Este martes 1 de septiembre el ministro de Hacienda de El Salvador, Alejandro Zelaya, informó que ese país ha perdido casi 700 millones de dólares en impuestos tributarios.
Según el funcionario esto se debe a la pausa de 5 meses de las principales actividades económicas de El Salvador a raíz de la pandemia del covid-19.
“A la fecha se han perdido cerca de 700 millones de dólares en impuestos Sobre la Renta (ISR), el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y otros impuestos específicos que tendrán que recuperarse a través de un mayor combate a la evasión y otras estrategias de ingresos”, dijo Zelaya en una entrevista en un canal local.
Zelaya señaló que el Fisco proyecta que la pérdida en ingresos por impuestos al cierre de 2020 alcance los 928 millones de dólares.
Reactivación progresiva en El Salvador
El 24 de agosto pasado, la mayoría de los rubros de la economía retomaron sus labores tras 5 meses de paro. Sin embargo, el impacto que ha causado la pandemia en los bolsillos de los salvadoreños, sobre todo a los trabajadores por cuenta propia, es significativo.
El Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) estima que El Salvador concluirá 2020 con una deuda cercana al 92,1 por ciento del producto interno bruto (PIB), seguido de Costa Rica con el 67,2 por ciento y Panamá con el 56,2 por ciento.
De acuerdo con el Banco Central de Reserva (BCR) salvadoreño, para junio de este año la deuda asciende a 20.575,8 millones de dólares, incluyendo el financiamiento en Letras del Tesoro (LETES) y la deuda de pensiones.
Combate frontal
Por su parte, el economista Ricardo Castaneda dijo recientemente a Efe que El Salvador puede tener el peor impacto en su crecimiento económico de la región centroamericana debido a la pandemia, con una pérdida de al menos un 10 por ciento del PIB, lo que hace que los pronósticos sean “muy poco halagüeños”.
Por lo anterior, Casteneda subrayó que en el país se debe impulsar un “combate frontal” contra la evasión, porque solo del IVA se pierden alrededor de 500 millones de dólares al año, y se debe de diseñar una estratégica de política fiscal para “minimizar el impacto” de la pandemia.
Este martes 1 de septiembre el ministro de Hacienda de El Salvador, Alejandro Zelaya, informó que ese país ha perdido casi 700 millones de dólares en impuestos tributarios.
Según el funcionario esto se debe a la pausa de 5 meses de las principales actividades económicas de El Salvador a raíz de la pandemia del covid-19.
“A la fecha se han perdido cerca de 700 millones de dólares en impuestos Sobre la Renta (ISR), el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y otros impuestos específicos que tendrán que recuperarse a través de un mayor combate a la evasión y otras estrategias de ingresos”, dijo Zelaya en una entrevista en un canal local.
Zelaya señaló que el Fisco proyecta que la pérdida en ingresos por impuestos al cierre de 2020 alcance los 928 millones de dólares.
Reactivación progresiva en El Salvador
El 24 de agosto pasado, la mayoría de los rubros de la economía retomaron sus labores tras 5 meses de paro. Sin embargo, el impacto que ha causado la pandemia en los bolsillos de los salvadoreños, sobre todo a los trabajadores por cuenta propia, es significativo.
El Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) estima que El Salvador concluirá 2020 con una deuda cercana al 92,1 por ciento del producto interno bruto (PIB), seguido de Costa Rica con el 67,2 por ciento y Panamá con el 56,2 por ciento.
De acuerdo con el Banco Central de Reserva (BCR) salvadoreño, para junio de este año la deuda asciende a 20.575,8 millones de dólares, incluyendo el financiamiento en Letras del Tesoro (LETES) y la deuda de pensiones.
Combate frontal
Por su parte, el economista Ricardo Castaneda dijo recientemente a Efe que El Salvador puede tener el peor impacto en su crecimiento económico de la región centroamericana debido a la pandemia, con una pérdida de al menos un 10 por ciento del PIB, lo que hace que los pronósticos sean “muy poco halagüeños”.
Por lo anterior, Casteneda subrayó que en el país se debe impulsar un “combate frontal” contra la evasión, porque solo del IVA se pierden alrededor de 500 millones de dólares al año, y se debe de diseñar una estratégica de política fiscal para “minimizar el impacto” de la pandemia.