Veamos ahora lo que Ayn Rand ha dicho sobre el egoísmo, la novelista y filósofa objetivista estadounidense de origen ruso del siglo XX, en su libro La Virtud del Egoísmo, Un Nuevo Concepto de Egoísmo, de 1964.

El egoísmo tiene que ver con los propios intereses

En la introducción, Rand dice que el significado de “egoísmo” en el uso popular de esta palabra no solo está mal, sino que representa un paquete intelectual devastador que es responsable, más que cualquier otro factor, del detenido desarrollo moral de la humanidad. En el uso popular, nos dice Rand, la palabra egoísmo es sinónimo de maldad, la imagen que evoca es la de un bruto asesino que pisotea a los demás para alcanzar sus propios fines, que no se preocupa por ningún ser vivo y no persigue nada más que la gratificación de los caprichos sin sentido de cualquier momento inmediato.

«Sin embargo», escribe, «el significado exacto y definición del diccionario de la palabra “egoísmo” es: preocupación por los propios intereses. Este concepto no incluye una evaluación moral; no nos dice si preocuparnos con nuestro propio interés es bueno o malo; ni nos dice que constituye el interés actual del hombre. Es tarea de la ética responder a estas preguntas.

La ética del altruismo ha creado la imagen del bruto, como su respuesta, con el fin de hacer que los hombres acepten dos principios inhumanos: a) que cualquier preocupación por el propio interés es mala, independientemente de cuál sea este interés, y b) que las actividades del bruto son, de hecho, para el propio interés (que el altruismo ordena al hombre renunciar por el bien de su prójimo).»

El altruismo, la doctrina moral de Augusto Comte

Y la virtud del egoísmo es la racionalidad que es el habitual uso de la razón para identificar lo que es de provecho y lo que es nocivo para uno, lo que es objetivamente de interés vital y lo que no, para así poder actuar buscando lo primero y evitando lo segundo.

Cuando Rand se refiere al término “altruismo” alude al significado que le da Augusto Comte, quien acuñó el término para designar su doctrina ética, la que opuso al individualismo que sostiene que los hombres tienen derecho a su vida, libertad y propiedad. El fundamento del altruismo es la negación de todo derecho y por tanto la renuncia a todo interés propio:

«La idea de derecho debe desaparecer de lo político […] El positivismo nunca admite nada más que deberes, de todos para con todos. Para su persistente punto de vista social no puede tolerar la noción de derecho, basada constantemente en el individualismo. […] Todo derecho humano es tan absurdo, como inmoral.»

Rand afirma que la palabra altruismo se vende como un paquete que pretende significar benevolencia o filantropía o caridad o generosidad, escondiendo el elemento fundamental de su doctrina que es el autosacrificio o abnegación. Ni la benevolencia, la filantropía, la caridad ni la generosidad incluyen en sí el autosacrificio. La exigencia del autosacrificio del altruismo no es ni filantrópica ni benevolente ni caritativa ni generosa. Es maliciosa y malintencionada. Pretende que uno se deje usar como objeto sacrificable para los fines de otros. Exige la renuncia a los propios valores, a los propios intereses, a la propia vida en favor de los demás.

«Ya que la naturaleza no proporciona a los hombres una forma automática de supervivencia, ya que tiene que mantener su vida con su propio esfuerzo, la doctrina de que preocuparse por el propio interés es malo significa que el deseo del hombre de vivir es malo, que la vida del hombre como tal es mala. Ninguna doctrina podría ser más malvada que esa. Sin embargo, ese es el significado del altruismo …»

El egoísmo racional, la doctrina moral de autopreservación

«La ética Objetivista sostiene que el actor debe ser siempre el beneficiario de su acción y que el hombre debe actuar por su propio interés racional.»

Y la virtud del egoísmo es la racionalidad que es el habitual uso de la razón para identificar lo que es de provecho y lo que es nocivo para uno, lo que es objetivamente de interés vital y lo que no, para así poder actuar buscando lo primero y evitando lo segundo.

Continuará.