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La vamos pasando

El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, durante una entrevista para Europa Press, a 23 de febrero de 2024, en Madrid (España).
Carolina Castellanos |
19 de abril, 2024

Tal parece que esta es la respuesta, cada vez más común, a la pregunta “¿cómo estás?” cuando nos encontramos a una persona conocida en la calle o en cualquier lugar. Es raro escuchar “re bien, gracias”.

No cabe duda que el ambiente en Guatemala no es ideal. La llegada del nuevo gobierno, a diferencia de las ocasiones anteriores, no trajo un incremento en inversión, creación de nuevos empleos y un movimiento acelerado en la maquinaria económica de nuestra Guate.

Si bien en los cambios de gobierno anteriores ha habido algo de esto, a veces más y a veces menos, en esta ocasión no hubo prácticamente nada. El “ungido” internacionalmente, llegó con un marcado fraude y una ausencia de planes, proyectos y de materia gris de sus allegados. La izquierda, nacional e internacional, se alegró de la fraudulenta victoria, pero sus planes se han visto menguados por la falta de capacidad y de conocimiento.

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Si bien es cierto lo que reza el viejo refrán, “no es lo mismo verla venir que bailar con ella”, aquí ni siquiera hay visión y mucho menos capacidad de bailar.  Así las cosas, el resto de nosotros vemos fracaso tras fracaso, fallas en temas básicos y una enorme incapacidad de ejecución. Los medios de comunicación han resaltado la ausencia total de resultados de los primeros cien días de gobierno. Esto fue una de las tantas falacias -perdón, promesas- de campaña.

Los chapines somos aguantadores. Nos ha pasado de todo, incluyendo terremotos y huracanes, pero aquí seguimos, pues tenemos la convicción, la gran mayoría de nosotros, que solo trabajando duro y honradamente, saldremos adelante en beneficio de nuestras familias. Sin embargo, el hartazgo se empieza a sentir en algunas cosas, pues un cambio, aunque no sea el deseado, generalmente trae alguna esperanza.

El Congreso, nada nuevo. Es disfuncional por las luchas internas de poder. A esto se suma el insaciable deseo de protagonismo del “ungido” y fracasado del partido oficial. Intentó violar las normas para tener poder y control, pero no lo logró. El partido sigue intentando tener cargos y responsabilidades más allá de lo que la Constitución y el sistema legal lo permiten. El último exitoso fracaso fue defenestrar a la fiscal general. Ella es la “piedra en el zapato” y el muro de contención de tantos deseos desmedidos e ilegales que han querido satisfacer. 

Mientras tanto, el resto de nosotros seguimos “esperando” a que salgan “de la nube en la que andan”, aterricen y dense cuenta que Guatemala tiene un sistema legal establecido, una separación de poderes y muchísimos compromisos que cumplir. Urge nueva inversión privada, de casi cualquier cosa, como generación de energía eléctrica, por ejemplo, para crear empleos y desarrollo.

La pobreza es enorme, la salud es precaria, la desnutrición es espeluznante, la educación es deficiente y el subdesarrollo se ha estancado. Esa es la agenda básica. En vez de viajar y reunirse con sus camaradas (solo se junta con los zurdos) e invitar a pseudo personalidades que ya perdieron su brillo y credibilidad, ya va retrasado en enfocarse en esas cinco áreas que deben convertirse en el enfoque principal de su gestión.

Cuando se baje de la nube en la que andan los funcionarios actuales, desde la fraudulenta cúpula hasta todos los demás, ya se habrá perdido un tiempo valioso e infinidad de oportunidades para convertir a Guatemala en lo que debe ser, ¡un gran país!

La vamos pasando

Carolina Castellanos |
19 de abril, 2024
El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, durante una entrevista para Europa Press, a 23 de febrero de 2024, en Madrid (España).

Tal parece que esta es la respuesta, cada vez más común, a la pregunta “¿cómo estás?” cuando nos encontramos a una persona conocida en la calle o en cualquier lugar. Es raro escuchar “re bien, gracias”.

No cabe duda que el ambiente en Guatemala no es ideal. La llegada del nuevo gobierno, a diferencia de las ocasiones anteriores, no trajo un incremento en inversión, creación de nuevos empleos y un movimiento acelerado en la maquinaria económica de nuestra Guate.

Si bien en los cambios de gobierno anteriores ha habido algo de esto, a veces más y a veces menos, en esta ocasión no hubo prácticamente nada. El “ungido” internacionalmente, llegó con un marcado fraude y una ausencia de planes, proyectos y de materia gris de sus allegados. La izquierda, nacional e internacional, se alegró de la fraudulenta victoria, pero sus planes se han visto menguados por la falta de capacidad y de conocimiento.

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Si bien es cierto lo que reza el viejo refrán, “no es lo mismo verla venir que bailar con ella”, aquí ni siquiera hay visión y mucho menos capacidad de bailar.  Así las cosas, el resto de nosotros vemos fracaso tras fracaso, fallas en temas básicos y una enorme incapacidad de ejecución. Los medios de comunicación han resaltado la ausencia total de resultados de los primeros cien días de gobierno. Esto fue una de las tantas falacias -perdón, promesas- de campaña.

Los chapines somos aguantadores. Nos ha pasado de todo, incluyendo terremotos y huracanes, pero aquí seguimos, pues tenemos la convicción, la gran mayoría de nosotros, que solo trabajando duro y honradamente, saldremos adelante en beneficio de nuestras familias. Sin embargo, el hartazgo se empieza a sentir en algunas cosas, pues un cambio, aunque no sea el deseado, generalmente trae alguna esperanza.

El Congreso, nada nuevo. Es disfuncional por las luchas internas de poder. A esto se suma el insaciable deseo de protagonismo del “ungido” y fracasado del partido oficial. Intentó violar las normas para tener poder y control, pero no lo logró. El partido sigue intentando tener cargos y responsabilidades más allá de lo que la Constitución y el sistema legal lo permiten. El último exitoso fracaso fue defenestrar a la fiscal general. Ella es la “piedra en el zapato” y el muro de contención de tantos deseos desmedidos e ilegales que han querido satisfacer. 

Mientras tanto, el resto de nosotros seguimos “esperando” a que salgan “de la nube en la que andan”, aterricen y dense cuenta que Guatemala tiene un sistema legal establecido, una separación de poderes y muchísimos compromisos que cumplir. Urge nueva inversión privada, de casi cualquier cosa, como generación de energía eléctrica, por ejemplo, para crear empleos y desarrollo.

La pobreza es enorme, la salud es precaria, la desnutrición es espeluznante, la educación es deficiente y el subdesarrollo se ha estancado. Esa es la agenda básica. En vez de viajar y reunirse con sus camaradas (solo se junta con los zurdos) e invitar a pseudo personalidades que ya perdieron su brillo y credibilidad, ya va retrasado en enfocarse en esas cinco áreas que deben convertirse en el enfoque principal de su gestión.

Cuando se baje de la nube en la que andan los funcionarios actuales, desde la fraudulenta cúpula hasta todos los demás, ya se habrá perdido un tiempo valioso e infinidad de oportunidades para convertir a Guatemala en lo que debe ser, ¡un gran país!