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Fotografía: República.

Cómo el “saber escuchar” y “conocer” a los clientes, ayudó a ampliar los productos ‘selfcare’ de Makenna

La idea de Makenna nació en un viaje en donde una de sus fundadoras decidió crear una marca guatemalteca de cuidado personal y amigable con el medioambiente. 

Dicen que los polos opuestos se atraen, y en los negocios, muchas veces esa fórmula también resulta positiva. Ese es el caso de Makenna, una marca que nació en 2019 de la mente creativa de Anika Cohen y se asentó con ayuda de la mente organizada de Sofía Mirón. 

La idea de Cohen era vender productos sostenibles y de alta calidad para inmuebles que se encuentran en renta en la plataforma de Airbnb y los hoteles boutique. Anika se asoció con Sofía y emprendieron juntas el negocio. 

Tras cinco años en el mercado nacional, la marca ofrece productos de cuidado personal y del hogar, con el propósito de ofrecer experiencias inigualables y ser “un jugador importante en la industria de la belleza”, en palabras de sus fundadoras. 

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De un kit a ampliar el catálogo

La primera colección de la marca fue un champú, acondicionador, jabón de cuerpo, jabón de manos y crema, que son productos que encuentran los huéspedes en los hoteles. 

“Era una formulación de buena calidad, pero muy básica. Entonces lo que hicimos fue basarnos en los aromas y brindar dos opciones sutiles que a los clientes les pudieran interesar”, explica Cohen. 

Actualmente, la marca también cuenta con una línea de productos para bebés, cabello, hogar y una colección para hombres. La clave que mencionan las emprendedoras para ampliar su gama de productos fue escuchar al cliente. 

“Ellos son los que nos compran y nos dieron ideas de cómo quisieran complementar sus productos o preguntaban por los mismos. Al final fue escucharlos y entender que estaban viendo esta línea como una gama más amplia y para uso personal”, explicó Cohen.

Escuchar al cliente

De acuerdo con Mirón, siempre es un riesgo sacar un producto nuevo, pero este disminuye al saber que es algo que el cliente está demandando. 

“Lo que nosotros hacemos es realizar encuestas sencillas con nuestros clientes y también en Instagram, sobre aromas, productos nuevos, locaciones. Esto nos permite conocer al cliente y facilitarle la experiencia”, añade. 

 

Las fundadoras de Makenna destacan que parte de su éxito es no dejar que el amor al producto (o idea) quite la posibilidad de poder alinearse con lo que exige el mercado.

Pese a que el producto final es hecho por un laboratorio, Makenna se encarga de comercializarlo y venderlo, además, las dos fundadoras se encargan de escoger fragancias y asegurar que las fórmulas cumplan con estándares de calidad y las especificaciones requeridas.

Una enseñanza para Makenna

Uno de los desafíos más grandes que Makenna y sus fundadoras han tenido que superar es el cierre de la segunda tienda ubicada en un centro comercial de zona 11. Se trató de una etapa dentro del emprendimiento que describen como “retador intentar entrar a ese mercado”.

No fue tan fácil como nosotros pensamos, eventualmente vamos a volver a intentar ese mercado, pero en ese momento no era el adecuado, y tuvimos que tomar la decisión de trasladarnos a un centro comercial en zona 10. Eso fue un éxito total”, señala Mirón.

La experiencia les dejó esta enseñanza: Enfocarse en el mercado que el emprendimiento conoce, ir creciendo poco a poco, y cuando exista demanda “lanzarse al agua”.

Generación de empleo

Uno de los hitos que más resaltan Anika Cohen y Sofía Mirón es tener un negocio que generé empleo en Guatemala. Incluso, lo consideran uno de los principales logros en la evolución de Makenna a lo largo de cinco años.

“Podemos ser emprendedoras, pero sabemos que no lo podemos hacer todo —algo que usualmente como emprendedor uno trata de hacer—. Uno termina frustrado, cansado y dejando las áreas en las que se es bueno, por eso nos hemos enfocado en hacer un equipo fuerte”, comenta Cohen.

Fotografía: República.

Esto último, permitió que cada una se desarrollará en su área, aunado a ello, destacan en la importancia de estar en constante aprendizaje y la retroalimentación de personas son experiencia en el ecosistema emprendedor.

“Nuestra idea es tener una baja rotación entre nuestros empleados, tener a las personas motivadas y que crezcan dentro de la empresa”, agrega Mirón.

Elegir y arriesgarse

Finalmente, las fundadoras de Makenna aconsejan a las futuras emprendedoras que es válido luchar, cambiar y escoger ideas nuevas al momento de comenzar un negocio.

Sin riesgo, no hay ganancia. Si no arriesgamos no sabemos si nos irá bien o mal, y si nos va mal a menudo hay que intentar algo nuevo”, concluye Sofía.