La meteórica carrera política de Axel Kicillof alcanzó otra meta al ser nombrado el lunes ministro de Economía por la presidenta argentina, Cristina Kirchner, seducida por su perfil estatista y transgresor.
A sus 42 años, Kicillof se ha convertido en el ‘joven brillante’ del kirchnerismo tras imponer sus ideas de distribución del ingreso y fuerte papel del Estado inspirado en el economista del resurgimiento estadounidense tras la crisis de los años 30, John Maynard Keynes.
Artífice de la expropiación de la petrolera YPF a la española Repsol en 2012, impuso su ideario sobre sus potenciales competidores internos para adueñarse del sillón del ministerio, tras haber deslumbrado a la Presidenta con sus medulosos discursos.
‘El objetivo de los accionistas españoles era sólamente girar dividendos a su casa matriz sin invertir ni un dólar en la compañía’, había dicho sobre Repsol.
Su disputa intensa de más de un año y medio con la gobernadora del Banco Central (autoridad monetaria), Mercedes Marcó del Pont se coronó el lunes con su triunfo y el desplazamiento de su adversaria.
Kicillof fue uno de los dirigentes de la organización marxista universitaria heterodoxa Tontos Pero No Tanto (TNT) y hasta el momento jamás ha renegado de su ideología.
Licenciado en Economía en la Universidad de Buenos Aires, fue profesor en esa casa de estudios, muy respetado por sus alumnos, que a la vez lo veían casi como un par por su expresiones transgresoras y revolucionarias.
Está casado y tiene dos hijos pequeños y entre los numerosos puestos que ha logrado acumular en su paso por el gobierno de Kirchner está el de subgerente de la nacionalizada Aerolíneas Argentinas y miembro del directorio de la poderosa siderúrgica Siderar en representación de las acciones del Estado.
Es un activo defensor de la restricción a la compra de dólares que el gobierno ejerce desde hace casi dos años con mano firme y enemigo de la devaluación.
‘Cada vez que se realizaba una devaluación era seguida por un proceso inflacionario, con sus consecuencias negativas en el producto bruto’, afirma.
Partidario de establecer un desdoblamiento cambiario (dólar turístico y dólar comercial) para resolver los problemas del cepo, es decir, las severas restricciones a la venta de dólares, se desconoce aún si podrá aplicar ese plan en esta nueva etapa.
Tiene publicados dos libros que reflejan lo esencial de su pensamiento económico: ‘De Smith a Keynes: siete lecciones de Historia del Pensamiento Económico’ y ‘Fundamentos de la teoría general: las consecuencias teóricas de Lord Keynes’.
Su nombramiento como ministro de Economía se produce en la última etapa del gobierno de Kirchner, que completará en 2015 su segundo mandato consecutivo sin posibilidad de una nueva reelección.
La meteórica carrera política de Axel Kicillof alcanzó otra meta al ser nombrado el lunes ministro de Economía por la presidenta argentina, Cristina Kirchner, seducida por su perfil estatista y transgresor.
A sus 42 años, Kicillof se ha convertido en el ‘joven brillante’ del kirchnerismo tras imponer sus ideas de distribución del ingreso y fuerte papel del Estado inspirado en el economista del resurgimiento estadounidense tras la crisis de los años 30, John Maynard Keynes.
Artífice de la expropiación de la petrolera YPF a la española Repsol en 2012, impuso su ideario sobre sus potenciales competidores internos para adueñarse del sillón del ministerio, tras haber deslumbrado a la Presidenta con sus medulosos discursos.
‘El objetivo de los accionistas españoles era sólamente girar dividendos a su casa matriz sin invertir ni un dólar en la compañía’, había dicho sobre Repsol.
Su disputa intensa de más de un año y medio con la gobernadora del Banco Central (autoridad monetaria), Mercedes Marcó del Pont se coronó el lunes con su triunfo y el desplazamiento de su adversaria.
Kicillof fue uno de los dirigentes de la organización marxista universitaria heterodoxa Tontos Pero No Tanto (TNT) y hasta el momento jamás ha renegado de su ideología.
Licenciado en Economía en la Universidad de Buenos Aires, fue profesor en esa casa de estudios, muy respetado por sus alumnos, que a la vez lo veían casi como un par por su expresiones transgresoras y revolucionarias.
Está casado y tiene dos hijos pequeños y entre los numerosos puestos que ha logrado acumular en su paso por el gobierno de Kirchner está el de subgerente de la nacionalizada Aerolíneas Argentinas y miembro del directorio de la poderosa siderúrgica Siderar en representación de las acciones del Estado.
Es un activo defensor de la restricción a la compra de dólares que el gobierno ejerce desde hace casi dos años con mano firme y enemigo de la devaluación.
‘Cada vez que se realizaba una devaluación era seguida por un proceso inflacionario, con sus consecuencias negativas en el producto bruto’, afirma.
Partidario de establecer un desdoblamiento cambiario (dólar turístico y dólar comercial) para resolver los problemas del cepo, es decir, las severas restricciones a la venta de dólares, se desconoce aún si podrá aplicar ese plan en esta nueva etapa.
Tiene publicados dos libros que reflejan lo esencial de su pensamiento económico: ‘De Smith a Keynes: siete lecciones de Historia del Pensamiento Económico’ y ‘Fundamentos de la teoría general: las consecuencias teóricas de Lord Keynes’.
Su nombramiento como ministro de Economía se produce en la última etapa del gobierno de Kirchner, que completará en 2015 su segundo mandato consecutivo sin posibilidad de una nueva reelección.