Política
Política
Empresa
Empresa
Investigación y Análisis
Investigación y Análisis
Internacional
Internacional
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial
Fotografía: República.

Guatemalteca se aventura en el mercado de conservas que van del campo a la mesa con su emprendimiento

Silvana Ferriño encontró una oportunidad en las puertas de su hogar para traer alimentos que innovan el mercado guatemalteco. Conoce la historia detrás de las conservas orgánicas de Finca La Esperanza

Aproximadamente a 17 kilómetros de la Ciudad Capital, y tras recorrer un camino de tierra se ubica Finca La Esperanza. Un espacio en el que se respira la naturaleza desde que se cruza el portón de entrada; flora y fauna se apropian de las orillas del camino, hasta llegar a un segundo portón que lleva a una fachada rústica y se encuentra Silvana Ferriño de Abascal.

Una mujer entusiasta, trabajadora, con mucha energía y muy social, que hace tres años incursionó en el mundo del emprendimiento con cosechas de tomates grapes, que realiza en Finca La Esperanza, un lugar que describe como acogedor, agradable e irradia paz, una vez te adentras en sus decenas de metros verdes.

La finca es una granja interactiva y hogar de producción de conservas naturales y lácteos de cabras, en 2020 desarrolló su producto estrella: tomates grapes en conserva, siendo los primeros que se encuentran en el mercado guatemalteco de forma orgánica.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER DE EMPRESA

Un inicio familiar

“El emprendimiento de conservas nace a raíz de que una de mis hermanas tiene una cosecha de tomates grapes. Un día me regala mucho de ellos, y pensando que podía hacer se me ocurrió tomar un azafate, ponerles de todo y meterlo al horno. A mi hijo mayor le encantó”, recuerda con mucha emoción Ferriño.

Su hijo se volvió su propulsor, pues fue él quien le sugirió que tomará medidas e hiciera cálculos con los ingredientes para crear este tipo de conservas que pudiera comercializar, ya que no solían ser un producto regular en el mercado del país.

Fotografía: República.

La expansión del mercado latinoamericano de alimentos enlatados (incluyendo orgánicos y convencionales) tiene una creciente demanda de productos alimenticios no perecederos. Se tiene previsto que el mercado crezca a una tasa de crecimiento anual compuesta del 4,02% durante 2023-2028, según el último reporte de Informes de Expertos. En 2021 este mercado alcanzó un valor de US$8,55 mil millones.

El testeo de productos

La producción comenzó con un lote de 50 botes cada seis meses, actualmente ha crecido hasta realizar 50 botes mensuales. Con este crecimiento la emprendedora decidió ampliar su catálogo de productos: jaleas de tamarindo, chile pimiento, guayaba y productos lácteos, mismos que tienen origen de las cabras que se encuentran en la finca.

Este fue el principio de Finca La Esperanza, su marca, que tomó el nombre de la finca y con la que comercializa productos de conserva y lácteos, al incursionar con sabores que no son comunes de encontrar en la oferta guatemalteca, pero sin perder el toque orgánico.

“Cuando todo mundo empezó a probarlo, me animó e hizo darme cuenta de que era una buena idea venderlo. Luego al darnos cuenta de que no se encuentra en el mercado y que la gente a la que le damos de degustar queda encantada con el producto, es la forma en que nos damos cuenta de la recepción que tienen los mismos”, detalla la emprendedora.

Un espacio interactivo

Finca La Esperanza no solo es el lugar de producción de diversos alimentos, sino que también es un espacio para que las familias tengan interacción con la naturaleza. La idea nació a raíz del criadero de cabras que se encuentran en el lugar.

Fotografía: República.

Silvana busca transmitir a las siguientes generaciones la misma pasión y amor por la naturaleza que irradia su ser: “Nos dimos cuenta de que la niñez en Guatemala no tiene contacto con la naturaleza, los comentarios que recibimos de conocidos, nos hicieron pensar en la necesidad de comenzar una granjita interactiva”.

El espacio permite que los niños puedan recorrer los campos de la finca y dar biberón a cabras recién nacidas, para que tengan una vivencia con la naturaleza, que les permita aprender a interactuar con animales y el origen de muchos productos.

Una pasión para transformar y compartir

Con su emprendimiento Silvana logra plasmar su amor por los animales y la naturaleza. Un ambiente en el que se crió desde siempre traspasó a sus hijos y ahora quiere hacerlo con la población guatemalteca.

“Yo a las mujeres las exhortó a que no tengan miedo, que cumplan sus sueños, que luchen por lo que quieren, no esperen que las cosas vengan hacía ustedes, sino que ustedes busquen que les gusta y en que pueden emprender porque es muy satisfactorio”, comenta a modo de recomendación final. 

República