Las acciones de Repsol se dispararon este martes en la Bolsa de Madrid tras el anuncio de un acuerdo con Argentina por la expropiación de su antigua filial YPF, que permitirá a la petrolera española cerrar un conflicto que también le valió tensiones con la mexicana Pemex.
El acuerdo se votará el miércoles por el consejo de administración de Repsol, pero los inversores anticiparon su aceptación, dado que en su negociación participaron grandes accionistas como CaixaBank y la petrolera pública mexicana Pemex, que poseen el 12,02% y el 9,34%, respectivamente. La acción de Repsol se disparaba así un 4,85% (hasta los 19,345 euros) a las 14h16 GMT, en un mercado que subía un 0,27%.
La compensación por el 51% de YPF expropiado por el Gobierno argentino en abril de 2012 sería, según fuentes cercanas al caso, de unos 5.000 millones de dólares en forma de deuda argentina, lejos de los 10.000 millones que reclamaba Repsol, pero mucho más de lo que preveían los analistas.
‘El mercado tenía por descontado que Repsol no iba a recibir nada’, asegura a la AFP Natalia Aguirre, directora del departamento de análisis de la firma de correduría bursátil Renta4. ‘El acuerdo evita un largo proceso judicial al cabo del cual Repsol podría haber recibido una suma similar’, agrega, advirtiendo que es pronto para hacer una valoración porque se desconocen los detalles.
‘Es positivo también si la compensación, como dicen, se hace en activos líquidos’, afirma Aguirre, porque -en anteriores propuestas- a Repsol le habían ofrecido ‘algún activo que vayan a saber cómo estaba valorado o le obligaban a reinvertir parte de la compensación en Argentina’.
El acuerdo, alcanzado el lunes en Buenos Aires por el nuevo ministro de Economía argentino, Axel Kicillof; el ministro de Industria español, José Manuel Soria; y el director general de Pemex, Emilio Lozoya, cerraría un conflicto que causó fuertes tensiones entre Madrid y Buenos Aires, así como entre accionistas de Repsol.
Lozoya había criticado el 5 de noviembre la gestión de Repsol y quince días más tarde arremetió directamente contra su presidente, Antonio Brufau, acusándolo de tener un sueldo muy elevado.
Según el diario español El Economista, YPF y Pemex se habían aliado para llevar a cabo una ‘operación de acoso’ a Brufau con la intención de ‘lograr que Pemex pueda participar en el yacimiento argentino de Vaca Muerta’.
Vaca Muerta es un megayacimiento de hidrocarburos no convencionales de 30.000 km2, situado en las provincias de Neuquén (sudoeste) y Mendoza (oeste), con reservas estimadas en 22.800 millones de barriles de petróleo. Fue descubierto por Repsol a finales de 2011 y se convirtió en la principal manzana de la discordia en el proceso de nacionalización.
La extracción de esas reservas precisa una enorme inversión de la que Argentina no dispone por lo que, en los últimos meses, firmó convenios de explotación con las estadounidenses Chevron y Dow Chemical, la alemana Wintershall y la chino-argentina Bridas.
Brufau, que desde el primer momento atribuyó la expropiación al enorme potencial de este activo, llevó al Estado argentino ante el arbitraje internacional y ante tribunales de EEUU, España y Argentina, y amenazó con demandar a toda petrolera que invirtiese en él. Un problema que desaparecería con el acuerdo de compensación.
Se terminarían también los dolores de cabeza de Repsol, que tras la expropiación de YPF emprendió una estrategia de venta de activos para recentrar su actividad en la exploración y producción de nuevos yacimientos, con inversiones de 19.000 millones de euros en el período 2012-2016.
‘Ellos ya habían pasado página en el sentido estratégico’, pero ‘esto les permite dar un paso adicional y olvidarse’ de YPF, dice Aguirre.
El grupo español anunció en julio el descubrimiento en la primera mitad del año de nuevos yacimientos de petróleo en Alaska, Brasil, Rusia y Argelia, así como una ‘intensa campaña de exploración en Brasil, Canadá, EEUU, Libia y Colombia’.
El principio de acuerdo llega una semana después de la reaparición pública de la presidente argentina, Cristina Kirchner, tras sus problemas de salud y de una remodelación ministerial que puso al frente de Economía a Kicillof, quien desempeñó un papel clave en la nacionalización de .
Las acciones de Repsol se dispararon este martes en la Bolsa de Madrid tras el anuncio de un acuerdo con Argentina por la expropiación de su antigua filial YPF, que permitirá a la petrolera española cerrar un conflicto que también le valió tensiones con la mexicana Pemex.
El acuerdo se votará el miércoles por el consejo de administración de Repsol, pero los inversores anticiparon su aceptación, dado que en su negociación participaron grandes accionistas como CaixaBank y la petrolera pública mexicana Pemex, que poseen el 12,02% y el 9,34%, respectivamente. La acción de Repsol se disparaba así un 4,85% (hasta los 19,345 euros) a las 14h16 GMT, en un mercado que subía un 0,27%.
La compensación por el 51% de YPF expropiado por el Gobierno argentino en abril de 2012 sería, según fuentes cercanas al caso, de unos 5.000 millones de dólares en forma de deuda argentina, lejos de los 10.000 millones que reclamaba Repsol, pero mucho más de lo que preveían los analistas.
‘El mercado tenía por descontado que Repsol no iba a recibir nada’, asegura a la AFP Natalia Aguirre, directora del departamento de análisis de la firma de correduría bursátil Renta4. ‘El acuerdo evita un largo proceso judicial al cabo del cual Repsol podría haber recibido una suma similar’, agrega, advirtiendo que es pronto para hacer una valoración porque se desconocen los detalles.
‘Es positivo también si la compensación, como dicen, se hace en activos líquidos’, afirma Aguirre, porque -en anteriores propuestas- a Repsol le habían ofrecido ‘algún activo que vayan a saber cómo estaba valorado o le obligaban a reinvertir parte de la compensación en Argentina’.
El acuerdo, alcanzado el lunes en Buenos Aires por el nuevo ministro de Economía argentino, Axel Kicillof; el ministro de Industria español, José Manuel Soria; y el director general de Pemex, Emilio Lozoya, cerraría un conflicto que causó fuertes tensiones entre Madrid y Buenos Aires, así como entre accionistas de Repsol.
Lozoya había criticado el 5 de noviembre la gestión de Repsol y quince días más tarde arremetió directamente contra su presidente, Antonio Brufau, acusándolo de tener un sueldo muy elevado.
Según el diario español El Economista, YPF y Pemex se habían aliado para llevar a cabo una ‘operación de acoso’ a Brufau con la intención de ‘lograr que Pemex pueda participar en el yacimiento argentino de Vaca Muerta’.
Vaca Muerta es un megayacimiento de hidrocarburos no convencionales de 30.000 km2, situado en las provincias de Neuquén (sudoeste) y Mendoza (oeste), con reservas estimadas en 22.800 millones de barriles de petróleo. Fue descubierto por Repsol a finales de 2011 y se convirtió en la principal manzana de la discordia en el proceso de nacionalización.
La extracción de esas reservas precisa una enorme inversión de la que Argentina no dispone por lo que, en los últimos meses, firmó convenios de explotación con las estadounidenses Chevron y Dow Chemical, la alemana Wintershall y la chino-argentina Bridas.
Brufau, que desde el primer momento atribuyó la expropiación al enorme potencial de este activo, llevó al Estado argentino ante el arbitraje internacional y ante tribunales de EEUU, España y Argentina, y amenazó con demandar a toda petrolera que invirtiese en él. Un problema que desaparecería con el acuerdo de compensación.
Se terminarían también los dolores de cabeza de Repsol, que tras la expropiación de YPF emprendió una estrategia de venta de activos para recentrar su actividad en la exploración y producción de nuevos yacimientos, con inversiones de 19.000 millones de euros en el período 2012-2016.
‘Ellos ya habían pasado página en el sentido estratégico’, pero ‘esto les permite dar un paso adicional y olvidarse’ de YPF, dice Aguirre.
El grupo español anunció en julio el descubrimiento en la primera mitad del año de nuevos yacimientos de petróleo en Alaska, Brasil, Rusia y Argelia, así como una ‘intensa campaña de exploración en Brasil, Canadá, EEUU, Libia y Colombia’.
El principio de acuerdo llega una semana después de la reaparición pública de la presidente argentina, Cristina Kirchner, tras sus problemas de salud y de una remodelación ministerial que puso al frente de Economía a Kicillof, quien desempeñó un papel clave en la nacionalización de .