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El emprendimiento que venció a la pandemia y las críticas negativas de la familia

La clave del triunfo de Frutopping, un negocio que creció en las calles de Valledupar y se convirtió en uno de los emprendimientos destacados de la ciudad.

Frutopping, el emprendimiento colombiano que sigue creciendo con determinación. Fotografía de Frutopping en Facebook.
Ammi Canle
05 de diciembre, 2023

Valentina Fernández y Felipe Díaz son la pareja de emprendedores colombianos que crearon Fruttoping. Un negocio que comenzó en 2018, cuando los esposos decidieron comenzar a vender jugos de frutas en las calles del parque. Actualmente, tienen dos locales en la ciudad de Valledupar, en Colombia, y seguidores en redes sociales que los ayudan a seguir escalando.

La iniciativa. Todo comenzó a finales de 2018, cuando Valentina escribió una lista de propósitos para Año Nuevo. Con el deseo de emprender un proyecto con su pareja, la idea principal era montar un carrito de madera y vender bebidas afuera de la universidad.

  • Ambos estudiaban psicología en la Universidad Popular del Cesar, en donde formaron su relación amorosa, y tiempo después, el proyecto de sus vidas.
  • Con 20 años, los dos jóvenes comenzaron la venta con mangos y limonadas, mientras finalizaban los últimos semestres de la carrera.
  • Frutopping es la combinación de “Frutas” y “Topping”. Un nombre auténtico e indicado para Valentina, el cual mezcla el inglés y español.

Inversión. El capital inicial de la pareja fue de $300,000 pesos colombianos, los cuales fueron ahorro de ambos, y equivalen aproximadamente a $75 dólares. Además, les prestaron una licuadora para hacer las bebidas y toppings.

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  • Tenían un carrito de madera y vasos sencillos para el emprendimiento, sin embargo, confiaban en que pronto su proyecto se convertiría en algo grande. Utilizaban una moto para llevar, en varios viajes, los productos del negocio.
  • “Nuestros primeros vasos de jugos eran con envases desechables y costaban $2,000 pesos. Nosotros queríamos tener nuestro logo en aquellos vasos y muy caseramente los pegábamos. Nos salía costoso, pero necesitábamos diferenciarnos con nuestra marca”, explicó Valentina.
  • Con el paso del tiempo, expandieron sus productos para ofrecer variedad a las personas. La propuesta incluía bebidas granizadas de fruta natural, limonadas, batidos, jugos, sándwiches, fresas con crema y combos empacadas para detalle.

Expansión. Al inicio, sus principales clientes eran familiares y amigos, quienes dudaron de la calidad de su producto. Aunque eso no detuvo a la pareja, ya que constantemente buscaban cómo hacer crecer el negocio.

  • Felipe tuvo la idea que colocar el negocio dentro de la universidad, pero los directivos no dieron permiso por falta de espacio disponible. Por lo que optaron con la venta a las afueras de la universidad, en el parque Casimiro Maestre.
  • Al implementar mejoras, se amplió un catálogo con todos los productos que ofrecía Frutopping. Además, incluía las nuevas bebidas y sabores de las granizadas, entre ellas, mango, cereza y fresas.
  • Cuando su negocio se popularizó en la zona y las bebidas refrescaban de las altas temperaturas de la ciudad, los fundadores decidieron abrir todos los días de la semana y no solo un día, como lo solían hacer.

Claves. El éxito del emprendimiento recae en la persistencia y dedicación de construir una marca sólida. Además, un producto que atrajera a los clientes con un lema inspirador: “¡Más que un producto, es una experiencia!”.

  • Las redes sociales fueron su punto clave, al promocionarse encontraban clientes más interesados en sus productos que a su alrededor.
  • Parte de su estrategia de marketing era la creatividad. Generaban contenido atractivo, divertido con retos virales para ofrecer premios de cortesía. Entre ellos, llaveros, camisetas, gorras de Frutopping.
  • Además, crearon un personaje especial llamado Maypi Popping, que dio vida a la marca y divertía los clientes.
  • Valentina es conocida como “foodie” en las redes, lo que aumentó el interés de las personas. Ella aprovechó para interactuar con los clientes, compartir recetas y consejos para los usuarios en las diferentes plataformas digitales.

Voces. Felipe comparte que al emprender desde cero es importante saber manejar el dinero de un negocio, ya que gran parte de ello dependerá si crecerá o no el negocio: “Si no administro bien lo que tengo, crecer se vuelve un dolor de cabeza”.

  • “Nosotros desde que ganábamos $20.000, $30.000 pesos, yo recuerdo que en una agenda metíamos lo que hacíamos en el día y etiquetábamos el dinero de acuerdo con su objetivo”.
  • “Desde un inicio, teníamos la mentalidad de que iba a ser un gran negocio. Y no es solo la mentalidad y decirlo, sino hacerlo realidad”.
  • “La gente cree que necesita mucho dinero para abrir un super negocio, pero de esta forma posiblemente les vaya mal, porque uno primero tiene que aprender a manejar $30.000 pesos para después subir ya a un siguiente nivel”.

Retos. Las críticas y burlas de la familia fueron una barrera psicológica que la pareja enfrentó al comenzar su emprendimiento. Por otro lado, la pandemia por COVID-19 fue un obstáculo cuando tenían la intención de consolidar el negocio.

  • Al principio, recibían malas críticas de sus familiares y amigos. Quienes los cuestionaban por la idea de vender frutas cuando estaban cerca de cerrar la carrera de psicología. A Valentina la llamaban “la psicóloga pelamangos”.
  • En 2020, cuando la universidad finalmente aceptó su negocio, pidieron un préstamo de $750 dólares para su instalación. Empezarían a vender muy pronto, sin embargo, las medidas de aislamiento social los detuvo de forma indefinida.
  • Debido a la pandemia, les tocó reinventarse y vender a domicilio. Su estrategia cambió, e incluso, tuvieron que cambiar los vasos sencillos por unos más grandes con tapa. Esto con el objetivo de asegurar el producto durante el viaje y una entrega de calidad.

A destacar. Valentina y Felipe enfatizan la paciencia, constancia y determinación para escalar dentro del negocio. Los recursos limitados fueron un reto enorme, pero la buena administración del dinero les permitió invertir y crecer.

  • Luego de un viaje lleno de obstáculos, los fundadores fueron reconocidos por la alcaldía de Valledupar y fueron integrados en el grupo de emprendedores destacados en la ciudad.
  • Actualmente, el negocio tiene dos locales en Valledupar y cuenta con miles de seguidores en redes sociales que atrae a más clientes del área. Además, son ellos quienes los animan a seguir trabajando y a ofrecer nuevos productos.
  • Como esposos y socios, Valentina y Felipe tienen grandes expectativas de Frutopping, el cual planean expandir a más ciudades de Colombia.

 

*Con información de Negocios y Emprendimiento.

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El emprendimiento que venció a la pandemia y las críticas negativas de la familia

La clave del triunfo de Frutopping, un negocio que creció en las calles de Valledupar y se convirtió en uno de los emprendimientos destacados de la ciudad.

Frutopping, el emprendimiento colombiano que sigue creciendo con determinación. Fotografía de Frutopping en Facebook.
Ammi Canle
05 de diciembre, 2023

Valentina Fernández y Felipe Díaz son la pareja de emprendedores colombianos que crearon Fruttoping. Un negocio que comenzó en 2018, cuando los esposos decidieron comenzar a vender jugos de frutas en las calles del parque. Actualmente, tienen dos locales en la ciudad de Valledupar, en Colombia, y seguidores en redes sociales que los ayudan a seguir escalando.

La iniciativa. Todo comenzó a finales de 2018, cuando Valentina escribió una lista de propósitos para Año Nuevo. Con el deseo de emprender un proyecto con su pareja, la idea principal era montar un carrito de madera y vender bebidas afuera de la universidad.

  • Ambos estudiaban psicología en la Universidad Popular del Cesar, en donde formaron su relación amorosa, y tiempo después, el proyecto de sus vidas.
  • Con 20 años, los dos jóvenes comenzaron la venta con mangos y limonadas, mientras finalizaban los últimos semestres de la carrera.
  • Frutopping es la combinación de “Frutas” y “Topping”. Un nombre auténtico e indicado para Valentina, el cual mezcla el inglés y español.

Inversión. El capital inicial de la pareja fue de $300,000 pesos colombianos, los cuales fueron ahorro de ambos, y equivalen aproximadamente a $75 dólares. Además, les prestaron una licuadora para hacer las bebidas y toppings.

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  • Tenían un carrito de madera y vasos sencillos para el emprendimiento, sin embargo, confiaban en que pronto su proyecto se convertiría en algo grande. Utilizaban una moto para llevar, en varios viajes, los productos del negocio.
  • “Nuestros primeros vasos de jugos eran con envases desechables y costaban $2,000 pesos. Nosotros queríamos tener nuestro logo en aquellos vasos y muy caseramente los pegábamos. Nos salía costoso, pero necesitábamos diferenciarnos con nuestra marca”, explicó Valentina.
  • Con el paso del tiempo, expandieron sus productos para ofrecer variedad a las personas. La propuesta incluía bebidas granizadas de fruta natural, limonadas, batidos, jugos, sándwiches, fresas con crema y combos empacadas para detalle.

Expansión. Al inicio, sus principales clientes eran familiares y amigos, quienes dudaron de la calidad de su producto. Aunque eso no detuvo a la pareja, ya que constantemente buscaban cómo hacer crecer el negocio.

  • Felipe tuvo la idea que colocar el negocio dentro de la universidad, pero los directivos no dieron permiso por falta de espacio disponible. Por lo que optaron con la venta a las afueras de la universidad, en el parque Casimiro Maestre.
  • Al implementar mejoras, se amplió un catálogo con todos los productos que ofrecía Frutopping. Además, incluía las nuevas bebidas y sabores de las granizadas, entre ellas, mango, cereza y fresas.
  • Cuando su negocio se popularizó en la zona y las bebidas refrescaban de las altas temperaturas de la ciudad, los fundadores decidieron abrir todos los días de la semana y no solo un día, como lo solían hacer.

Claves. El éxito del emprendimiento recae en la persistencia y dedicación de construir una marca sólida. Además, un producto que atrajera a los clientes con un lema inspirador: “¡Más que un producto, es una experiencia!”.

  • Las redes sociales fueron su punto clave, al promocionarse encontraban clientes más interesados en sus productos que a su alrededor.
  • Parte de su estrategia de marketing era la creatividad. Generaban contenido atractivo, divertido con retos virales para ofrecer premios de cortesía. Entre ellos, llaveros, camisetas, gorras de Frutopping.
  • Además, crearon un personaje especial llamado Maypi Popping, que dio vida a la marca y divertía los clientes.
  • Valentina es conocida como “foodie” en las redes, lo que aumentó el interés de las personas. Ella aprovechó para interactuar con los clientes, compartir recetas y consejos para los usuarios en las diferentes plataformas digitales.

Voces. Felipe comparte que al emprender desde cero es importante saber manejar el dinero de un negocio, ya que gran parte de ello dependerá si crecerá o no el negocio: “Si no administro bien lo que tengo, crecer se vuelve un dolor de cabeza”.

  • “Nosotros desde que ganábamos $20.000, $30.000 pesos, yo recuerdo que en una agenda metíamos lo que hacíamos en el día y etiquetábamos el dinero de acuerdo con su objetivo”.
  • “Desde un inicio, teníamos la mentalidad de que iba a ser un gran negocio. Y no es solo la mentalidad y decirlo, sino hacerlo realidad”.
  • “La gente cree que necesita mucho dinero para abrir un super negocio, pero de esta forma posiblemente les vaya mal, porque uno primero tiene que aprender a manejar $30.000 pesos para después subir ya a un siguiente nivel”.

Retos. Las críticas y burlas de la familia fueron una barrera psicológica que la pareja enfrentó al comenzar su emprendimiento. Por otro lado, la pandemia por COVID-19 fue un obstáculo cuando tenían la intención de consolidar el negocio.

  • Al principio, recibían malas críticas de sus familiares y amigos. Quienes los cuestionaban por la idea de vender frutas cuando estaban cerca de cerrar la carrera de psicología. A Valentina la llamaban “la psicóloga pelamangos”.
  • En 2020, cuando la universidad finalmente aceptó su negocio, pidieron un préstamo de $750 dólares para su instalación. Empezarían a vender muy pronto, sin embargo, las medidas de aislamiento social los detuvo de forma indefinida.
  • Debido a la pandemia, les tocó reinventarse y vender a domicilio. Su estrategia cambió, e incluso, tuvieron que cambiar los vasos sencillos por unos más grandes con tapa. Esto con el objetivo de asegurar el producto durante el viaje y una entrega de calidad.

A destacar. Valentina y Felipe enfatizan la paciencia, constancia y determinación para escalar dentro del negocio. Los recursos limitados fueron un reto enorme, pero la buena administración del dinero les permitió invertir y crecer.

  • Luego de un viaje lleno de obstáculos, los fundadores fueron reconocidos por la alcaldía de Valledupar y fueron integrados en el grupo de emprendedores destacados en la ciudad.
  • Actualmente, el negocio tiene dos locales en Valledupar y cuenta con miles de seguidores en redes sociales que atrae a más clientes del área. Además, son ellos quienes los animan a seguir trabajando y a ofrecer nuevos productos.
  • Como esposos y socios, Valentina y Felipe tienen grandes expectativas de Frutopping, el cual planean expandir a más ciudades de Colombia.

 

*Con información de Negocios y Emprendimiento.