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Arte: Milton Muñoz.

Frederick Gimpel: “Da tanto miedo tener mucho dinero como no tener ni un centavo”

Luego de una crisis económica e impulsado por el amor y esfuerzo de su familia en 2016 Frederick Gimpel creo Reinerstrom, una empresa que empezó a ser operativa en 2022. 

En 2023, Frederick Gimpel fue galardonado por la Asociación de Gerentes de Guatemala (AGG) en la categoría ‘CEO de Startup’.

República Empresa tuvo la oportunidad de conversar con el empresario y conocer los inicios complicados de Reinerstrom y sus posteriores logros. Persona creyente, Gimpel, atribuye su éxito empresarial a Dios. Muy directo, utiliza un lenguaje coloquial al responder.  

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Frederick Gimpel, CEO de Reinerstrom. Fotografía: Francisco Rosales / R.

¿Cómo nace Reinerstorm?

— Pasé momentos muy difíciles. Una vez, bañándome, tuve una conversación con Dios donde me dijo que fundara una empresa de tecnología y software. En una ocasión con Q5,000 le dije a mi esposa que podíamos hacer un “super” pequeño y con el dinero restante, fundar una empresa de desarrollo.  

En un restaurante durante tres días aprendí a programar de manera autodidacta y desarrollé mi primera aplicación móvil. La vendí por US$1,000. Eso me llevó a un evento de Huawei. Ahí compartí mesa con otras personas. Entre ellas, había alguien que importaba y vendía paneles solares. La charla comenzó a desarrollarse sobre la idea de instalarlos a una empresa.  

Sin embargo, concluimos que la gente no quería invertir porque recuperaban el dinero hasta en cinco años. En ese momento, le dije: “¿por qué no traes la recuperación a valor presente?”.  

Pasé los siguientes días haciendo mis cuentas y cotizaciones. Hablé con mi esposa y me di cuenta de que era un buen negocio a cuenta del porcentaje de ganancia. A los días me prestaron el dinero para instalar la primera granja de Reinerstrom en casa de mi hermano.  

Él ya no tenía que pagar energía eléctrica y vendí la granja por partes a inversionistas privados. Lo anuncié en Facebook, y así continué con la Granja 2 a un exportador de Cobán y la Granja 3 en el Hospital Centro Médico.

La tercera granja la instalé en el Hospital Centro Médico y todo cambió. Ya no éramos solo una idea o una “empresita”.

Luego de buscar inversionistas y dinero para esa instalación, cuando lo logré hacer, la situación cambio totalmente. Ya no éramos solo una idea o una "empresita". Así se ha desarrollado el negocio, hasta llegar a las 14 granjas, con las que esperamos cerrar este 2023.

Me di cuenta de que inventamos ‘energy as a service’, que es como contratar un servicio de internet. Lo que hacemos es generar energía limpia a un costo menor por medio de nuestro equipo.

Actualmente, tenemos 89 socios y esperamos iniciar pronto operaciones en México, Honduras y República Dominicana.

Frederick Gimpel. Fotografía: Francisco Rosales / R.

A partir de la historia que nos comenta, ¿qué sensación le ha dado a usted saber cómo empezó la empresa a cuándo recibe el premio?

— Leí algo que me dio muchísima risa. Decía: ‘Para emprender tenés que pelear como que sos el tercer mono en la rampa del arca de Noé y está empezando a llover’.

No imaginan los días y cosas que pasé. Haber estado ahí y estar aquí ahora es increíble. Mucha gente pregunta cómo lo logré y si fue suerte. Yo me despertaba del miedo a las tres o cuatro de la madrugada para estudiar y trabajar.

Me han dicho dos veces que me iba a ir preso. La primera porque creían que vendía energía eléctrica sin ser un mayorista registrado, pero no es así. Yo rento el equipo para que cada uno generé su energía eléctrica.

Y, la segunda, porque una abogada me dijo que estaba cayendo en intermediación financiera. Llamé a mi abogado y me dijo que, al ser una empresa constituida en EE. UU. con presencia local en Guatemala. No estoy incurriendo en ningún delito.

Pasó de esas dos “advertencias” a ganar el premio de Categoría Startup de la AGG 2023, ¿cómo lo analiza?

— Pese a que esos temas han sido sustos cortitos, lo que veo son los obstáculos que la gente que emprende tiene que atravesar en Guatemala.

En mi caso estoy agradecido que hasta el día de hoy he recibido ayuda del dueño de Enervolta. Él me dejó incluir el equipo dentro de sus contenedores y darme acceso a los proveedores en China, porque la empresa de antes me estaba ganando el 40 % de esas operaciones. Pero son pocas las personas que ‘te dan una mano’. Por eso lo invité al evento del premio.

Soy extremadamente competitivo. Tuve en mi cabeza constantemente el pensamiento de ‘¿y si no gano?’. Pero sabía que si estaba así no me lo iba a disfrutar. Ese día estábamos con mi esposa. Ella me agarró la mano y me dijo ‘que sea lo que Dios quiera’.

Uno de los aspectos que aprendes en este proceso es la humildad. Cuando estaba en la industria automotriz era un tipo egocéntrico, arrogante, insoportable, pero una de las cosas que te dejan esas lecciones son la humildad.

Sabía que los otros competidores se estaban sintiendo como yo. A los tres nos han costado y teníamos nuestras ilusiones. Por eso, para mí, lo principal al ganar fue felicitarlos a ellos también y recibir el premio con humildad.

Frederick Gimpel. Fotografía: Francisco Rosales / R.

En el tema de las granjas, es interesante que la primera estuviera en la casa de su hermano, ¿imaginó el impacto que iba a tener en su vida el instalar todos esos paneles? 

— Sí, yo tenía la esperanza que funcionaría. Voy a contar algo bien interesante: me han intentado comprar la empresa tres veces. De momento no la vendo.

Si añades el potencial financiero, es algo inconcebible. Es impresionante ir al Centro Médico y ver todos los paneles instalados.

Llama la atención lo de la venta de la empresa. ¿No le da importancia al dinero en su vida?

— Aprendí que Dios provee. Llegó un momento en que nadie me daba trabajo y no me quedó otra que salvarme yo mismo. 

Cuando tocas fondo y te das cuenta de lo que hay allí, dejas de tener miedo. Entonces, el dinero no es tu medio de sustento, en realidad es Dios. Para mí ya no se trata de un tema de dinero. Da tanto miedo tener mucho dinero como no tener nada de dinero. Es exactamente el mismo.  

Los seres humanos tenemos que aprender a manejar bien el dinero para que no nos maneje a nosotros. 

Ese momento “oscuro” en su vida es el que lo motiva a emprender. Es muy simbólico de que su startup tenga relación con la luz… 

— Es simbólico que no existía ningún negocio por el estilo. Yo no le copié a nadie. Es simbólico cómo se han abierto las puertas.

Ahora también llevamos parte de todo esto a un hogar de niñas en Jalapa y es bien bonito que en Reinerstrom la ayuda viene del sol. Parte de las ganancias generadas con energía solar se convierte en ayuda para ellas.

Antes de julio del próximo año, habremos instalado su propia granja solar, para que ese hogar deje de pagar los Q9,000 que gasta de energía eléctrica. Librarles de eso de su presupuesto va a ser riquísimo para ellos. Entonces sí, hay muchísimo simbolismo en esto.

Frederick Gimpel. Fotografía: Francisco Rosales / R.

En una idea, ¿qué significa Reinerstrom en su vida?

— Es mi legado. No es sencillo encontrar un nicho, un espacio, y que además contribuya al medioambiente, sea algo tan novedoso y funcione. No imaginan cuántos negocios hay que hacer para pegar en uno.  

Inventé algo nuevo. Hago una presentación. Y con ella me voy a vender, y lo logro. Si hubieran visto el momento que recibí mis primeros US$1,000.  

No sé si al final la empresa cambiará de manos. Pero es un bonito legado para Guatemala y mis hijas. Es una empresa de un chapín, al que se lo llevó la fregada, la fundó en sus peores momentos. 

 

* Con información de Braulio Palacios

* Material audiovisual y edición: Francisco Rosales

* Diseño: Milton Muñoz