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De ser rechazado en Shark Tank a ser parte de la silla de inversionistas: la historia de Jamie Siminoff

Un timbre inteligente llevó a este emprendedor a un reconocido programa de inversiones, a pesar de salir con las manos vacías, la innovación y el aprendizaje le llevaron a potencializar su negocio.

Fotografía tomada de Los Angeles Times para fines ilustrativos.
María José Aresti
22 de agosto, 2023

En 2013, Jamie Siminoff se fue de Shark Tank con las manos vacías, sin embargo, eso no dejó que sus sueños por llevar su emprendimiento a un máximo nivel lo detuvieran y pasar de ser un “pececito” a un tiburón en el programa de televisión.

Tras su rechazo en el famoso programa para emprendedores, Siminoff decidió seguir con su idea de negocio denominada: Ring, una empresa de timbres que se conectan a través de wifi a un dispositivo móvil inteligente para ver en los mismos quién toca la puerta.

Ring nació en el garaje de la casa de Siminoff, con 35 años, el estadounidense desarrolló su emprendimiento. Dos años después decidió presentarse en el programa en busca de financiamiento, no obstante, ningún juez en ese momento quiso invertir el valor de US$70 millones.

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La clave de seguir

“Estaba arruinado cuando fui a Shark Tank. Conduje hasta allí desde mi garaje, fui al programa, volví al garaje y al trabajo. Era un verdadero soñador americano que asistía al programa para obtener dinero, y fue muy decepcionante”, comentó, Siminoff, en su momento, al portal Inc.

El emprendedor recuerda que, pese al rechazo obtenido por los tiburones, tenía clara la meta de seguir intentándolo, y su paso por Shark Tank le permitió analizar los costos de su producto y tener una misión más clara.

Durante su pitch en el programa, Siminoff entendió que ofrecía un producto interesante al mercado, pero que sus costos y complejidades para llevarlo al mercado eran mayores a lo pensando por el emprendedor desde el inicio.

“Sin importar cuán mentalmente difícil fuera eso, yo tenía una opción, que era ‘Levántate, Jamie y vuelve a salir’. Porque detenerse habría sido mi fin”, detalla Siminoff en el portal.

La influencia del programa

Aunque ningún tiburón invirtió en el emprendimiento de Ring, además de replantear su modelo de negocio, la exposición en el programa le permitió tener visibilidad, acercarse al público y que su proyecto tuviera una misión clara: ayudar a la reducción del crimen en los vecindarios.

Con una idea más aterrizada, en 2015, el empresario británico, Richard Branson, le dio una inversión de 28 millones de dólares. Y, para 2016, el emprendedor había conseguido que Shaquille O’Neal tuviera una participación en Ring y ser el portavoz de la empresa.

Una vez que el emprendimiento tuvo una reformulación, Ring se empezó a vender en Amazon con mucha rapidez. Esto le permitió innovar su modelo de negocio a un primer sistema de vigilancia vecinal digital del mundo y una aplicación para crear redes con vecinos.

De pitchear a ser inversionista

Con el crecimiento de su empresa, el millonario del comercio electrónico, Jeff Bezos, compró Ring por una valoración entre US$120 y US$180 millones.

De acuerdo con Reuters, es la valoración más alta de todos los negocios que se han presentado en Shark Tank. Siminoff no solo consiguió vender su empresa con una récord de valoración, sino que, en 2018, recibió la llamada de los tiburones.

El joven emprendedor fue invitado a volver a Shark Tank para ser parte de la silla de inversionistas.

“Siento que era un deber y un honor volver al programa como tiburón, para ayudar a otros a lograr sus sueños, promover misiones y dejar un impacto positivo en el mundo”, reflexionó Siminoff en el relato de su historia.

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De ser rechazado en Shark Tank a ser parte de la silla de inversionistas: la historia de Jamie Siminoff

Un timbre inteligente llevó a este emprendedor a un reconocido programa de inversiones, a pesar de salir con las manos vacías, la innovación y el aprendizaje le llevaron a potencializar su negocio.

Fotografía tomada de Los Angeles Times para fines ilustrativos.
María José Aresti
22 de agosto, 2023

En 2013, Jamie Siminoff se fue de Shark Tank con las manos vacías, sin embargo, eso no dejó que sus sueños por llevar su emprendimiento a un máximo nivel lo detuvieran y pasar de ser un “pececito” a un tiburón en el programa de televisión.

Tras su rechazo en el famoso programa para emprendedores, Siminoff decidió seguir con su idea de negocio denominada: Ring, una empresa de timbres que se conectan a través de wifi a un dispositivo móvil inteligente para ver en los mismos quién toca la puerta.

Ring nació en el garaje de la casa de Siminoff, con 35 años, el estadounidense desarrolló su emprendimiento. Dos años después decidió presentarse en el programa en busca de financiamiento, no obstante, ningún juez en ese momento quiso invertir el valor de US$70 millones.

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La clave de seguir

“Estaba arruinado cuando fui a Shark Tank. Conduje hasta allí desde mi garaje, fui al programa, volví al garaje y al trabajo. Era un verdadero soñador americano que asistía al programa para obtener dinero, y fue muy decepcionante”, comentó, Siminoff, en su momento, al portal Inc.

El emprendedor recuerda que, pese al rechazo obtenido por los tiburones, tenía clara la meta de seguir intentándolo, y su paso por Shark Tank le permitió analizar los costos de su producto y tener una misión más clara.

Durante su pitch en el programa, Siminoff entendió que ofrecía un producto interesante al mercado, pero que sus costos y complejidades para llevarlo al mercado eran mayores a lo pensando por el emprendedor desde el inicio.

“Sin importar cuán mentalmente difícil fuera eso, yo tenía una opción, que era ‘Levántate, Jamie y vuelve a salir’. Porque detenerse habría sido mi fin”, detalla Siminoff en el portal.

La influencia del programa

Aunque ningún tiburón invirtió en el emprendimiento de Ring, además de replantear su modelo de negocio, la exposición en el programa le permitió tener visibilidad, acercarse al público y que su proyecto tuviera una misión clara: ayudar a la reducción del crimen en los vecindarios.

Con una idea más aterrizada, en 2015, el empresario británico, Richard Branson, le dio una inversión de 28 millones de dólares. Y, para 2016, el emprendedor había conseguido que Shaquille O’Neal tuviera una participación en Ring y ser el portavoz de la empresa.

Una vez que el emprendimiento tuvo una reformulación, Ring se empezó a vender en Amazon con mucha rapidez. Esto le permitió innovar su modelo de negocio a un primer sistema de vigilancia vecinal digital del mundo y una aplicación para crear redes con vecinos.

De pitchear a ser inversionista

Con el crecimiento de su empresa, el millonario del comercio electrónico, Jeff Bezos, compró Ring por una valoración entre US$120 y US$180 millones.

De acuerdo con Reuters, es la valoración más alta de todos los negocios que se han presentado en Shark Tank. Siminoff no solo consiguió vender su empresa con una récord de valoración, sino que, en 2018, recibió la llamada de los tiburones.

El joven emprendedor fue invitado a volver a Shark Tank para ser parte de la silla de inversionistas.

“Siento que era un deber y un honor volver al programa como tiburón, para ayudar a otros a lograr sus sueños, promover misiones y dejar un impacto positivo en el mundo”, reflexionó Siminoff en el relato de su historia.