Call to Action, es una iniciativa que trabaja para impulsar las oportunidades económicas a través de las microfinanzas y la inversión para generar impacto. Entre 2021 y 2024, Call to Action pretende brindar servicios de asesoría, orientación y consultoría a organizaciones que atienden a micro y pequeños empresarios en el norte de Centroamérica, beneficiando finalmente a más de 400,000 personas. Call to Action planea ayudar a las empresas a pasar del efectivo a lo digital, mejorar la gestión y las capacidades financieras y ampliar el acceso local a la financiación a través de la banca. La findalidad de Call to Action es el de empoderar a los dueños de negocios y sus familias para que se recuperen de la pandemia de COVID-19, así como para mejorar la educación financiera, la resiliencia y la prosperidad que tanto se necesitan para abordar las causas profundas de la migración.

Una característica importante de esta región es la cantidad significativa de la población de jóvenes entre 15 y 29 años. Los jóvenes constituyen la mayor parte de la población en estos países: 30 por ciento en Guatemala y Honduras y 28 por ciento en El Salvador. Sin embargo, este es también el grupo que menos puede encontrar oportunidades educativas, laborales o de capacitación, con casi el 28 por ciento de la población joven sin poder acceder a ninguna de estas tres.

La inestabilidad en la región, combinada con la falta de oportunidades económicas y la alta población joven,  provoca importantes flujos migratorios de los tres países a los Estados Unidos. Todos han tratado de abordar las llamadas "Causas Fundamentales" de la migración para reducir la cantidad de migrantes que cruzan la frontera sur, el año pasado la administración de EE. UU. publicó su estrategia para abordar las causas fundamentales de la migración en América Central.  La estrategia tiene varios pilares, el primero es “Abordar la inestabilidad económica y la desigualdad”. El núcleo de este pilar consiste en mejorar el entorno propicio para los negocios, asociarse con el sector privado y aumentar la inversión en la región.

La iniciativa tiene las siguientes seis áreas de enfoque destinadas a apoyar el desarrollo a largo plazo en la región:

Agenda de reformas: compromisos para respaldar una mayor transparencia, previsibilidad y estabilidad en el entorno propicio para los negocios al facilitar los esfuerzos de los gobiernos regionales para adoptar las mejores prácticas internacionales en materia de concesión de licencias, permisos, adquisiciones, regulación e impuestos.

Inclusión digital y financiera: compromisos para ampliar el acceso al Internet y la participación en la economía digital, facilitar el acceso a tecnologías financieras y capital para las pequeñas empresas, en particular las empresas propiedad de mujeres e indígenas y garantizar que las personas más vulnerables y con más probabilidades de migrar tengan acceso a servicios públicos básicos e instituciones financieras.

Seguridad alimentaria y agricultura: compromisos para combatir la escasez de alimentos aumentando la productividad agrícola.

Adaptación climática y energía limpia: compromisos para apoyar la resiliencia de la región al cambio climático a través de esfuerzos de adaptación y mitigación, apoyar a las industrias afectadas por el cambio climático y transición a energías limpias.

Educación y capacitación de la fuerza laboral: compromisos para expandir los programas de capacitación laboral, apoyar un mayor acceso a la educación y crear empleos en el sector formal mejor remunerados, especialmente para las mujeres y en las zonas rurales.

Acceso a la salud pública: compromisos para apoyar a los gobiernos regionales a abordar el impacto de COVID-19 en sus poblaciones para hacer frente a los futuros desafíos sanitarios, apoyar el acceso a agua limpia y saneamiento y garantizar el acceso inclusivo a la atención médica.

Sólo espero la implemetación de estos programas sea óptimo porque hasta la fecha ninguno por tanta burocracia ha sido eficazmente implementado, lamentablemente.