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El sueño de un país que quiere ser competitivo

Redacción
03 de marzo, 2014

Las negociaciones para construir un millonario gasoducto de gas natural entre México y Guatemala marchan viento en popa. El Ministerio de Energía y Minas (MEM) de Guatemala, informó que se hacen los últimos ajustes a la suscripción del convenio que se busca sea firmado por los presidentes Otto Pérez Molina y Enrique Peña Nieto. 

La firma del acuerdo se ha postergado dos veces en lo que va del año. La primera en el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, al cual el presidente Pérez Molina no asistió. La segunda, el mes pasado pero tampoco se concreto. La causa es que no se han terminado de negociar los últimos ajustes. También se están conciliando las agendas de los dos gobernantes para el lanzamiento de la firma del acuerdo, que algunos lo califican de histórico si este se concreta.
 ¿Para qué es el gasoducto? 
El proyecto bilateral consiste en la construcción de un gasoducto de 600 kilómetros de longitud, a cargo de técnicos mexicanos, entre plantas de Salina Cruz, Oaxaca, y el departamento de Escuintla. El país utilizaría el paso de la línea férrea que ya fue recuperada por el Estado Guatemalteco. 
Uno de los objetivos que busca Guatemala con la construcción de este gasoducto es reducir hasta en un 75% el costo de la generación de energía térmica en el país, según el ministro de Energía y Minas, Erick Archila. 
 También el gasoducto contribuiría a que el país sea visto como un lugar estratégico para inversiones y desarrollo, sostiene el ministro de Economía, Sergio de la Torre.
 
 El costo aproximado es de entre US$700 millones (unos Q5 mil 460 millones) y US$800 millones (Q6 mil 240 millones), en declaraciones el presidente Otto Pérez Molina indicó que a México le tocaría construir un 60 por ciento y a Guatemala, el 40 por ciento restante. 
La tubería transportaría gas natural que se usaría en la generación de energía eléctrica y para la industria pesada, que Guatemala ahora no tiene. A lo largo del corredor, de unos 600 kilómetros de longitud, se podrían desarrollar parques industriales con costos energéticos muy por debajo de los actuales. 
El Gabinete Económico está muy optimista con el proyecto. El gasoducto daría un impulso de desarrollo a la Costa Sur y generaría miles de empleos en industrias que tienen un alto valor agregado como metalurgia, fabricación de materiales en vidrio, de cemento y minería. 
 ¿Qué ganaría el Gobierno mexicano con el gasoducto? 
Los analistas no se atreven a emitir juicios de opinión sin los detalles finales del proyecto. Solamente ha trascendido que la petrolera estatal mexicana Pemex construiría 420 kilómetros de la tubería y Guatemala los 180 kilómetros restantes. 
 ¿Podría México conformarse solamente con la venta del gas? Es una pregunta que está latente en el ambiente de las inversiones, pero nadie puede contestarla con firmeza; tampoco ningún funcionario se atreve a proporcionar detalles. 
Lo que si es cierto es que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) podría financiar la obra del lado guatemalteco. Además el Gobierno guatemalteco planea abrir el proyecto a licitación este año para que el gasoducto entre a funcionar en el 2016, pero no hay más información.
Se trata de un proyecto sumamente ambicioso. Se oye fácil, pero es un tema complicado y difícil. De concretarse, el gobierno de Otto Pérez Molina dejaría su huella, ya que la obra sería una ventaja y una oportunidad de desarrollo enorme para el país.
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El sueño de un país que quiere ser competitivo

Redacción
03 de marzo, 2014

Las negociaciones para construir un millonario gasoducto de gas natural entre México y Guatemala marchan viento en popa. El Ministerio de Energía y Minas (MEM) de Guatemala, informó que se hacen los últimos ajustes a la suscripción del convenio que se busca sea firmado por los presidentes Otto Pérez Molina y Enrique Peña Nieto. 

La firma del acuerdo se ha postergado dos veces en lo que va del año. La primera en el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, al cual el presidente Pérez Molina no asistió. La segunda, el mes pasado pero tampoco se concreto. La causa es que no se han terminado de negociar los últimos ajustes. También se están conciliando las agendas de los dos gobernantes para el lanzamiento de la firma del acuerdo, que algunos lo califican de histórico si este se concreta.
 ¿Para qué es el gasoducto? 
El proyecto bilateral consiste en la construcción de un gasoducto de 600 kilómetros de longitud, a cargo de técnicos mexicanos, entre plantas de Salina Cruz, Oaxaca, y el departamento de Escuintla. El país utilizaría el paso de la línea férrea que ya fue recuperada por el Estado Guatemalteco. 
Uno de los objetivos que busca Guatemala con la construcción de este gasoducto es reducir hasta en un 75% el costo de la generación de energía térmica en el país, según el ministro de Energía y Minas, Erick Archila. 
 También el gasoducto contribuiría a que el país sea visto como un lugar estratégico para inversiones y desarrollo, sostiene el ministro de Economía, Sergio de la Torre.
 
 El costo aproximado es de entre US$700 millones (unos Q5 mil 460 millones) y US$800 millones (Q6 mil 240 millones), en declaraciones el presidente Otto Pérez Molina indicó que a México le tocaría construir un 60 por ciento y a Guatemala, el 40 por ciento restante. 
La tubería transportaría gas natural que se usaría en la generación de energía eléctrica y para la industria pesada, que Guatemala ahora no tiene. A lo largo del corredor, de unos 600 kilómetros de longitud, se podrían desarrollar parques industriales con costos energéticos muy por debajo de los actuales. 
El Gabinete Económico está muy optimista con el proyecto. El gasoducto daría un impulso de desarrollo a la Costa Sur y generaría miles de empleos en industrias que tienen un alto valor agregado como metalurgia, fabricación de materiales en vidrio, de cemento y minería. 
 ¿Qué ganaría el Gobierno mexicano con el gasoducto? 
Los analistas no se atreven a emitir juicios de opinión sin los detalles finales del proyecto. Solamente ha trascendido que la petrolera estatal mexicana Pemex construiría 420 kilómetros de la tubería y Guatemala los 180 kilómetros restantes. 
 ¿Podría México conformarse solamente con la venta del gas? Es una pregunta que está latente en el ambiente de las inversiones, pero nadie puede contestarla con firmeza; tampoco ningún funcionario se atreve a proporcionar detalles. 
Lo que si es cierto es que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) podría financiar la obra del lado guatemalteco. Además el Gobierno guatemalteco planea abrir el proyecto a licitación este año para que el gasoducto entre a funcionar en el 2016, pero no hay más información.
Se trata de un proyecto sumamente ambicioso. Se oye fácil, pero es un tema complicado y difícil. De concretarse, el gobierno de Otto Pérez Molina dejaría su huella, ya que la obra sería una ventaja y una oportunidad de desarrollo enorme para el país.