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Visión de túnel en el gobierno

Es necesario reconocer que la corrupción es una patología propia del proceso político e inherente a las sociedades modernas. Consecuentemente, a pesar de que sí es necesario atenuarla, también se debe aprender a convivir con ella, de manera que el ejercicio del poder no se encadene a sí mismo.

.
Marimaite Rayo |
28 de marzo, 2024

A menos de un mes de alcanzar los 100 días en el gobierno, la nueva administración ha dado la impresión de que ha hecho mucho, pero de fondo ha habido pocos cambios. En gran parte esto se debe a que desde que asumieron el poder, todas las dependencias estatales, incluyendo al binomio presidencial y al bloque legislativo, han asumido una visión de túnel que les ha limitado su capacidad de gobernar para toda la población.

La razón de esto es que, en vez de analizar los problemas sistemáticos que afectan a todo el país, únicamente se han centrado en tres temas que son de interés para su partido y sus seguidores: la corrupción, el Ministerio Público y la cancelación del partido político Semilla.

Sin agenda, pero con excusa

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Un tema central en el mandato, tanto del presidente Bernardo Arévalo, como del bloque legislativo, ha sido el limbo legal en el que se encuentra el partido Semilla.

El hecho de que no haya claridad en el proceso de investigación y cancelación de la organización política ha servido como la excusa perfecta para justificar la falta de una agenda clara en el Congreso. Es más, se podría afirmar que el bloque oficialista ha pasado más tiempo explicando cómo la suspensión le ha afectado a su capacidad de negociación en el hemiciclo, que legislando, lo cual es su verdadero mandato.  

Entonces, ¿esto quiere decir que no veremos resultados concretos en el Congreso hasta que arreglen su situación legal o cómo está la cosa?

El salvavidas de “la corrupción”

Otra tendencia que se ha visto entre los funcionarios del gobierno es que, si no hay respuesta para las preguntas o se desconoce el estado de algún proceso, todos acuden a la palabra salvavidas: corrupción.

No cabe duda de que uno de los grandes problemas dentro de la administración pública del Estado que afecta la eficiencia en los procesos es el entramado de la corrupción. Sin embargo, tampoco es aceptable que todas las entidades del gobierno pasen los siguientes cuatro años sin hacer nada porque “la corrupción los imposibilita”.

Es necesario reconocer que la corrupción es una patología propia del proceso político e inherente a las sociedades modernas. Consecuentemente, a pesar de que sí es necesario atenuarla, también se debe aprender a convivir con ella, de manera que el ejercicio del poder no se encadene a sí mismo.

La convivencia es clave

Por último, otro tema que no les ha permitido salir de esa visión de túnel es el factor del Ministerio Público (MP). Sobre esta cuestión ha pesado mucho la opinión de los seguidores del Movimiento Semilla, quienes desconocen que una vez en el poder el comportamiento de los dirigentes debe pasar de uno confrontativo a uno conciliador.

En este sentido, pese a que es evidente que la relación entre el MP y las autoridades de gobierno nunca será de amistad, sí debe existir cierta cordialidad, ya que, sea de su agrado o no, al presidente Arévalo todavía le quedan unos cuantos años más de convivencia con dichas autoridades.

Además, aunque las opiniones sobre el acercamiento entre las entidades sean negativas, el presidente debe asumir que él no gobierna para sus seguidores de “X”, sino que debe velar por los intereses de toda la población.

Así pues, si el gobierno de Arévalo y Herrera quiere ser exitoso, es necesario que todo su equipo desactive la visión de túnel y active la vista periférica, de manera que sean capaces de gobernar para todos los guatemaltecos y no conforme a los intereses de unos pocos.

Visión de túnel en el gobierno

Es necesario reconocer que la corrupción es una patología propia del proceso político e inherente a las sociedades modernas. Consecuentemente, a pesar de que sí es necesario atenuarla, también se debe aprender a convivir con ella, de manera que el ejercicio del poder no se encadene a sí mismo.

Marimaite Rayo |
28 de marzo, 2024
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A menos de un mes de alcanzar los 100 días en el gobierno, la nueva administración ha dado la impresión de que ha hecho mucho, pero de fondo ha habido pocos cambios. En gran parte esto se debe a que desde que asumieron el poder, todas las dependencias estatales, incluyendo al binomio presidencial y al bloque legislativo, han asumido una visión de túnel que les ha limitado su capacidad de gobernar para toda la población.

La razón de esto es que, en vez de analizar los problemas sistemáticos que afectan a todo el país, únicamente se han centrado en tres temas que son de interés para su partido y sus seguidores: la corrupción, el Ministerio Público y la cancelación del partido político Semilla.

Sin agenda, pero con excusa

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Un tema central en el mandato, tanto del presidente Bernardo Arévalo, como del bloque legislativo, ha sido el limbo legal en el que se encuentra el partido Semilla.

El hecho de que no haya claridad en el proceso de investigación y cancelación de la organización política ha servido como la excusa perfecta para justificar la falta de una agenda clara en el Congreso. Es más, se podría afirmar que el bloque oficialista ha pasado más tiempo explicando cómo la suspensión le ha afectado a su capacidad de negociación en el hemiciclo, que legislando, lo cual es su verdadero mandato.  

Entonces, ¿esto quiere decir que no veremos resultados concretos en el Congreso hasta que arreglen su situación legal o cómo está la cosa?

El salvavidas de “la corrupción”

Otra tendencia que se ha visto entre los funcionarios del gobierno es que, si no hay respuesta para las preguntas o se desconoce el estado de algún proceso, todos acuden a la palabra salvavidas: corrupción.

No cabe duda de que uno de los grandes problemas dentro de la administración pública del Estado que afecta la eficiencia en los procesos es el entramado de la corrupción. Sin embargo, tampoco es aceptable que todas las entidades del gobierno pasen los siguientes cuatro años sin hacer nada porque “la corrupción los imposibilita”.

Es necesario reconocer que la corrupción es una patología propia del proceso político e inherente a las sociedades modernas. Consecuentemente, a pesar de que sí es necesario atenuarla, también se debe aprender a convivir con ella, de manera que el ejercicio del poder no se encadene a sí mismo.

La convivencia es clave

Por último, otro tema que no les ha permitido salir de esa visión de túnel es el factor del Ministerio Público (MP). Sobre esta cuestión ha pesado mucho la opinión de los seguidores del Movimiento Semilla, quienes desconocen que una vez en el poder el comportamiento de los dirigentes debe pasar de uno confrontativo a uno conciliador.

En este sentido, pese a que es evidente que la relación entre el MP y las autoridades de gobierno nunca será de amistad, sí debe existir cierta cordialidad, ya que, sea de su agrado o no, al presidente Arévalo todavía le quedan unos cuantos años más de convivencia con dichas autoridades.

Además, aunque las opiniones sobre el acercamiento entre las entidades sean negativas, el presidente debe asumir que él no gobierna para sus seguidores de “X”, sino que debe velar por los intereses de toda la población.

Así pues, si el gobierno de Arévalo y Herrera quiere ser exitoso, es necesario que todo su equipo desactive la visión de túnel y active la vista periférica, de manera que sean capaces de gobernar para todos los guatemaltecos y no conforme a los intereses de unos pocos.