Hace siete años, con un horno industrial y 500 quetzales entre la bolsa, Majo Rodríguez comenzó su sueño y necesidad de querer hacer algo propio. Aunque la primera receta de sus productos es de su mamá, no fue hasta que la emprendedora decidió comenzar la venta de esta, que la historia de su emprendimiento inició.
Los tomates horneados se convirtieron en el primer producto de Alimentos MO en 2015, las ganas de seguir creciendo llevaron a Majo a querer comercializar con él en diversas tiendas del país. Ese fue un momento determinante para su vida y negocio, al descubrir que necesitaba registros sanitarios si deseaba expandir sus ventas.
“En ese punto se me ocurrió crecer la marca, noté que en el mercado no había cebollas caramelizadas, ni champiñones en conserva, y decidí tirarme al agua. Puedo decir que hasta el día de hoy estoy viendo los resultados más estables”, comenta la emprendedora.
Tardó cuatro años en obtener sus licencias sanitarias y patentes para poder ofrecer sus productos a terceros, un recorrido que tuvo que hacer sin guía y en solitario.
Desde la etiqueta hasta el último bocado
Alimentos MO es Majo Rodríguez, comenzando por la etiqueta que clasifica a cada producto, hasta llegar al último bocado de cada persona que adquiere un frasco. Para la emprendedora es importante estar en cada fase de sus productos, no solo para asegurar que todo vaya bien, sino también para reflejarse en cada bote.
El diseño digital de las etiquetas se inspira en la letra de Majo, además, ella se encarga de pegar las mismas en los frascos, tocar puertas en tiendas para vender sus productos, entregar en supermercados y colocarlos en las góndolas.
“Mi emprendimiento comenzó en una mini bodeguita, ahora ya tengo una fábrica en la que puedo apoyar con empleo a varias mujeres que me ayudan a empacar el producto”, explica.
Una impulsora
Para Majo, Alimentos MO no es solo un emprendimiento, sino también un espacio para compartir, repartir y poder ayudar a más mujeres que lo necesiten. En la actualidad da empleo a tres mujeres que le ayudan día a día en la fábrica.
Cada bote de producto que sale al mercado lo hace en las mejores condiciones, y eso es gracias también a las mujeres que laboran en el negocio.
La convivencia no solo llega al plano laboral: “A mí me preocupa que esas mujeres tengan pagados y cubiertos sus gastos primarios, que no se endeuden. Siempre las motivó a que hagan algo por ellas. Inclusive la persona que aparece en el vídeo ya se independizó y tiene su propia tiendita”, relata Majo con una sonrisa.
Los productos
Alimentos MO ofrece una combinación ideal entre sabor, aroma y calidad, que destaca por ofrecer conservas libres de preservantes y gluten. Actualmente tiene tres productos estrella: tomates horneados, cebollas caramelizadas y champiñones en conserva, estos últimos dos llenaron un vacío en el mercado guatemalteco.
Hoy en día se encuentran en diversas tiendas y supermercados de renombre en el país. Un logró que ha conseguido la emprendedora sin ningún contacto de por medio, solo a base de tocar puertas.
Precisamente en esos instantes es cuándo los retos de emprender en el país han tocado su puerta: “Lamentablemente me he topado con el machismo de Guatemala. El recurso económico también ha sido un reto, y el no tirar la toalla al momento de que te cierran una puerta”, relata.
Compartir
Aparte de manejar su negocio, la emprendedora se encarga de apoyar a las personas sobre cómo deben sacar sus respectivos registros sanitarios y patentes. Esto con el fin de que no más personas tengan que pasar cuatro años juntando la papelería necesaria, como a ella le sucedió.
“Tenemos que compartir entre todos, no estamos acostumbrados a ello, pero es bien importante porque quien comparte y reparte, siempre se lleva la mejor parte”, menciona.
Finalmente, motiva a todas aquellas mujeres que quieran emprender a que lo hagan, que se atrevan a hacer las cosas, porque el miedo será algo que siempre estará presente, pero emprender así es mejor porque se supera un obstáculo.