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Escasez de agua en México, nearshoring amenazado

.
Marcos Jacobo Suárez Sipmann
14 de marzo, 2024

Es noticia. La OCDE ha advertido que en México es primordial garantizar una gestión sostenible del agua para aprovechar eficazmente las oportunidades del nearshoring. 

  • En su Estudio Económico de México 2024, la organización indica que una gestión eficiente del agua salvaguardaría los limitados recursos hídricos. Además, mejoraría la fiabilidad del suministro para las empresas, reduciendo riesgo y costos operativos.  
  • Para la OCDE, lo anterior también debería ser un elemento clave de la estrategia azteca de adaptación al cambio climático.  
  • El estudio asegura que promover la sostenibilidad ambiental y el cumplimiento de las normas internacionales, lo convertiría en un destino incluso más atractivo para el nearshoring. 

Por qué importa. La grave escasez limita las oportunidades ofrecidas por la relocalización: inversiones y generación de empleo.  

  • En la industria, la disponibilidad de agua es un factor crítico. De acuerdo con el ‘Panorama ASG en México y Centroamérica 2023’, el 50% de las empresas considera la crisis del agua una de sus principales preocupaciones.
  • El 70% del territorio padece escasez. El 50% de las cuencas del país están sobreexplotadas.    
  • Para 2030, se estima que la demanda de agua superará la oferta en 30%. 1 de cada 3 mexicanos no tiene acceso a agua potable. 

Qué destacar. Hay un mandato de la Suprema Corte para emitir una Ley General de Aguas antes de agosto de 2024. Mediante ella, y otorgando un mayor papel a la Comisión Nacional del Agua, mejorarían gobernanza y regulaciones.  

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  • México tiene una de las proporciones más bajas de la población conectada a las plantas públicas de tratamiento de aguas residuales en la OCDE.  
  • Un desafío clave es mejorar la precisión y la disponibilidad de datos actualizados sobre los recursos, el uso y la calidad hídricos.  
  • Las responsabilidades están muy fragmentadas, lo que dificulta la coordinación de políticas y la rendición de cuentas, afirmó en su estudio.

Lo indispensable. Se requiere, ante todo, voluntad política e inversión. Después, un marco para su institucionalización. Falta un plan hídrico nacional. Se necesita con urgencia una estrategia integral capaz de garantizar el suministro. Tanto a la población como a la industria. 

  • Un problema añadido es que se pierde alrededor del 30% debido a fugas causadas por una deficiente infraestructura.  
  • Empresas e industrias deben implementar medidas para optimizar la utilización por el uso ineficiente. Se impone la inversión en abastecimiento y saneamiento; tratamiento y distribución.  
  • Estas inversiones podrían financiarse al aumentar la capacidad de recuperación de costos de las tarifas. Hasta ahora estas se fijan a nivel municipal, por lo que el precio no refleja el costo de provisión. La diferencia se cubre a través de subsidios federales. 

Cómo funciona. Lo anterior, con ser imprescindible, ha de complementarse con otras medidas. En especial, promover la eficiencia hídrica.   

  • Fomentar el uso de nuevas tecnologías: sistemas de detección temprana de fugas y tratamiento de aguas residuales.
  • Incentivar la adopción de prácticas como el uso de tecnologías eficientes en el consumo y la reutilización en sus procesos.  
  • Impulsar la colaboración entre los sectores para una gestión integral, así como educar a la población sobre la importancia del uso responsable. Una cooperación real entre academia, industria, gobierno y sociedad civil. 

Entre líneas. El 7 de marzo, organizaciones de la sociedad civil y de representación empresarial, junto con operadores, dieron a conocer los “Compromisos por el Agua. Decálogo para detonar soluciones”. Un llamado urgente para lograr un cambio de paradigma para enfrentar los desafíos climáticos. 

  • Un primer análisis enumeraba la desdibujada agenda, falta de una política hídrica y ausencia del sector en la jerarquía de prioridades.  
  • El documento pretende priorizar la agenda del agua en una estrategia nacional con visión al 2050, revertir la tendencia de reducción presupuestal y asignar más recursos del PIB para la gestión, entre otras medidas.  
  • El verdadero trabajo comenzará tras las elecciones 2 de junio. Será entonces cuando deban tomarse acciones concretas. Y, también, disponer de un sistema de monitoreo de las políticas en marcha y los alcances presupuestales. 

Ecos regionales. Las ventajas competitivas de Guatemala (localización, estabilidad macroeconómica y leyes pro-inversión) son insuficientes. Sus tres grandes déficit son: infraestructura defectuosa e incompleta y las ineficiencias energética e hídrica.  

  • Al igual que sucede en México, Guatemala tampoco dispone de una muy necesaria ley de agua. Es una de las eternas asignaturas pendientes de las pasadas legislaturas.  
  • Hasta tener esa ley —prioritaria— Guatemala debe continuar buscando el uso racional del líquido elemento.  
  • El BM cuenta con la campaña de “residuo a recurso” que tiene el objeto de valorar las aguas residuales como solución al problema de escasez. California cuenta con normativas para consumir agua regenerada (Singapur o Tailandia ya lo hacen). Israel recicla el 100%.

En conclusión. La crisis hídrica no ha de considerarse solo como un problema. Tanto en México como en Guatemala representa, a la vez, una oportunidad para impulsar la innovación, la eficiencia y la colaboración en la gestión. El esfuerzo conjunto de todos los sectores puede asegurar un futuro sostenible. 

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Escasez de agua en México, nearshoring amenazado

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Marcos Jacobo Suárez Sipmann
14 de marzo, 2024

Es noticia. La OCDE ha advertido que en México es primordial garantizar una gestión sostenible del agua para aprovechar eficazmente las oportunidades del nearshoring. 

  • En su Estudio Económico de México 2024, la organización indica que una gestión eficiente del agua salvaguardaría los limitados recursos hídricos. Además, mejoraría la fiabilidad del suministro para las empresas, reduciendo riesgo y costos operativos.  
  • Para la OCDE, lo anterior también debería ser un elemento clave de la estrategia azteca de adaptación al cambio climático.  
  • El estudio asegura que promover la sostenibilidad ambiental y el cumplimiento de las normas internacionales, lo convertiría en un destino incluso más atractivo para el nearshoring. 

Por qué importa. La grave escasez limita las oportunidades ofrecidas por la relocalización: inversiones y generación de empleo.  

  • En la industria, la disponibilidad de agua es un factor crítico. De acuerdo con el ‘Panorama ASG en México y Centroamérica 2023’, el 50% de las empresas considera la crisis del agua una de sus principales preocupaciones.
  • El 70% del territorio padece escasez. El 50% de las cuencas del país están sobreexplotadas.    
  • Para 2030, se estima que la demanda de agua superará la oferta en 30%. 1 de cada 3 mexicanos no tiene acceso a agua potable. 

Qué destacar. Hay un mandato de la Suprema Corte para emitir una Ley General de Aguas antes de agosto de 2024. Mediante ella, y otorgando un mayor papel a la Comisión Nacional del Agua, mejorarían gobernanza y regulaciones.  

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  • México tiene una de las proporciones más bajas de la población conectada a las plantas públicas de tratamiento de aguas residuales en la OCDE.  
  • Un desafío clave es mejorar la precisión y la disponibilidad de datos actualizados sobre los recursos, el uso y la calidad hídricos.  
  • Las responsabilidades están muy fragmentadas, lo que dificulta la coordinación de políticas y la rendición de cuentas, afirmó en su estudio.

Lo indispensable. Se requiere, ante todo, voluntad política e inversión. Después, un marco para su institucionalización. Falta un plan hídrico nacional. Se necesita con urgencia una estrategia integral capaz de garantizar el suministro. Tanto a la población como a la industria. 

  • Un problema añadido es que se pierde alrededor del 30% debido a fugas causadas por una deficiente infraestructura.  
  • Empresas e industrias deben implementar medidas para optimizar la utilización por el uso ineficiente. Se impone la inversión en abastecimiento y saneamiento; tratamiento y distribución.  
  • Estas inversiones podrían financiarse al aumentar la capacidad de recuperación de costos de las tarifas. Hasta ahora estas se fijan a nivel municipal, por lo que el precio no refleja el costo de provisión. La diferencia se cubre a través de subsidios federales. 

Cómo funciona. Lo anterior, con ser imprescindible, ha de complementarse con otras medidas. En especial, promover la eficiencia hídrica.   

  • Fomentar el uso de nuevas tecnologías: sistemas de detección temprana de fugas y tratamiento de aguas residuales.
  • Incentivar la adopción de prácticas como el uso de tecnologías eficientes en el consumo y la reutilización en sus procesos.  
  • Impulsar la colaboración entre los sectores para una gestión integral, así como educar a la población sobre la importancia del uso responsable. Una cooperación real entre academia, industria, gobierno y sociedad civil. 

Entre líneas. El 7 de marzo, organizaciones de la sociedad civil y de representación empresarial, junto con operadores, dieron a conocer los “Compromisos por el Agua. Decálogo para detonar soluciones”. Un llamado urgente para lograr un cambio de paradigma para enfrentar los desafíos climáticos. 

  • Un primer análisis enumeraba la desdibujada agenda, falta de una política hídrica y ausencia del sector en la jerarquía de prioridades.  
  • El documento pretende priorizar la agenda del agua en una estrategia nacional con visión al 2050, revertir la tendencia de reducción presupuestal y asignar más recursos del PIB para la gestión, entre otras medidas.  
  • El verdadero trabajo comenzará tras las elecciones 2 de junio. Será entonces cuando deban tomarse acciones concretas. Y, también, disponer de un sistema de monitoreo de las políticas en marcha y los alcances presupuestales. 

Ecos regionales. Las ventajas competitivas de Guatemala (localización, estabilidad macroeconómica y leyes pro-inversión) son insuficientes. Sus tres grandes déficit son: infraestructura defectuosa e incompleta y las ineficiencias energética e hídrica.  

  • Al igual que sucede en México, Guatemala tampoco dispone de una muy necesaria ley de agua. Es una de las eternas asignaturas pendientes de las pasadas legislaturas.  
  • Hasta tener esa ley —prioritaria— Guatemala debe continuar buscando el uso racional del líquido elemento.  
  • El BM cuenta con la campaña de “residuo a recurso” que tiene el objeto de valorar las aguas residuales como solución al problema de escasez. California cuenta con normativas para consumir agua regenerada (Singapur o Tailandia ya lo hacen). Israel recicla el 100%.

En conclusión. La crisis hídrica no ha de considerarse solo como un problema. Tanto en México como en Guatemala representa, a la vez, una oportunidad para impulsar la innovación, la eficiencia y la colaboración en la gestión. El esfuerzo conjunto de todos los sectores puede asegurar un futuro sostenible.