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¿Cuántos meses?

Mientras existan personas que aún guarden confianza en que el país y su gente lo vale, siempre se podrá trabajar en algo constructivo

El presidente de Guatemala, Bernárdo Arévalo, y el secretario de Seguridad Nacional de EEUU, Alejandro Mayorkas
Enrique Búcaro Batres |
04 de abril, 2024

Preocupa leer y releer las noticias nacionales y no advertir acciones contundentes que se encaminen a cumplir las promesas de campaña que los políticos ofrecieron en el proceso electoral 2023. Me refiero, principalmente, al presidente y la vicepresidenta, pero también me refiero a todos los demás funcionarios públicos electos el año pasado, sobre todo en lo que se refiere a los diputados del Congreso de la República.

Al mismo tiempo debo ser sincero y decir que me alegra que no estén cumpliendo, pues creo que sus ideas y planteamientos eran malos. ¿Entonces? Pues, lo que preocupa es darse cuenta de que los nuevos electos, en su mayoría y no en su totalidad, son más de lo mismo.

Se acerca el día 100

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Generalmente, los gobiernos entrantes utilizan los primeros 100 días de su gobierno para negociar la aprobación de leyes que les permitan ejecutar, o desarrollar, las ideas que decían llevar bajo el brazo: listas para implementarse y mejorar el país.

Ahora bien, si en los más de 80 días que lleva el nuevo gobierno solo ha brillado por su ausencia política y fuerte presencia en Instagram y TikTok, creo que se avecinan tiempos recios que no saldrán de la pluma de Vargas Llosa, sino del porvenir nacional.

Un cambio que sea vigoroso

Las personas que votaron por Semilla parecían exigir un cambio vigoroso en la dinámica de la política nacional. También parecía que la exigencia era de un cambio vigoroso en pro de todo el país, significando un cambio para beneficios de la generalidad y no de unos pocos, fueran quienes fueran esos pocos. Me quedó la impresión de que la gente quería ser como El Salvador en combate a la delincuencia; como EE. UU. en su esmero de crecimiento económico, y como los países nórdicos en sus sistemas de seguridad social, etc. Pero me parece que los únicos que se están encaminando a pasarla bien los siguientes 4 años son los funcionarios electos.

Preocupa que la mayoría de los diputados parecen estar enfrascados en un sinfín de procedimientos y detalles burocráticos que no aparentan mayor finalidad que la de justificar su salario, ostentar poder y destruir al que les cae mal. El presidente y la vicepresidenta, parecen haber olvidado el concepto de fortalecimiento del sistema republicano, así como de la soberanía nacional, y solo hacen planas diplomáticas de ver quién puede venir a poner un orden que ellos están obligados a instaurar.

Preocupa, pero ¿qué le vamos a hacer?

Preocupa mucho, pero aún no es mortal.

Mientras existan personas que aún guarden confianza en que el país y su gente lo vale, siempre se podrá trabajar en algo constructivo. Los mayores retos son: creer que se puede hacer una diferencia y marcar esa diferencia que brinde un mejor porvenir. Suena complicado, pero es, en realidad, más bien complejo.

El reto no está en lograr aventarle huevos al presidente o insultar a algún diputado. El reto está en formarse y tener la capacidad de influir positivamente en los votantes, diputados y en el presidente. El reto está en tener claro dónde estamos y a dónde queremos ir.

Por eso, estimado lector, nuevamente le animo a que continúe formándose, que continúe animando a su comunidad a hacer mejor las cosas y a que siempre haga crítica constructiva al país. Por eso, por eso mismo, porque confío en usted, es que lo animo a que más que confiar en Berni, Samuel, la OEA y muchos personajes más. Confíe en que todos podemos ser más que un habitante, todo podemos ser un verdadero ciudadano de bien.

¿Cuántos meses?

Mientras existan personas que aún guarden confianza en que el país y su gente lo vale, siempre se podrá trabajar en algo constructivo

Enrique Búcaro Batres |
04 de abril, 2024
El presidente de Guatemala, Bernárdo Arévalo, y el secretario de Seguridad Nacional de EEUU, Alejandro Mayorkas

Preocupa leer y releer las noticias nacionales y no advertir acciones contundentes que se encaminen a cumplir las promesas de campaña que los políticos ofrecieron en el proceso electoral 2023. Me refiero, principalmente, al presidente y la vicepresidenta, pero también me refiero a todos los demás funcionarios públicos electos el año pasado, sobre todo en lo que se refiere a los diputados del Congreso de la República.

Al mismo tiempo debo ser sincero y decir que me alegra que no estén cumpliendo, pues creo que sus ideas y planteamientos eran malos. ¿Entonces? Pues, lo que preocupa es darse cuenta de que los nuevos electos, en su mayoría y no en su totalidad, son más de lo mismo.

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Ahora bien, si en los más de 80 días que lleva el nuevo gobierno solo ha brillado por su ausencia política y fuerte presencia en Instagram y TikTok, creo que se avecinan tiempos recios que no saldrán de la pluma de Vargas Llosa, sino del porvenir nacional.

Un cambio que sea vigoroso

Las personas que votaron por Semilla parecían exigir un cambio vigoroso en la dinámica de la política nacional. También parecía que la exigencia era de un cambio vigoroso en pro de todo el país, significando un cambio para beneficios de la generalidad y no de unos pocos, fueran quienes fueran esos pocos. Me quedó la impresión de que la gente quería ser como El Salvador en combate a la delincuencia; como EE. UU. en su esmero de crecimiento económico, y como los países nórdicos en sus sistemas de seguridad social, etc. Pero me parece que los únicos que se están encaminando a pasarla bien los siguientes 4 años son los funcionarios electos.

Preocupa que la mayoría de los diputados parecen estar enfrascados en un sinfín de procedimientos y detalles burocráticos que no aparentan mayor finalidad que la de justificar su salario, ostentar poder y destruir al que les cae mal. El presidente y la vicepresidenta, parecen haber olvidado el concepto de fortalecimiento del sistema republicano, así como de la soberanía nacional, y solo hacen planas diplomáticas de ver quién puede venir a poner un orden que ellos están obligados a instaurar.

Preocupa, pero ¿qué le vamos a hacer?

Preocupa mucho, pero aún no es mortal.

Mientras existan personas que aún guarden confianza en que el país y su gente lo vale, siempre se podrá trabajar en algo constructivo. Los mayores retos son: creer que se puede hacer una diferencia y marcar esa diferencia que brinde un mejor porvenir. Suena complicado, pero es, en realidad, más bien complejo.

El reto no está en lograr aventarle huevos al presidente o insultar a algún diputado. El reto está en formarse y tener la capacidad de influir positivamente en los votantes, diputados y en el presidente. El reto está en tener claro dónde estamos y a dónde queremos ir.

Por eso, estimado lector, nuevamente le animo a que continúe formándose, que continúe animando a su comunidad a hacer mejor las cosas y a que siempre haga crítica constructiva al país. Por eso, por eso mismo, porque confío en usted, es que lo animo a que más que confiar en Berni, Samuel, la OEA y muchos personajes más. Confíe en que todos podemos ser más que un habitante, todo podemos ser un verdadero ciudadano de bien.