La sorprendente Brasil buscará el domingo (18h15 GMT) en Belgrado ante la anfitriona Serbia el título mundial de balonmano femenino en un partido en el que ambas selecciones optan a coronarse por primera vez en su historia.
Sin gran tradición en este deporte, las sudamericanas, invictas durante el torneo, han rendido a un altísimo nivel en el país balcánico y se convirtieron en una seria candidata a la victoria según transcurría la competición.
Brasil es el segundo país no europeo que llega a una final mundial después de que Corea del Sur ganara la medalla de oro en 1995.
La cohesión del grupo es el punto fuerte de un equipo liderado por Alexandra Do Nascimento, mejor jugadora mundial en 2012, que en semifinales batió a Dinamarca por un cómodo 27-21.
Las ‘Meninas’ forman parte de un proyecto que tiene como objetivo final una victoria olímpica en los Juegos que organiza Rio de Janeiro en 2016.
Tras alcanzar los cuartos de final en el Mundial-2011 que organizó en Sao Paulo, su recorrido en este Mundial ya las ha situado como una de las grandes potencias del panorama internacional.
En el caso de Serbia la final llega justo 40 años después del único título mundial logrado por Yugoslavia -también ganó la medalla de oro en los Juegos de Los Ángeles 1984-, por lo que el país balcánico puede consagrarse por primera vez como nación independiente.
Las europeas, que no eran consideradas favoritas al inicio de la competición, han aprovechado la experiencia adquirida con su cuarto puesto en el Europeo-2012, en el que también fueron anfitrionas.
Su victoria en cuartos de final ante Noruega, que defendía título mundial y es campeona olímpica, disparó la euforia en el país.
En semifinales se impuso a Polonia por 24-18 ante 18.236 espectadores, un récord en el balonmano femenino. Ante Brasil se espera un pabellón lleno; 20.000 personas animando al equipo local.
Ambas selecciones ya se enfrentaron en la fase de grupos. Entonces Brasil, que defiende una racha de ocho victorias consecutivas, se impuso por 25-23.
Si son capaces de controlar el lado emocional en un ambiente adverso, las sudamericanas son favoritas ya que disponen de un juego de ataque más variado.
Seis de las jugadoras del equipo militan en el club austriaco Niederosterreich, dirigido por Morten Soubak, el seleccionador nacional.
Además de Alexandra do Nascimiento, la central Ana Rodrigues y la lateral izquierda Eduarda Amorim son las mayores amenazas ofensivas brasileñas.
Las locales disponen de un arsenal inferior. El dúo formado por Sanja Damnjanovic y Andrea Lekic, que comparten el quinto puesto en la tabla de máximas realizadoras de la competición, son su primera opción.
Lesionada en semifinales, Lekic tomará parte en la final pero se desconoce si en plenitud de condiciones. Muchas de las opciones de que Serbia se corone en Belgrado pasan por sus manos.
La sorprendente Brasil buscará el domingo (18h15 GMT) en Belgrado ante la anfitriona Serbia el título mundial de balonmano femenino en un partido en el que ambas selecciones optan a coronarse por primera vez en su historia.
Sin gran tradición en este deporte, las sudamericanas, invictas durante el torneo, han rendido a un altísimo nivel en el país balcánico y se convirtieron en una seria candidata a la victoria según transcurría la competición.
Brasil es el segundo país no europeo que llega a una final mundial después de que Corea del Sur ganara la medalla de oro en 1995.
La cohesión del grupo es el punto fuerte de un equipo liderado por Alexandra Do Nascimento, mejor jugadora mundial en 2012, que en semifinales batió a Dinamarca por un cómodo 27-21.
Las ‘Meninas’ forman parte de un proyecto que tiene como objetivo final una victoria olímpica en los Juegos que organiza Rio de Janeiro en 2016.
Tras alcanzar los cuartos de final en el Mundial-2011 que organizó en Sao Paulo, su recorrido en este Mundial ya las ha situado como una de las grandes potencias del panorama internacional.
En el caso de Serbia la final llega justo 40 años después del único título mundial logrado por Yugoslavia -también ganó la medalla de oro en los Juegos de Los Ángeles 1984-, por lo que el país balcánico puede consagrarse por primera vez como nación independiente.
Las europeas, que no eran consideradas favoritas al inicio de la competición, han aprovechado la experiencia adquirida con su cuarto puesto en el Europeo-2012, en el que también fueron anfitrionas.
Su victoria en cuartos de final ante Noruega, que defendía título mundial y es campeona olímpica, disparó la euforia en el país.
En semifinales se impuso a Polonia por 24-18 ante 18.236 espectadores, un récord en el balonmano femenino. Ante Brasil se espera un pabellón lleno; 20.000 personas animando al equipo local.
Ambas selecciones ya se enfrentaron en la fase de grupos. Entonces Brasil, que defiende una racha de ocho victorias consecutivas, se impuso por 25-23.
Si son capaces de controlar el lado emocional en un ambiente adverso, las sudamericanas son favoritas ya que disponen de un juego de ataque más variado.
Seis de las jugadoras del equipo militan en el club austriaco Niederosterreich, dirigido por Morten Soubak, el seleccionador nacional.
Además de Alexandra do Nascimiento, la central Ana Rodrigues y la lateral izquierda Eduarda Amorim son las mayores amenazas ofensivas brasileñas.
Las locales disponen de un arsenal inferior. El dúo formado por Sanja Damnjanovic y Andrea Lekic, que comparten el quinto puesto en la tabla de máximas realizadoras de la competición, son su primera opción.
Lesionada en semifinales, Lekic tomará parte en la final pero se desconoce si en plenitud de condiciones. Muchas de las opciones de que Serbia se corone en Belgrado pasan por sus manos.