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Las venas del país

Se puede construir un país sin por ello llenarnos de más y más árbitros, protegiendo libertades y generando oportunidades aprovechables que sea fuente de más y más hacedores.

.
Enrique Búcaro Batres |
18 de abril, 2024

Leyendo la biografía de Elon Musk, escrita fenomenalmente por Walter Isaacson, me llamó mucho la atención una frase dicha por el propio Musk y que recoge el autor. La frase dice: “Así es como las civilizaciones declinan. Renuncian a tomar riesgos. Y cuando renuncian a tomar riesgos, sus arterias se endurecen. Cada año hay más referís y menos hacedores”.

Siempre existen hacedores y siempre existen referís, el problema recae en que cada vez existen más personas en el poder que lo que quieren es poder sacar tarjetas amarillas y rojas, pitar y detener el partido, imponer reglas y definir los parámetros de comportamientos de todos los que están en la cancha, la cual el referí tiene por suya.

Se puede construir un país sin por ello llenarnos de más y más árbitros, protegiendo libertades y generando oportunidades aprovechables que sea fuente de más y más hacedores.

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Lamentablemente, en la realidad en que vivimos en este país, las reglas se están haciendo por referís para procrear más referís. Los votantes el año pasado se fueron por la opción que pensaron era más novedosa y desconocida, se arriesgaron pues lo que quieren es hacerse un mejor futuro y entienden que parte de ese hacer es votar. Al menos con las personas de más de 20 años con quienes yo tengo alguna relación, tienen el deseo de forjarse una vida, de tener y poder brindar más y mejores oportunidades de hacer. Es decir, muchos de los votantes que eligieron a las autoridades en el poder son hacedores, aspirando a crear más hacedores.

Organismo Ejecutivo

Las autoridades siguen como trompos girando alrededor de ellos mismos, viendo qué hacer o cómo hacerlo, para ejemplo maravillosamente triste es el gobernador del departamento de Guatemala, que no se sabe parte del Organismo Ejecutivo del cual, en efecto, forma parte.

No culpo al gobernador, culpo al presidente que lo puso ahí. Tantas idas y venidas con el proceso para designar a gobernadores y ¿ese es el mejor resultado del proceso? Pero, culpas e impresiones aparte, es indispensable hacer cambios que no busquen regular la vida y milagros de todos, sino que brinden la libertad y propicien oportunidades verdaderamente aprovechables para que todos puedan hacer y deshacer.

Las venas de este país aun no se han endurecido, aún existe vida y vigorosidad, pero esa vida hay que cuidarla y esa vigorosidad se debe estimular.

Más de una cosa a la vez

La realidad es que el Estado de Guatemala, es sumamente ineficiente, donde cada año la lluvia o la sequía, el frío o el calor someten al país y su precaria infraestructura. Por ello creo, estimado lector, que mientras el gobierno construye una mejor infraestructura (no solo de caminos y puertos, sino también de hospitales y escuelas), se brinda capacidad a los individuos de ser mayores y mejores hacedores de todo lo que se pueda o se necesite.

Aunque parezca increíble, sí es posible que este y los próximos gobiernos hagan más de una cosa a la vez. Se puede construir un país sin por ello llenarnos de más y más árbitros, protegiendo libertades y generando oportunidades aprovechables que sea fuente de más y más hacedores.

Las venas de este país aun no se han endurecido, aún existe vida y vigorosidad, pero esa vida hay que cuidarla y esa vigorosidad se debe estimular.

Las venas del país

Se puede construir un país sin por ello llenarnos de más y más árbitros, protegiendo libertades y generando oportunidades aprovechables que sea fuente de más y más hacedores.

Enrique Búcaro Batres |
18 de abril, 2024
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Leyendo la biografía de Elon Musk, escrita fenomenalmente por Walter Isaacson, me llamó mucho la atención una frase dicha por el propio Musk y que recoge el autor. La frase dice: “Así es como las civilizaciones declinan. Renuncian a tomar riesgos. Y cuando renuncian a tomar riesgos, sus arterias se endurecen. Cada año hay más referís y menos hacedores”.

Siempre existen hacedores y siempre existen referís, el problema recae en que cada vez existen más personas en el poder que lo que quieren es poder sacar tarjetas amarillas y rojas, pitar y detener el partido, imponer reglas y definir los parámetros de comportamientos de todos los que están en la cancha, la cual el referí tiene por suya.

Se puede construir un país sin por ello llenarnos de más y más árbitros, protegiendo libertades y generando oportunidades aprovechables que sea fuente de más y más hacedores.

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Lamentablemente, en la realidad en que vivimos en este país, las reglas se están haciendo por referís para procrear más referís. Los votantes el año pasado se fueron por la opción que pensaron era más novedosa y desconocida, se arriesgaron pues lo que quieren es hacerse un mejor futuro y entienden que parte de ese hacer es votar. Al menos con las personas de más de 20 años con quienes yo tengo alguna relación, tienen el deseo de forjarse una vida, de tener y poder brindar más y mejores oportunidades de hacer. Es decir, muchos de los votantes que eligieron a las autoridades en el poder son hacedores, aspirando a crear más hacedores.

Organismo Ejecutivo

Las autoridades siguen como trompos girando alrededor de ellos mismos, viendo qué hacer o cómo hacerlo, para ejemplo maravillosamente triste es el gobernador del departamento de Guatemala, que no se sabe parte del Organismo Ejecutivo del cual, en efecto, forma parte.

No culpo al gobernador, culpo al presidente que lo puso ahí. Tantas idas y venidas con el proceso para designar a gobernadores y ¿ese es el mejor resultado del proceso? Pero, culpas e impresiones aparte, es indispensable hacer cambios que no busquen regular la vida y milagros de todos, sino que brinden la libertad y propicien oportunidades verdaderamente aprovechables para que todos puedan hacer y deshacer.

Las venas de este país aun no se han endurecido, aún existe vida y vigorosidad, pero esa vida hay que cuidarla y esa vigorosidad se debe estimular.

Más de una cosa a la vez

La realidad es que el Estado de Guatemala, es sumamente ineficiente, donde cada año la lluvia o la sequía, el frío o el calor someten al país y su precaria infraestructura. Por ello creo, estimado lector, que mientras el gobierno construye una mejor infraestructura (no solo de caminos y puertos, sino también de hospitales y escuelas), se brinda capacidad a los individuos de ser mayores y mejores hacedores de todo lo que se pueda o se necesite.

Aunque parezca increíble, sí es posible que este y los próximos gobiernos hagan más de una cosa a la vez. Se puede construir un país sin por ello llenarnos de más y más árbitros, protegiendo libertades y generando oportunidades aprovechables que sea fuente de más y más hacedores.

Las venas de este país aun no se han endurecido, aún existe vida y vigorosidad, pero esa vida hay que cuidarla y esa vigorosidad se debe estimular.