Las finanzas públicas se encuentran en una encrucijada por la falta de recursos y la necesidad de financiamiento para cubrir la brecha fiscal, como consecuencia que La Ley de Actualización Tributaria, que entró en vigor en 2013, no rindió los frutos que se esperaban y debido a que el Congreso dejó para este año el mismo presupuesto de 2013.
Carlos González, analista económico de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (ASIES), no cree que se recaude más de Q46 mil millones, “tal vez se pueda llegar a Q49 mil millones, pero veo difícil que se alcance los Q51 mil millones”, señala.
Abelardo Medina, economista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI), afirma que los propósitos de la reforma eran mucho más amplios de lo logrado.“Era como proyectar un vehículo modelo 2013 4×4 con motor 3,000. Sin embargo, como quedó la reforma es un carro 4×2 modelo 2000. La reforma tenía integralidad y peso”, señala.
Sumado a eso hubo retrocesos en las decisiones de política fiscal del Gobierno y las acciones de inconstitucionalidad presentadas en la Corte de Constitucionalidad, ya que casi un tercio de los artículos de la reforma fueron impugnados, pero las sentencias de la CC fueron 6, afirma Ricardo Barrientos, de ICEFI. El analista menciona, entre otras cosas, el retroceso del Impuesto de Circulación de vehículos que se redujo a la mitad los ingresos y la creación de nuevos privilegios tributarios. “El mismo Gobierno la desmanteló”, opina.
“Pese a ello, la reforma tributaria aún tiene cosas buenas que le permiten a la SAT fortalecer sus controles y auditorias”, explica Abelardo Medina.
“La deuda pública no es mala si es de forma moderada, con crédito a largo plazo, intereses fijos y periodos de gracia para inversión de obra pública y no para pagar sueldos”, señala Carlos González de (ASIES).
Según datos del Banco de Guatemala, la deuda pasó de Q71 mil millones en el 2009 a Q105 mil millones en 2013. La cifra podría aumentar este año a Q118 mil millones. Además, los préstamos con organismos financieros internacionales llevan un proceso largo de negociación y el Gobierno necesita la aprobación del Congreso.
La rendición de cuentas es otra de las grandes carencias de la administración pública y eso justifica la indiferencia que tiene impacto en la recaudación fiscal y el desarrollo del país. La percepción de la corrupción tiene incidencia en el tema, pues algunos sectores seguirán pensando que no tiene sentido pagar más impuestos.
Las finanzas públicas se encuentran en una encrucijada por la falta de recursos y la necesidad de financiamiento para cubrir la brecha fiscal, como consecuencia que La Ley de Actualización Tributaria, que entró en vigor en 2013, no rindió los frutos que se esperaban y debido a que el Congreso dejó para este año el mismo presupuesto de 2013.
Carlos González, analista económico de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (ASIES), no cree que se recaude más de Q46 mil millones, “tal vez se pueda llegar a Q49 mil millones, pero veo difícil que se alcance los Q51 mil millones”, señala.
Abelardo Medina, economista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI), afirma que los propósitos de la reforma eran mucho más amplios de lo logrado.“Era como proyectar un vehículo modelo 2013 4×4 con motor 3,000. Sin embargo, como quedó la reforma es un carro 4×2 modelo 2000. La reforma tenía integralidad y peso”, señala.
Sumado a eso hubo retrocesos en las decisiones de política fiscal del Gobierno y las acciones de inconstitucionalidad presentadas en la Corte de Constitucionalidad, ya que casi un tercio de los artículos de la reforma fueron impugnados, pero las sentencias de la CC fueron 6, afirma Ricardo Barrientos, de ICEFI. El analista menciona, entre otras cosas, el retroceso del Impuesto de Circulación de vehículos que se redujo a la mitad los ingresos y la creación de nuevos privilegios tributarios. “El mismo Gobierno la desmanteló”, opina.
“Pese a ello, la reforma tributaria aún tiene cosas buenas que le permiten a la SAT fortalecer sus controles y auditorias”, explica Abelardo Medina.
“La deuda pública no es mala si es de forma moderada, con crédito a largo plazo, intereses fijos y periodos de gracia para inversión de obra pública y no para pagar sueldos”, señala Carlos González de (ASIES).
Según datos del Banco de Guatemala, la deuda pasó de Q71 mil millones en el 2009 a Q105 mil millones en 2013. La cifra podría aumentar este año a Q118 mil millones. Además, los préstamos con organismos financieros internacionales llevan un proceso largo de negociación y el Gobierno necesita la aprobación del Congreso.
La rendición de cuentas es otra de las grandes carencias de la administración pública y eso justifica la indiferencia que tiene impacto en la recaudación fiscal y el desarrollo del país. La percepción de la corrupción tiene incidencia en el tema, pues algunos sectores seguirán pensando que no tiene sentido pagar más impuestos.