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Lo que me gustaría oír de los candidatos

El Estado puede hacer del centro un museo pues tiene las pistolas para despojar a los legítimos propietarios de sus derechos. Pero que no pretenda  el Estado que es por el bien común.

.
Warren Orbaugh |
12 de junio, 2023

He oído a candidatos prometer creación de empleos, construir  carreteras, escuelas, puestos de salud, mejorar la economía, etc. Creen que el Gobierno es una empresa. Otros pretenden “nacionalizar” empresas de servicios, como telefonía y electricidad. Creen que el Gobierno es un ladrón legal. Algunos prometen “regalar” cosas como dinero en efectivo, ordenadores, bolsas de comida, etcétera. Creen que el Gobierno puede aparentar ser una agencia de caridad que oculta el hecho de que más bien se comporta como jefe de una pandilla que reparte el botín producto del saqueo al resto de ciudadanos. Como algo adicional ofrecen seguridad y justicia –actividades que sí son propias del Gobierno. Aseguran que aumentarán el número de soldados y de policías. Algunos aseguran que sacarán al ejército a las calles para ayudar a la policía.

Todo sigue igual.

A nadie he oído prometer que su gobierno velará porque éste no viole los derechos humanos. Porque ha sido práctica habitual por parte de todos los gobiernos violar los derechos de los ciudadanos.

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Un ejemplo me servirá para ilustrar esta afirmación. La disciplina especializada en rescate de construcciones antiguas se inició en los años 70, a partir de la idea de algunos de la importancia del valor histórico del centro. Tomó fuerza con la regulación creada para la construcción en el centro histórico y la creación de Renacentro, oficina establecida por la Municipalidad capitalina y la Universidad de San Carlos de Guatemala. Desde entonces se le denomina centro histórico a la zona 1. El propósito del reglamento es: la preservación, rescate y desarrollo normado del centro histórico.

¿Pero qué es lo que hay que escatar? ¿Qué es lo que se está deteriorando? ¿Es acaso la imagen patológica de un momento en la historia que algunos quieren congelar?

El verdadero deterioro se da gracias a la regulación para la construcción en el centro histórico. ¿Por qué? Porque a partir de entonces el Estado viola los derechos de los propietarios de edificaciones en el así llamado centro histórico. Porque el Estado expropia las propiedades del centro por supuestas “razones de interés público” sin indemnización ni compensación a sus legítimos propietarios.

¿Por qué digo esto?

Pregunto: ¿Es mío lo mío si otros tienen derecho a disponer de mi propiedad excepto yo? Si el artículo 39 de la constitución de la república dice que se garantiza la propiedad privada y que toda persona puede disponer libremente de sus bienes, ¿Qué sucede cuando a uno se le impide disponer de su propiedad en el centro? ¿Acaso no es una violación por parte del Estado del artículo 39? Y si el estado pretende ampararse en el artículo 40 de expropiación, ¿dónde está la indemnización a los afectados?

El Estado puede hacer del centro un museo pues tiene las pistolas para despojar a los legítimos propietarios de sus derechos. Pero que no pretenda  el Estado que es por el bien común. El bien común consiste en el imperio de la ley que protege los derechos individuales –vida, libertad y propiedad, y no el imperio despótico de los hombres. Que no pretenda el Estado que sus víctimas confirmen la validez de sus disposiciones y prácticas si estas violan sus derechos. Que no pretenda el Estado que despoja a su víctima con su consentimiento. Y encima de todo esto, el propietario nominal, ahora despojado de sus derechos de propiedad, retiene la obligación de pagar impuestos sobre la misma. La regulación tiene como consecuencia el éxodo hacia otras zonas con inferior infraestructura que la de la zona 1, que posee plazas, parques y cuadras cortas que promueven el comercio.

¿Qué tal si en el Renacimiento hubieran tenido esa idea de conservación histórica patológica de sus edificaciones? Y hubieran creado regulaciones como las nuestras. No existiría San Pedro de Roma, ni la Fontana de Trevi, ni Plaza Navona.

¿Y qué tal si los norteamericanos del siglo xvii hubieran hecho lo que nuestro Estado hace con el centro? No habría rascacielos. Manhatan sería un pueblo provincial.

Lo mismo sucede a los propietarios de bienes inmuebles en Santiago de los Caballeros –Antigua. A un grupo minoritario se le antojó conservarla como monumento patológico y utilizaron la legislación para violar los derechos de muchos antigüeños. Argumentan que esos monumentos patológicos son lo que atrae turismo a la Ciudad Colonial. Pero se equivocan. El encanto de Antigua se debe a su composición urbana. Sería mejor si se pudiera reconstruir y usar sus iglesias, monasterios y conventos. ¿Te imaginas usar la Catedral de Antigua en todo su esplendor? Así, su pasado sería para nosotros un presente al seguir siendo relevante. Existe una doble moral en quién insiste en conservar los edificios de Antigua en ruinas, pero aplaude la reconstrucción de Notre Dame en París.

El que quiere preservar algo que no es de él y que no lo compra, sino que usa al Estado para conseguir su propósito, es el ladrón que cree que su fin justifica el despojarte de tus derechos de propiedad.

La condición necesaria para el desarrollo sostenido de Guatemala es el respeto a los derechos individuales. Para eso se requiere desregular tanta legislación nociva.

¿Habrá quien lo ofrezca?

Lo que me gustaría oír de los candidatos

El Estado puede hacer del centro un museo pues tiene las pistolas para despojar a los legítimos propietarios de sus derechos. Pero que no pretenda  el Estado que es por el bien común.

Warren Orbaugh |
12 de junio, 2023
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He oído a candidatos prometer creación de empleos, construir  carreteras, escuelas, puestos de salud, mejorar la economía, etc. Creen que el Gobierno es una empresa. Otros pretenden “nacionalizar” empresas de servicios, como telefonía y electricidad. Creen que el Gobierno es un ladrón legal. Algunos prometen “regalar” cosas como dinero en efectivo, ordenadores, bolsas de comida, etcétera. Creen que el Gobierno puede aparentar ser una agencia de caridad que oculta el hecho de que más bien se comporta como jefe de una pandilla que reparte el botín producto del saqueo al resto de ciudadanos. Como algo adicional ofrecen seguridad y justicia –actividades que sí son propias del Gobierno. Aseguran que aumentarán el número de soldados y de policías. Algunos aseguran que sacarán al ejército a las calles para ayudar a la policía.

Todo sigue igual.

A nadie he oído prometer que su gobierno velará porque éste no viole los derechos humanos. Porque ha sido práctica habitual por parte de todos los gobiernos violar los derechos de los ciudadanos.

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Un ejemplo me servirá para ilustrar esta afirmación. La disciplina especializada en rescate de construcciones antiguas se inició en los años 70, a partir de la idea de algunos de la importancia del valor histórico del centro. Tomó fuerza con la regulación creada para la construcción en el centro histórico y la creación de Renacentro, oficina establecida por la Municipalidad capitalina y la Universidad de San Carlos de Guatemala. Desde entonces se le denomina centro histórico a la zona 1. El propósito del reglamento es: la preservación, rescate y desarrollo normado del centro histórico.

¿Pero qué es lo que hay que escatar? ¿Qué es lo que se está deteriorando? ¿Es acaso la imagen patológica de un momento en la historia que algunos quieren congelar?

El verdadero deterioro se da gracias a la regulación para la construcción en el centro histórico. ¿Por qué? Porque a partir de entonces el Estado viola los derechos de los propietarios de edificaciones en el así llamado centro histórico. Porque el Estado expropia las propiedades del centro por supuestas “razones de interés público” sin indemnización ni compensación a sus legítimos propietarios.

¿Por qué digo esto?

Pregunto: ¿Es mío lo mío si otros tienen derecho a disponer de mi propiedad excepto yo? Si el artículo 39 de la constitución de la república dice que se garantiza la propiedad privada y que toda persona puede disponer libremente de sus bienes, ¿Qué sucede cuando a uno se le impide disponer de su propiedad en el centro? ¿Acaso no es una violación por parte del Estado del artículo 39? Y si el estado pretende ampararse en el artículo 40 de expropiación, ¿dónde está la indemnización a los afectados?

El Estado puede hacer del centro un museo pues tiene las pistolas para despojar a los legítimos propietarios de sus derechos. Pero que no pretenda  el Estado que es por el bien común. El bien común consiste en el imperio de la ley que protege los derechos individuales –vida, libertad y propiedad, y no el imperio despótico de los hombres. Que no pretenda el Estado que sus víctimas confirmen la validez de sus disposiciones y prácticas si estas violan sus derechos. Que no pretenda el Estado que despoja a su víctima con su consentimiento. Y encima de todo esto, el propietario nominal, ahora despojado de sus derechos de propiedad, retiene la obligación de pagar impuestos sobre la misma. La regulación tiene como consecuencia el éxodo hacia otras zonas con inferior infraestructura que la de la zona 1, que posee plazas, parques y cuadras cortas que promueven el comercio.

¿Qué tal si en el Renacimiento hubieran tenido esa idea de conservación histórica patológica de sus edificaciones? Y hubieran creado regulaciones como las nuestras. No existiría San Pedro de Roma, ni la Fontana de Trevi, ni Plaza Navona.

¿Y qué tal si los norteamericanos del siglo xvii hubieran hecho lo que nuestro Estado hace con el centro? No habría rascacielos. Manhatan sería un pueblo provincial.

Lo mismo sucede a los propietarios de bienes inmuebles en Santiago de los Caballeros –Antigua. A un grupo minoritario se le antojó conservarla como monumento patológico y utilizaron la legislación para violar los derechos de muchos antigüeños. Argumentan que esos monumentos patológicos son lo que atrae turismo a la Ciudad Colonial. Pero se equivocan. El encanto de Antigua se debe a su composición urbana. Sería mejor si se pudiera reconstruir y usar sus iglesias, monasterios y conventos. ¿Te imaginas usar la Catedral de Antigua en todo su esplendor? Así, su pasado sería para nosotros un presente al seguir siendo relevante. Existe una doble moral en quién insiste en conservar los edificios de Antigua en ruinas, pero aplaude la reconstrucción de Notre Dame en París.

El que quiere preservar algo que no es de él y que no lo compra, sino que usa al Estado para conseguir su propósito, es el ladrón que cree que su fin justifica el despojarte de tus derechos de propiedad.

La condición necesaria para el desarrollo sostenido de Guatemala es el respeto a los derechos individuales. Para eso se requiere desregular tanta legislación nociva.

¿Habrá quien lo ofrezca?