Las historias de emprendedores suelen estar llenas de situaciones de prueba y error. Una compra masiva de verduras y frutas sin haber investigado el mercado y demanda antes, llevaron a Luisa Fernanda Ruiz y su mamá a crear salsas y jaleas para darle vida La Marketina en 2013, un emprendimiento enfocado en productos Delicatessen listos para usar.
“Teníamos muchos tomates y sabíamos que eran un ingrediente para el pepián. De ahí viene la idea de desarrollar salsas con enfoque de sabores típicos de Guatemala”, explicó la emprendedora.
Con el apoyo de su mamá y una compra de más, Luisa pudo cumplir el sueño de tener su propia empresa, con el propósito de ofrecer productos naturales y saludables, que se enfocan en la actual tendencia de mercado.
El olor a pepitoria, chiles asados y cilantro se apoderan de todos los sentidos al momento de acercarse a la fábrica. En ella se encuentra Ana Patricia Lainfiesta, mamá de Luisa y mente detrás de la sazón y sabor de La Marketina, junto con una ayudante en cocina.
Mientras ambas están preparando un lote de pepián, entre leves risas, Luisa se confiesa. “Yo por ejemplo no sé hacer un pepián de cero, y eso el final me convierte en parte de mi grupo de clientes. Me ayuda a entender parte de mis consumidores y sé el beneficio de los productos La Marketina”.
Tocar puertas
En 2015, luego de dos años de la creación del emprendimiento, supermercados La Torre les abrió sus puertas. Seis años después a esa lista se unieron otros reconocidos supermercados como Walmart y Paíz. Actualmente, La Marketina distribuye en seis puntos de venta, y aunque se lee fácil, Luisa aseveró que llegar a ese punto fue un reto.
“Lo que hicimos fue tocar puertas a secas. Una vez que tuvimos entrada tuvimos que invertir mucho en degustaciones porque teníamos que competir con marcas tradicionales, que la gente tiene muy enraizadas en la mente”, detalló.
Para ello, la clave de La Marketina fue ofrecer degustaciones en los supermercados y explicar los beneficios de consumir sus productos.
Reconocimiento y confianza
Ser un emprendimiento que distribuye sus productos en reconocidos supermercados es un aspecto clave para el emprendimiento, según su fundadora. Esto porque les da un plus, y ayuda a generar reconocimiento, confianza y credibilidad con los consumidores.
“Cuando empezamos la producción recuerdo que compramos 24 botes para envasar, ahora llegamos a 100 o 200 por semana. No es mucho porque queremos mantener lo artesanal, pero nos ayuda para tener un flujo de producción”, explicó.
Un paso grande para Luisa y su emprendimiento es que, no solo distribuyen a nivel nacional, sino que han trascendido fronteras.
Nuevos mercados
En 2022 y tras una intensa búsqueda, lograron llevar los sabores típicos de Guatemala a Los Ángeles, EE. UU.
“Desde que empezamos sabíamos que eran productos nostálgicos que busca la gente en el extranjero y que teníamos un potencial en esos mercados. Siempre buscamos encontrar un cliente que se los llevará y el año pasado lo logramos”, comentó la emprendedora.
La idea de Luisa es hablar con otros clientes que busquen no solo llevarse los productos, sino también la marca a EE. UU., y expandir sus ventas a estados como Miami, Nueva York y New Jersey.
Consejos para emprendedores
Luisa aseveró que el apoyo de su mamá ha sido crucial para el orden y ejecución de su negocio, en momentos en los que ha querido tirar la toalla siempre viene a su mente la frase de ‘no mija, mira todo lo que hemos conseguido’.
Aunado a eso, no quiso dejar pasar la oportunidad para dejar tres lecciones que ha aprendido en su recorrido emprendedor.
Planificación
“Antes de tirarse al agua, como nosotros que compramos frutas y verduras sin saber cómo era el mercado, es importante hacer una investigación y planificación. No siempre será el caso que un error sea exitoso”.
Administración de dinero
“Me ha pasado que invertimos mucho en producción y dejamos a un lado otras partes del negocio. Eso nos afecta en el flujo de efectivo. Pero, si una empresa tiene flujo de efectivo sano, va a crecer mucho y con más rapidez”.
Adaptación
“Nosotros tenemos nueve productos y queríamos que los nueve estuvieran en todos los lugares, pero hemos ido aprendiendo que no todos cazan en una misma tienda. En los supermercados tenemos seis de nueve, en tiendas especializadas están todos. No entender eso nos afectaba la rotación, pero uno tiene que aprender a soltar y adaptarte a que las tiendas son diferentes en cada lugar”.