Las acciones son como los carritos locos. Buscan tapar hoyos, resolver el problema que tienen enfrente y luego pasan a otro y a otro, dejando en el olvido la hoja de ruta planificada, si es que hubo alguna.

Al gobierno actual parece habérsele olvidado la hoja de ruta establecida en ley: la Constitución Política de la República de Guatemala.  En escaso un mes, la han violado en reiteradas ocasiones. Se les olvidó que debían bajarse del carrito loco en el que estuvieron durante la campaña, yendo de pueblo en pueblo, de ciudad en ciudad y hacia donde los llevaba el viento político.

El congreso no ha sido la excepción. El partido está “en la guayaba”, pero eso no implica que puedan irrespetar las regulaciones y normas allí establecidas. Pero esas ansias de poder los tienen sentados en los carritos locos, al extremo de querer destruir a la fiscal general, simplemente porque ella ha decidido no manejar en el desorden.

Guatemala necesita orden, estabilidad y un irrestricto apego a la ley. El gobierno tiene que dar el ejemplo. De lo contrario, la ciudadanía entera se subirá a los carritos locos para hacer lo que quiera pues no habrá autoridad que la corrija y la llame al orden.

¡Ya basta de jugar política barata, de luchar por el poder y de imponer agendas destructivas!