El espectáculo de un solo hombre
Los días corren y el temperamento de los ciudadanos, quienes votaron por obtener resultados, se empieza a agotar por la falta de claridad. No obstante, lo que sí está claro es que este espectáculo es de un solo hombre y el resto han de callar.
A unas cuantas semanas de cumplir los 100 días en el cargo, el nuevo gobierno ha dejado una cosa clara: este show está protagonizado por un solo hombre, el presidente Bernardo Arévalo. Exceptuando a algunos ministros, como el de Gobernación y la de Comunicaciones, el resto ha brillado por su ausencia y la falta de resultados.
Estrategia de marketing
¿Es la falta de protagonismo una estrategia de marketing?
Es evidente que el presidente Arévalo, pese a tener altas tasas de aprobación entre la opinión pública, no tiene la misma fuerza a nivel institucional. En gran parte, esto se debe a que el partido oficialista en el Congreso, quien suponía ser la columna vertebral de todo el proyecto de gobierno, ha cerrado filas con el resto de las bancadas y no ha sido capaz de avanzar una agenda impulsada desde el ejecutivo.
Adicionalmente, el hecho de que el presidente todavía no cuente con aliados dentro de instituciones clave, como el Ministerio Público, la Corte Suprema de Justicia y la Corte de Constitucionalidad, ha frenado su actuación.
Esto se debe a que el ejecutivo, en vez de asumir una posición conciliadora dentro del aparato estatal, con el objetivo de avanzar sobre un mismo programa de gobierno, ha optado por una posición confrontativa.
En este aspecto ha pesado mucho la opinión pública, dado que los simpatizantes de Semilla han sido muy reactivos y críticos ante una posible relación con lo que ellos llaman “los poderes golpistas”.
Estos factores han dejado al presidente en una posición de debilidad y vulnerabilidad. Así pues, parece que los ministros, intentando no opacar al presidente, han optado por una estrategia de invisibilización, de manera que los pocos logros que ha conseguido el presidente no se vean oscurecidos.
Más allá que acá
Ahora bien, esta falta de actuación por parte de los Ministerios empieza a tener un peso sobre la imagen del gobierno “de la nueva primavera”, ya que, en vez de florecer, con cada día que pasa se marchita más.
Esta situación la vemos reflejada de forma más evidente en la agenda del presidente, quien parece tener más poder de decisión fuera de las fronteras de Guatemala, que dentro de ellas. Es más, parece que el ejecutivo está más claro en temas del exterior que en la propia política nacional, dado que, lo poco que hemos visto de los ministerios ha estado marcado por contradicciones entre agendas ministeriales, lo cual es una señal de falta de coordinación y liderazgo en el proyecto de gobierno.
Los días corren y el temperamento de los ciudadanos, quienes votaron por obtener resultados, se empieza a agotar por la falta de claridad. No obstante, lo que sí está claro es que este espectáculo es de un solo hombre y el resto han de callar.
El espectáculo de un solo hombre
Los días corren y el temperamento de los ciudadanos, quienes votaron por obtener resultados, se empieza a agotar por la falta de claridad. No obstante, lo que sí está claro es que este espectáculo es de un solo hombre y el resto han de callar.
A unas cuantas semanas de cumplir los 100 días en el cargo, el nuevo gobierno ha dejado una cosa clara: este show está protagonizado por un solo hombre, el presidente Bernardo Arévalo. Exceptuando a algunos ministros, como el de Gobernación y la de Comunicaciones, el resto ha brillado por su ausencia y la falta de resultados.
Estrategia de marketing
¿Es la falta de protagonismo una estrategia de marketing?
Es evidente que el presidente Arévalo, pese a tener altas tasas de aprobación entre la opinión pública, no tiene la misma fuerza a nivel institucional. En gran parte, esto se debe a que el partido oficialista en el Congreso, quien suponía ser la columna vertebral de todo el proyecto de gobierno, ha cerrado filas con el resto de las bancadas y no ha sido capaz de avanzar una agenda impulsada desde el ejecutivo.
Adicionalmente, el hecho de que el presidente todavía no cuente con aliados dentro de instituciones clave, como el Ministerio Público, la Corte Suprema de Justicia y la Corte de Constitucionalidad, ha frenado su actuación.
Esto se debe a que el ejecutivo, en vez de asumir una posición conciliadora dentro del aparato estatal, con el objetivo de avanzar sobre un mismo programa de gobierno, ha optado por una posición confrontativa.
En este aspecto ha pesado mucho la opinión pública, dado que los simpatizantes de Semilla han sido muy reactivos y críticos ante una posible relación con lo que ellos llaman “los poderes golpistas”.
Estos factores han dejado al presidente en una posición de debilidad y vulnerabilidad. Así pues, parece que los ministros, intentando no opacar al presidente, han optado por una estrategia de invisibilización, de manera que los pocos logros que ha conseguido el presidente no se vean oscurecidos.
Más allá que acá
Ahora bien, esta falta de actuación por parte de los Ministerios empieza a tener un peso sobre la imagen del gobierno “de la nueva primavera”, ya que, en vez de florecer, con cada día que pasa se marchita más.
Esta situación la vemos reflejada de forma más evidente en la agenda del presidente, quien parece tener más poder de decisión fuera de las fronteras de Guatemala, que dentro de ellas. Es más, parece que el ejecutivo está más claro en temas del exterior que en la propia política nacional, dado que, lo poco que hemos visto de los ministerios ha estado marcado por contradicciones entre agendas ministeriales, lo cual es una señal de falta de coordinación y liderazgo en el proyecto de gobierno.
Los días corren y el temperamento de los ciudadanos, quienes votaron por obtener resultados, se empieza a agotar por la falta de claridad. No obstante, lo que sí está claro es que este espectáculo es de un solo hombre y el resto han de callar.