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¿Qué está en juego?

Son varios los grupos de guatemaltecos que luchan en esta batalla que no toca librar a quienes hemos de tener como norte: el bien común, como propósito; la vigencia del Estado de Derecho que le de sustancia y sustento sostenible a la Republica Constitucional que perseguimos.

.
Juan Francisco Callejas |
18 de octubre, 2023

Si usted está en una casa de dos niveles con balcón hacia la sala y hay una fiesta, pruebe a subirse al balcón y observe el comportamiento de quienes están en la platea del primer nivel. Se dará cuenta que, lo que logra ver es muy diferente de lo que ve estando en el mismo primer nivel. Esto le puede ayudar a tener una mejor perspectiva para tomar decisiones.

Alejarse un poco, poner más distancia y observar al panorama social, político y económico de los guatemaltecos que hoy somos partes, por acción u omisión del proceso de protestas, demandas, bloqueos o no, permite ubicarse y externar algunos criterios que buscan ser ecuánimes, sin las pasiones, pero si con criterios que le aportan a la razón una perspectiva quizá más rica para nuestro enfoque hacia el futuro.

En este caso, valorar varios aspectos de suyo trascendentes a tener en cuenta y darles el valor que tienen es vital, partiendo de que existe una idea central del porque los disturbios y las acciones presentes, al menos para quienes desde el criterio de legitimidad, nos atrevemos a emitir nuestra postura. Esta idea es LA DEMOCRACIA REPUBLICANA Y CONSTITUCIONAL que desde 1985 aspiramos construir para un mejor vivir de todos en Guatemala.

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Desde los pueblos originarios guatemaltecos a quienes valoro, respeto y confío dignificar, su proceso de protestas y demandas ha sido claramente confesado, desnudamente expuesto y sin la mediación hipócrita de lo políticamente correcto han planteado una solución que ellos ven, y un servidor los acompaña: la renuncia de la fiscal general, el fiscal especial y un juez que actuando con ellos, están comprometiendo la endeble construcción democrática que tenemos, después de 38 años de vigencia.

Habiendo pasado ya 38 años y varios eventos electorales en los que mal que bien los guatemaltecos hemos podido tener la libertad de escoger a nuestras autoridades, vale la pena darle valor esta libertad, puesto que, aunque al final, para muchos connacionales los resultados de nuestra DEMOCRACIA no han sido tan positivos y favorables, no podemos dudar que la decisión de a quienes escoger han estado en nuestras manos y bajo nuestra individual y personal responsabilidad. Esto se llama elecciones libres, pilar fundamental del sistema.

En estos 38 años, hemos tenido la oportunidad, aunque no lo hayamos aprovechado del todo bien, de buscar como vivir bajo las normas de nuestra Constitución de la Republica y también hemos acogidos como leyes internas, las normas de los tratados que en materia de Derechos Humanos hemos aceptado y ratificado, aunque sean provenientes de la comunidad internacional.

En estos 38 años, hemos dado forma a un Sistema Económico que, aunque sigue privilegiando de manera preferente a los pocos miembros de nuestra oligarquía criolla, no podemos negar a también ha permitido en alguna medida el surgimiento, aunque sea en la informalidad, de un buen sector de micros, pequeños y medianos empresarios que aportan a la fortaleza de un tejido social empresarial en el que hay más oportunidades que antes. Hace falta mucho por hacer, para superar la discriminación y el racismos, pero avanzamos.

En estos 38 años, también podemos reconocer que la sociedad civil ha ido orgánicamente formando un tejido social más fuerte que, no solamente atiende la problemática social de salud, educación, desarrollo económico y bienestar de millones de connacionales, sino que ya, como ocurre ahora, interviene en el necesario sistema de gobernanza en el que hace falta equilibrar al poder económico tradicional, al poder político tradicional y aprovechar las enormes ventajas de nuestra multiculturalidad. Todo esto en medio de la incorporación también, nada conveniente por supuesto, de las mafias del crimen organizado, dado que el lavado de dinero lo permite todo.

En 38 años, aunque no como lo quisiéramos, hemos dado a luz un Sistema Político que lamentablemente permeado por el Crimen Organizado, ha secuestrado nuestra incipiente DEMOCRACIA y quiere ahora seguir manteniéndola bajo su control para convertirla en un NARCO ESTADO, de tal forma que como en otras naciones de América Latina, seamos gobernados por las fuerzas malignas que al final privan de la libertad y la vida con que hemos sido creados en forma inalienable.

Son varios los grupos de guatemaltecos que luchan en esta batalla que no toca librar a quienes hemos de tener como norte: el bien común, como propósito; la vigencia del Estado de Derecho que le de sustancia y sustento sostenible a la República Constitucional que perseguimos. En estos momentos de nuevos capítulos de lucha, no dejemos por un lado los logros ya obtenidos y sin abandonar las luchas por nuestra vida en libertad, mantengamos la ecuanimidad necesaria para superar estos tiempos. ıÁnimo!, Guatemala, vale la pena.

¿Qué está en juego?

Son varios los grupos de guatemaltecos que luchan en esta batalla que no toca librar a quienes hemos de tener como norte: el bien común, como propósito; la vigencia del Estado de Derecho que le de sustancia y sustento sostenible a la Republica Constitucional que perseguimos.

Juan Francisco Callejas |
18 de octubre, 2023
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Si usted está en una casa de dos niveles con balcón hacia la sala y hay una fiesta, pruebe a subirse al balcón y observe el comportamiento de quienes están en la platea del primer nivel. Se dará cuenta que, lo que logra ver es muy diferente de lo que ve estando en el mismo primer nivel. Esto le puede ayudar a tener una mejor perspectiva para tomar decisiones.

Alejarse un poco, poner más distancia y observar al panorama social, político y económico de los guatemaltecos que hoy somos partes, por acción u omisión del proceso de protestas, demandas, bloqueos o no, permite ubicarse y externar algunos criterios que buscan ser ecuánimes, sin las pasiones, pero si con criterios que le aportan a la razón una perspectiva quizá más rica para nuestro enfoque hacia el futuro.

En este caso, valorar varios aspectos de suyo trascendentes a tener en cuenta y darles el valor que tienen es vital, partiendo de que existe una idea central del porque los disturbios y las acciones presentes, al menos para quienes desde el criterio de legitimidad, nos atrevemos a emitir nuestra postura. Esta idea es LA DEMOCRACIA REPUBLICANA Y CONSTITUCIONAL que desde 1985 aspiramos construir para un mejor vivir de todos en Guatemala.

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Habiendo pasado ya 38 años y varios eventos electorales en los que mal que bien los guatemaltecos hemos podido tener la libertad de escoger a nuestras autoridades, vale la pena darle valor esta libertad, puesto que, aunque al final, para muchos connacionales los resultados de nuestra DEMOCRACIA no han sido tan positivos y favorables, no podemos dudar que la decisión de a quienes escoger han estado en nuestras manos y bajo nuestra individual y personal responsabilidad. Esto se llama elecciones libres, pilar fundamental del sistema.

En estos 38 años, hemos tenido la oportunidad, aunque no lo hayamos aprovechado del todo bien, de buscar como vivir bajo las normas de nuestra Constitución de la Republica y también hemos acogidos como leyes internas, las normas de los tratados que en materia de Derechos Humanos hemos aceptado y ratificado, aunque sean provenientes de la comunidad internacional.

En estos 38 años, hemos dado forma a un Sistema Económico que, aunque sigue privilegiando de manera preferente a los pocos miembros de nuestra oligarquía criolla, no podemos negar a también ha permitido en alguna medida el surgimiento, aunque sea en la informalidad, de un buen sector de micros, pequeños y medianos empresarios que aportan a la fortaleza de un tejido social empresarial en el que hay más oportunidades que antes. Hace falta mucho por hacer, para superar la discriminación y el racismos, pero avanzamos.

En estos 38 años, también podemos reconocer que la sociedad civil ha ido orgánicamente formando un tejido social más fuerte que, no solamente atiende la problemática social de salud, educación, desarrollo económico y bienestar de millones de connacionales, sino que ya, como ocurre ahora, interviene en el necesario sistema de gobernanza en el que hace falta equilibrar al poder económico tradicional, al poder político tradicional y aprovechar las enormes ventajas de nuestra multiculturalidad. Todo esto en medio de la incorporación también, nada conveniente por supuesto, de las mafias del crimen organizado, dado que el lavado de dinero lo permite todo.

En 38 años, aunque no como lo quisiéramos, hemos dado a luz un Sistema Político que lamentablemente permeado por el Crimen Organizado, ha secuestrado nuestra incipiente DEMOCRACIA y quiere ahora seguir manteniéndola bajo su control para convertirla en un NARCO ESTADO, de tal forma que como en otras naciones de América Latina, seamos gobernados por las fuerzas malignas que al final privan de la libertad y la vida con que hemos sido creados en forma inalienable.

Son varios los grupos de guatemaltecos que luchan en esta batalla que no toca librar a quienes hemos de tener como norte: el bien común, como propósito; la vigencia del Estado de Derecho que le de sustancia y sustento sostenible a la República Constitucional que perseguimos. En estos momentos de nuevos capítulos de lucha, no dejemos por un lado los logros ya obtenidos y sin abandonar las luchas por nuestra vida en libertad, mantengamos la ecuanimidad necesaria para superar estos tiempos. ıÁnimo!, Guatemala, vale la pena.