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Reforma energética y el petróleo encienden polémica en México

Redacción República
07 de noviembre, 2013

El diálogo entre el oficialista PRI y el opositor PAN sobre la reforma energética, con la que el presidente mexicano quiere definir nuevos modelos de explotación del nacionalizado petróleo, generó controversia y resistencias de la izquierda ante versiones de que incluiría compartir la producción con privados.

‘Ante la competencia que representa el país vecino del norte (Estados Unidos) por tener energía barata, México tiene que ampliar, buscar, nuevos mecanismos de explotación’, dijo este jueves el presidente Enrique Peña Nieto durante su participación en un foro económico organizado por la revista The Economist.

Para atraer inversiones que reimpulsen al sector petrolero, que en los últimos años ha registrado una drástica caída de producción, Peña Nieto introdujo en agosto en el Congreso una iniciativa de reforma constitucional que permitiría a la paraestatal Petróleos Mexicano (Pemex) celebrar contratos de utilidad compartida con empresas privadas.

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Los dos principales partidos de oposición, que mantienen un acuerdo legislativo con el gobierno para consensuar un paquete de reformas estructurales que incluye la energética, presentaron en esta ocasión sus propios proyectos antagónicos en la materia.

El conservador PAN (Partido Acción Nacional) apuesta por introducir competencia en el sector petrolero, hasta ahora monopolizado por Pemex, y cambiar la Constitución para llegar a permitir otorgar concesiones a particulares. En cambio, el izquierdista PRD (Partido de la Revolución Democrática) se opone a cualquier modificación de la Carta Magna que afecte a la petrolera, un símbolo de los mexicanos desde la nacionalización del petróleo en 1938.

Antes del inicio de las discusiones en el Congreso, el debate se incendió el miércoles con la información publicada en el diario estadounidense The Wall Street Journal de que altos representantes del gobierno y miembros importantes del PAN se encuentran en ‘negociaciones avanzadas’ para sellar un acuerdo más ambicioso que la iniciativa de Peña Nieto, que permitiría al Estado compartir la producción petrolera con empresas privadas para despertar un mayor interés de los inversores.

Aunque representantes del oficialista PRI (Partido Revolucionario Institucional) y del PAN aseguraron después en público que no han llegado a ningún acuerdo, sí han reconocido que hay un diálogo permanente para construir una reforma adecuada para el país.

David Penchyna (PRI), presidente de la Comisión de Energía del Senado, reconoció que su partido no tiene los votos para aprobar en solitario la reforma constitucional por lo que debe ser objeto de una negociación con otras formaciones.


Reclamo de explicaciones


De su lado, el PRD, con el que el gobierno acaba de sacar adelante una reforma fiscal, ha rechazado desde un principio la reforma constitucional energética por considerar que se trata de un intento de ‘privatizar’ Pemex, una compañía que aporta más de un tercio del presupuesto público mexicano.

En el otro extremo, el PAN ha alertado que la iniciativa de Peña Nieto es ‘cautelosa’ e insuficiente para atraer la inversión que Pemex necesita para las costosas extracciones de yacimientos en aguas profundas y ultraprofundas del Golfo de México (este).

En ‘cualquiera de las tres figuras -concesiones, contratos de utilidad compartida o de producción compartida- se pueden diseñar contratos de tal forma que den el mismo beneficio’, relativizó este jueves Mario Alberto Beauregard, director corporativo de Finanzas de Pemex.

Pero el PRD ha reclamado explicaciones públicas sobre las conversaciones entre el PRI y el PAN y ha asegurado que, hasta recibirlas, no participará en otras negociaciones en marcha sobre una reforma político-electoral, que la oposición exige que sea aprobada antes que la energética.

Sin hacer mención a la versión del diario estadounidense, Peña Nieto dijo este jueves que es el Congreso el que debe definir el ‘alcance que tendrá la eventual reforma’ así como el punto de ‘conciliación’ entre las distintas propuestas.

Pemex ha enfrentado una drástica caída de su producción de crudo desde los 3,4 millones de barriles diarios de 2004 a los 2,5 millones registrados durante el tercer trimestre de 2013.

El debate energético también ha salido a las calles mexicanas. Tanto el PRD como su dos veces candidato a la presidencia Andrés Manuel López Obrador -hoy alejado del partido- han liderado movilizaciones ciudadanas contra la reforma constitucional y la participación privada en la explotación del crudo.



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Reforma energética y el petróleo encienden polémica en México

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07 de noviembre, 2013

El diálogo entre el oficialista PRI y el opositor PAN sobre la reforma energética, con la que el presidente mexicano quiere definir nuevos modelos de explotación del nacionalizado petróleo, generó controversia y resistencias de la izquierda ante versiones de que incluiría compartir la producción con privados.

‘Ante la competencia que representa el país vecino del norte (Estados Unidos) por tener energía barata, México tiene que ampliar, buscar, nuevos mecanismos de explotación’, dijo este jueves el presidente Enrique Peña Nieto durante su participación en un foro económico organizado por la revista The Economist.

Para atraer inversiones que reimpulsen al sector petrolero, que en los últimos años ha registrado una drástica caída de producción, Peña Nieto introdujo en agosto en el Congreso una iniciativa de reforma constitucional que permitiría a la paraestatal Petróleos Mexicano (Pemex) celebrar contratos de utilidad compartida con empresas privadas.

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Los dos principales partidos de oposición, que mantienen un acuerdo legislativo con el gobierno para consensuar un paquete de reformas estructurales que incluye la energética, presentaron en esta ocasión sus propios proyectos antagónicos en la materia.

El conservador PAN (Partido Acción Nacional) apuesta por introducir competencia en el sector petrolero, hasta ahora monopolizado por Pemex, y cambiar la Constitución para llegar a permitir otorgar concesiones a particulares. En cambio, el izquierdista PRD (Partido de la Revolución Democrática) se opone a cualquier modificación de la Carta Magna que afecte a la petrolera, un símbolo de los mexicanos desde la nacionalización del petróleo en 1938.

Antes del inicio de las discusiones en el Congreso, el debate se incendió el miércoles con la información publicada en el diario estadounidense The Wall Street Journal de que altos representantes del gobierno y miembros importantes del PAN se encuentran en ‘negociaciones avanzadas’ para sellar un acuerdo más ambicioso que la iniciativa de Peña Nieto, que permitiría al Estado compartir la producción petrolera con empresas privadas para despertar un mayor interés de los inversores.

Aunque representantes del oficialista PRI (Partido Revolucionario Institucional) y del PAN aseguraron después en público que no han llegado a ningún acuerdo, sí han reconocido que hay un diálogo permanente para construir una reforma adecuada para el país.

David Penchyna (PRI), presidente de la Comisión de Energía del Senado, reconoció que su partido no tiene los votos para aprobar en solitario la reforma constitucional por lo que debe ser objeto de una negociación con otras formaciones.


Reclamo de explicaciones


De su lado, el PRD, con el que el gobierno acaba de sacar adelante una reforma fiscal, ha rechazado desde un principio la reforma constitucional energética por considerar que se trata de un intento de ‘privatizar’ Pemex, una compañía que aporta más de un tercio del presupuesto público mexicano.

En el otro extremo, el PAN ha alertado que la iniciativa de Peña Nieto es ‘cautelosa’ e insuficiente para atraer la inversión que Pemex necesita para las costosas extracciones de yacimientos en aguas profundas y ultraprofundas del Golfo de México (este).

En ‘cualquiera de las tres figuras -concesiones, contratos de utilidad compartida o de producción compartida- se pueden diseñar contratos de tal forma que den el mismo beneficio’, relativizó este jueves Mario Alberto Beauregard, director corporativo de Finanzas de Pemex.

Pero el PRD ha reclamado explicaciones públicas sobre las conversaciones entre el PRI y el PAN y ha asegurado que, hasta recibirlas, no participará en otras negociaciones en marcha sobre una reforma político-electoral, que la oposición exige que sea aprobada antes que la energética.

Sin hacer mención a la versión del diario estadounidense, Peña Nieto dijo este jueves que es el Congreso el que debe definir el ‘alcance que tendrá la eventual reforma’ así como el punto de ‘conciliación’ entre las distintas propuestas.

Pemex ha enfrentado una drástica caída de su producción de crudo desde los 3,4 millones de barriles diarios de 2004 a los 2,5 millones registrados durante el tercer trimestre de 2013.

El debate energético también ha salido a las calles mexicanas. Tanto el PRD como su dos veces candidato a la presidencia Andrés Manuel López Obrador -hoy alejado del partido- han liderado movilizaciones ciudadanas contra la reforma constitucional y la participación privada en la explotación del crudo.