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El expolio no atrae industria

El tiempo ha pasado y la industria española lleva más de veinte meses en contracción a pesar de los fondos Next Generation, que han sido despilfarrados en cosas tan importantes como RTVE o inundar de fotocopiadoras en color algunos ministerios.

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Daniel Lacalle |
11 de octubre, 2023

El índice de producción industrial refleja el desastre que está ocurriendo en el sector manufacturero español. La tasa anual del Índice de Producción Industrial se sitúa en el −3,4% en la serie corregida de efectos estacionales y de calendario, según el INE. Y eso que el dato de agosto viene mejorado por un repunte del sector energético.

Si analizamos el dato anual, todos los sectores presentan tasas anuales negativas, especialmente “Bienes de consumo duradero” (−8,0%), “Energía” (−6,2%) y “Bienes intermedios” (-4,3%).

Los datos son mucho más preocupantes si analizamos los índices de indicadores adelantados (PMI). Porque no solo afecta al sector industrial. Según SP Global, el “estancamiento de los nuevos pedidos restringe el aumento de la actividad en el sector servicios” y la confianza en las perspectivas “cae hasta su nivel más bajo en 2023 hasta la fecha” en servicios.

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Adicionalmente, “el sector manufacturero español registró caídas simultáneas de la producción y los nuevos pedidos en septiembre”… y “el empleo también se redujo intensamente, mientras que la confianza en el futuro se mantuvo por debajo de su promedio histórico”.

No solo es el índice de gestores de compras (PMI) y el de producción industrial. El Índice General de Cifra de Negocios de la Industria cae un −5,2% en lo que va de año hasta el último dato publicado, según el INE.

Todo esto nos muestra que España está sufriendo una depresión industrial, con seis meses de empeoramiento continuado y un debilitamiento generalizado de la industria.

Pedro Sánchez se fijó como objetivo convertir a España en “una potencia industrial, de aquí a 10 años” y lo que ha conseguido es desplazar industria y expoliarla. Prometía “una industria 4.0 que nos va a permitir ser más competitivos” y lo único que ha hecho ha sido asfixiar a las empresas a impuestos, cargas burocráticas, trabas administrativas y limitaciones regulatorias.

“Reindustrialización es una palabra que me van a escuchar mucho cuando llegue a la Moncloa” decía en 2018, y afirmaba que “necesitamos una España fuerte y para eso necesitamos una industria fuerte”.

El tiempo ha pasado y la industria española lleva más de veinte meses en contracción a pesar de los fondos Next Generation, que han sido despilfarrados en cosas tan importantes como RTVE o inundar de fotocopiadoras en color algunos ministerios. La evidencia empírica es que España solo ve repuntar los datos de producción industrial cuando el sector energético atiende a las puntas de demanda o se dispara el precio de las materias primas.

Lo triste es que las palabras que he citado de Pedro Sánchez son correctas, pero sus actuaciones van en el sentido contrario. 

El gobierno de Sánchez ha implementado un impuesto injusto y confiscatorio calculado sobre ingresos y no beneficios. En vez de incentivar la inversión, la ha torpedeado, usando argumentos populistas para atacar a las pocas industrias que innovan, invierten y ofrecen soluciones. La inversión extranjera sigue a menos de la mitad de los niveles de 2018 y cae un 26% en 2023.

La industria española está atacada por el socialismo confiscatorio y extractivo. Las trabas burocráticas y administrativas son inaceptables y desplazan inversión a países más amigables. La fiscalidad es completamente confiscatoria. Cada vez que el gobierno ve un sector con activos cautivos lo expolia, y el resultado es un desastre. Piensan que las industrias son cajeros automáticos a su servicio. En el caso de la energía, la cadena de impuestos escondidos en todas las áreas desde generación a distribución y comercial es tan obscena que parece increíble que los ciudadanos lo permitan.

La oposición debe actuar de manera decisiva y presentar un plan industrial que sea una verdadera alternativa y evite que España se quede sin oportunidades. Por ello debe rechazar y revertir todas las medidas intervencionistas sin complejos. España solo alcanzará su potencial industrial si se elimina el socialismo extractivo. No hay otra opción.

El expolio no atrae industria

El tiempo ha pasado y la industria española lleva más de veinte meses en contracción a pesar de los fondos Next Generation, que han sido despilfarrados en cosas tan importantes como RTVE o inundar de fotocopiadoras en color algunos ministerios.

Daniel Lacalle |
11 de octubre, 2023
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El índice de producción industrial refleja el desastre que está ocurriendo en el sector manufacturero español. La tasa anual del Índice de Producción Industrial se sitúa en el −3,4% en la serie corregida de efectos estacionales y de calendario, según el INE. Y eso que el dato de agosto viene mejorado por un repunte del sector energético.

Si analizamos el dato anual, todos los sectores presentan tasas anuales negativas, especialmente “Bienes de consumo duradero” (−8,0%), “Energía” (−6,2%) y “Bienes intermedios” (-4,3%).

Los datos son mucho más preocupantes si analizamos los índices de indicadores adelantados (PMI). Porque no solo afecta al sector industrial. Según SP Global, el “estancamiento de los nuevos pedidos restringe el aumento de la actividad en el sector servicios” y la confianza en las perspectivas “cae hasta su nivel más bajo en 2023 hasta la fecha” en servicios.

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Adicionalmente, “el sector manufacturero español registró caídas simultáneas de la producción y los nuevos pedidos en septiembre”… y “el empleo también se redujo intensamente, mientras que la confianza en el futuro se mantuvo por debajo de su promedio histórico”.

No solo es el índice de gestores de compras (PMI) y el de producción industrial. El Índice General de Cifra de Negocios de la Industria cae un −5,2% en lo que va de año hasta el último dato publicado, según el INE.

Todo esto nos muestra que España está sufriendo una depresión industrial, con seis meses de empeoramiento continuado y un debilitamiento generalizado de la industria.

Pedro Sánchez se fijó como objetivo convertir a España en “una potencia industrial, de aquí a 10 años” y lo que ha conseguido es desplazar industria y expoliarla. Prometía “una industria 4.0 que nos va a permitir ser más competitivos” y lo único que ha hecho ha sido asfixiar a las empresas a impuestos, cargas burocráticas, trabas administrativas y limitaciones regulatorias.

“Reindustrialización es una palabra que me van a escuchar mucho cuando llegue a la Moncloa” decía en 2018, y afirmaba que “necesitamos una España fuerte y para eso necesitamos una industria fuerte”.

El tiempo ha pasado y la industria española lleva más de veinte meses en contracción a pesar de los fondos Next Generation, que han sido despilfarrados en cosas tan importantes como RTVE o inundar de fotocopiadoras en color algunos ministerios. La evidencia empírica es que España solo ve repuntar los datos de producción industrial cuando el sector energético atiende a las puntas de demanda o se dispara el precio de las materias primas.

Lo triste es que las palabras que he citado de Pedro Sánchez son correctas, pero sus actuaciones van en el sentido contrario. 

El gobierno de Sánchez ha implementado un impuesto injusto y confiscatorio calculado sobre ingresos y no beneficios. En vez de incentivar la inversión, la ha torpedeado, usando argumentos populistas para atacar a las pocas industrias que innovan, invierten y ofrecen soluciones. La inversión extranjera sigue a menos de la mitad de los niveles de 2018 y cae un 26% en 2023.

La industria española está atacada por el socialismo confiscatorio y extractivo. Las trabas burocráticas y administrativas son inaceptables y desplazan inversión a países más amigables. La fiscalidad es completamente confiscatoria. Cada vez que el gobierno ve un sector con activos cautivos lo expolia, y el resultado es un desastre. Piensan que las industrias son cajeros automáticos a su servicio. En el caso de la energía, la cadena de impuestos escondidos en todas las áreas desde generación a distribución y comercial es tan obscena que parece increíble que los ciudadanos lo permitan.

La oposición debe actuar de manera decisiva y presentar un plan industrial que sea una verdadera alternativa y evite que España se quede sin oportunidades. Por ello debe rechazar y revertir todas las medidas intervencionistas sin complejos. España solo alcanzará su potencial industrial si se elimina el socialismo extractivo. No hay otra opción.