El fabuloso mundo de los “Quién”
Si quien te investiga es quien está bajo tu poder, ¿quién va a ser el responsable cuando las cosas empiecen a ir al revés? Ya lo veremos… en el fabuloso mundo de los Quién.
El pasado 14 de febrero, el gobierno de Bernardo Arévalo anunció la integración de la nueva (no tan nueva) Comisión Nacional Contra la Corrupción (CNC). Evidentemente nos suena conocida, ya que es la evolución de la fracasada Comisión Presidencial contra la Corrupción, del gobierno de Alejandro Giammattei. No obstante, a pesar de que esta renovada “Comisión” se presente como algo nuevo, parece ser un poco más de lo mismo.
Sin problema no hay justificación
La insistencia con este tipo de entidades nos debería de llamar la atención, ya que parece ser que la temida corrupción dentro del Estado se ha convertido en el caballito de batalla de todos los gobiernos guatemaltecos y de la región latinoamericana. Es posible que la razón sea que, al tener este tipo de unidades ejecutoras, se esté cumpliendo con un grupo de estándares internacionales, dado que proyectan una imagen de un mayor grado de rendición de cuentas al exterior.
Sin embargo, ¿si nuestros impuestos son los que mantienen esta maquinaria andando, no nos deberían de interesar más los resultados que la creación incansable de más instituciones?
La cuestión con este tipo de entidades burocráticas es que, si no existe un problema que resolver, no hay entidad que mantener. Por lo tanto, en vez de ser una herramienta política eficaz y con objetivos claros, estas se han convertido en oficinas que albergan recursos, celebran actos conmemorativos y que solo dan largas sobre la resolución de los problemas de fondo.
Arcana imperii ¿al descubierto?
Cuando hablamos del arcana imperii, hacemos referencia a la famosa frase del político romano, Tácito, cuando hablaba de los secretos de estado y los actos irresponsables del Imperio romano. En la mayor parte de los gobiernos esta es la parte de la política que se quiere mantener oculta, dado que daña la imagen frente a los ciudadanos.
Por lo tanto, ¿qué mejor forma de ocultar las mañas del gobierno, que poniendo bajo su tutela a la entidad encargada de investigar la corrupción estatal? Parece que esta ha sido la estrategia de la nueva administración, ya que lo que más destaca de esta “renovada Comisión” es que, como establece el Acuerdo Gubernativo (31-2024), “dependerá de la Presidencia de la República”.
Entonces, si quien te investiga es quien está bajo tu poder, ¿quién va a ser el responsable cuando las cosas empiecen a ir al revés? Ya lo veremos… en el fabuloso mundo de los Quién.
El fabuloso mundo de los “Quién”
Si quien te investiga es quien está bajo tu poder, ¿quién va a ser el responsable cuando las cosas empiecen a ir al revés? Ya lo veremos… en el fabuloso mundo de los Quién.
El pasado 14 de febrero, el gobierno de Bernardo Arévalo anunció la integración de la nueva (no tan nueva) Comisión Nacional Contra la Corrupción (CNC). Evidentemente nos suena conocida, ya que es la evolución de la fracasada Comisión Presidencial contra la Corrupción, del gobierno de Alejandro Giammattei. No obstante, a pesar de que esta renovada “Comisión” se presente como algo nuevo, parece ser un poco más de lo mismo.
Sin problema no hay justificación
La insistencia con este tipo de entidades nos debería de llamar la atención, ya que parece ser que la temida corrupción dentro del Estado se ha convertido en el caballito de batalla de todos los gobiernos guatemaltecos y de la región latinoamericana. Es posible que la razón sea que, al tener este tipo de unidades ejecutoras, se esté cumpliendo con un grupo de estándares internacionales, dado que proyectan una imagen de un mayor grado de rendición de cuentas al exterior.
Sin embargo, ¿si nuestros impuestos son los que mantienen esta maquinaria andando, no nos deberían de interesar más los resultados que la creación incansable de más instituciones?
La cuestión con este tipo de entidades burocráticas es que, si no existe un problema que resolver, no hay entidad que mantener. Por lo tanto, en vez de ser una herramienta política eficaz y con objetivos claros, estas se han convertido en oficinas que albergan recursos, celebran actos conmemorativos y que solo dan largas sobre la resolución de los problemas de fondo.
Arcana imperii ¿al descubierto?
Cuando hablamos del arcana imperii, hacemos referencia a la famosa frase del político romano, Tácito, cuando hablaba de los secretos de estado y los actos irresponsables del Imperio romano. En la mayor parte de los gobiernos esta es la parte de la política que se quiere mantener oculta, dado que daña la imagen frente a los ciudadanos.
Por lo tanto, ¿qué mejor forma de ocultar las mañas del gobierno, que poniendo bajo su tutela a la entidad encargada de investigar la corrupción estatal? Parece que esta ha sido la estrategia de la nueva administración, ya que lo que más destaca de esta “renovada Comisión” es que, como establece el Acuerdo Gubernativo (31-2024), “dependerá de la Presidencia de la República”.
Entonces, si quien te investiga es quien está bajo tu poder, ¿quién va a ser el responsable cuando las cosas empiecen a ir al revés? Ya lo veremos… en el fabuloso mundo de los Quién.