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Industrias resilientes y ecológicas ante el cambio climático

Arte: Milton Muñoz.
María José Aresti y Alice Utrera
25 de abril, 2024

Altas temperaturas, lluvias irregulares, inundaciones y permeabilidad del suelo marcan el panorama de los últimos años en Centroamérica, una región muy vulnerable ante el cambio climático. Su huella en las economías es significativo, no obstante, con industrias resilientes y ecológicas se pueden compensar los efectos. 

En perspectiva. Según CEPAL, la ubicación del istmo entre sistemas atmosféricos del Atlántico y del Pacífico exacerban su posibilidad de ser afectado por fenómenos como El Niño y La Niña. 

  • En las últimas tres décadas, el Triángulo Norte contabiliza pérdidas de alrededor de US$11,400M por efecto del calentamiento global, estima el BID.  

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  • Las proyecciones determinan que, si para 2030 no se ha revertido el problema, las pérdidas tendrían un impacto aún mayor en el PIB. Para Honduras sería un 9%, Guatemala un 5,8 y El Salvador, 7,2.  

  • Los sectores de infraestructura y agricultura son los más afectados. Por ejemplo, la oferta de café salvadoreño se ha reducido en un 54%.

Visto y no visto. Recientemente, uno de los productos agrícolas más afectados ha sido la caña de azúcar. Esta situación los ha llevado a pedir la reactivación de mesas técnicas para gestionar el agua y mitigar los impactos. 

  • El Niño ha puesto en jaque a los ingenios. La falta de agua ha impedido el crecimiento adecuado de las plantaciones, que muestran un desarrollo muy inferior al esperado. 

  • Otto Fuentes, gerente del área ambiental ASAZGUA, destaca que las plantas alcanzan entre 20 y 30 centímetros de altura, lejos del metro que deberían medir en esta época. 

  • Este escenario ha llevado a la necesidad de ajustar la cosecha esperada. Se espera una disminución promedio de 8 quintales por hectárea en la zafra. En áreas más afectadas hasta 17.  

Qué destacar. Álvaro Ruiz, vicepresidente de ASAZGUA, indica que la caña se está secando aceleradamente. Resalta que los cañales son cafés, en lugar de amarillos, su color habitual. Para este año la producción será menor.  

  • El directivo señala que no habrá desabastecimiento; la capacidad de producción es suficiente para cubrir el mercado local. Se espera que la zafra pase de 56,714M a 2,268M de quintales. 

  • Este decrecimiento afecta la producción interna y las exportaciones. Si la situación persiste, la caída se calcula en 10%. 

  • Ruiz explica que, durante las negociaciones internacionales, los ingenios reservan una parte de su producción. Lo hacen para asegurarse ante imprevistos. Aumentan las ventas solo cuando anticipan mayor producción. Así garantizan el cumplimiento ante los consumidores.  

En el radar. El Índice de Riesgo Climático Global de Germanwatch (2000-2019) situó a Guatemala en el puesto 45 en términos de pérdidas económicas por eventos climáticos. 48 en cuanto a perjuicio del porcentaje del PIB.  

  • CEPAL establece que el impacto económico se da por baja productividad laboral y agrícola provocada por las temperaturas. El país es propenso a “efectos especialmente graves”.  

  • La agricultura tiene un peso relevante en la actividad económica. En promedio, durante los últimos 10 años ha contribuido con el 14% del PIB.  

  • El costo acumulado del impacto medible del cambio climático se calcula entre un 3,3 y 4,3% del PIB de un país. Considerando el PIB nominal de Guatemala —estimado por el BANGUAT en 2023—, la pérdida oscila entre Q26,375M y Q34,368M. 

¿Y ahora qué? Pronósticos establecen que, para finales de 2040, la temperatura habrá superado el límite mínimo de 1,5 °C considerado en el Acuerdo de París. “De continuar la tendencia se esperan repercusiones más frecuentes en los ecosistemas y técnicas de producción”, detalla un estudio de ACCH. 

  • Anika Porras, analista de proyectos de sostenibilidad de NaturAceites, aconseja a las empresas concienciar a todos los involucrados en su cadena de suministro. Por ejemplo: 12 toneladas de compost reemplazan una de fertilizante químico.  

  • “Ser responsables ecológicamente es rentable. Gestionamos casi el 100% de los residuos. Lo colocamos en nuestros suelos para aumentar materia orgánica. Eso mejora la productividad en las plantaciones”.  

  • “Aplicar este tipo de prácticas ayuda a reducir costos y aprovechar subproductos que generan las operaciones. Reduce la huella de carbono. Esto es un modelo de negocio gana-gana”, asegura.  

Balance. Los recursos son finitos. Es por esto que expertos como Porras concluyen que, desde un sentido pragmático, y para que las compañías puedan seguir operando e impactando en las economías, es rentable conservar el medio ambiente. Subraya que estos modelos sostenibles son necesarios en todas las operaciones.

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Industrias resilientes y ecológicas ante el cambio climático

Arte: Milton Muñoz.
María José Aresti y Alice Utrera
25 de abril, 2024

Altas temperaturas, lluvias irregulares, inundaciones y permeabilidad del suelo marcan el panorama de los últimos años en Centroamérica, una región muy vulnerable ante el cambio climático. Su huella en las economías es significativo, no obstante, con industrias resilientes y ecológicas se pueden compensar los efectos. 

En perspectiva. Según CEPAL, la ubicación del istmo entre sistemas atmosféricos del Atlántico y del Pacífico exacerban su posibilidad de ser afectado por fenómenos como El Niño y La Niña. 

  • En las últimas tres décadas, el Triángulo Norte contabiliza pérdidas de alrededor de US$11,400M por efecto del calentamiento global, estima el BID.  

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  • Las proyecciones determinan que, si para 2030 no se ha revertido el problema, las pérdidas tendrían un impacto aún mayor en el PIB. Para Honduras sería un 9%, Guatemala un 5,8 y El Salvador, 7,2.  

  • Los sectores de infraestructura y agricultura son los más afectados. Por ejemplo, la oferta de café salvadoreño se ha reducido en un 54%.

Visto y no visto. Recientemente, uno de los productos agrícolas más afectados ha sido la caña de azúcar. Esta situación los ha llevado a pedir la reactivación de mesas técnicas para gestionar el agua y mitigar los impactos. 

  • El Niño ha puesto en jaque a los ingenios. La falta de agua ha impedido el crecimiento adecuado de las plantaciones, que muestran un desarrollo muy inferior al esperado. 

  • Otto Fuentes, gerente del área ambiental ASAZGUA, destaca que las plantas alcanzan entre 20 y 30 centímetros de altura, lejos del metro que deberían medir en esta época. 

  • Este escenario ha llevado a la necesidad de ajustar la cosecha esperada. Se espera una disminución promedio de 8 quintales por hectárea en la zafra. En áreas más afectadas hasta 17.  

Qué destacar. Álvaro Ruiz, vicepresidente de ASAZGUA, indica que la caña se está secando aceleradamente. Resalta que los cañales son cafés, en lugar de amarillos, su color habitual. Para este año la producción será menor.  

  • El directivo señala que no habrá desabastecimiento; la capacidad de producción es suficiente para cubrir el mercado local. Se espera que la zafra pase de 56,714M a 2,268M de quintales. 

  • Este decrecimiento afecta la producción interna y las exportaciones. Si la situación persiste, la caída se calcula en 10%. 

  • Ruiz explica que, durante las negociaciones internacionales, los ingenios reservan una parte de su producción. Lo hacen para asegurarse ante imprevistos. Aumentan las ventas solo cuando anticipan mayor producción. Así garantizan el cumplimiento ante los consumidores.  

En el radar. El Índice de Riesgo Climático Global de Germanwatch (2000-2019) situó a Guatemala en el puesto 45 en términos de pérdidas económicas por eventos climáticos. 48 en cuanto a perjuicio del porcentaje del PIB.  

  • CEPAL establece que el impacto económico se da por baja productividad laboral y agrícola provocada por las temperaturas. El país es propenso a “efectos especialmente graves”.  

  • La agricultura tiene un peso relevante en la actividad económica. En promedio, durante los últimos 10 años ha contribuido con el 14% del PIB.  

  • El costo acumulado del impacto medible del cambio climático se calcula entre un 3,3 y 4,3% del PIB de un país. Considerando el PIB nominal de Guatemala —estimado por el BANGUAT en 2023—, la pérdida oscila entre Q26,375M y Q34,368M. 

¿Y ahora qué? Pronósticos establecen que, para finales de 2040, la temperatura habrá superado el límite mínimo de 1,5 °C considerado en el Acuerdo de París. “De continuar la tendencia se esperan repercusiones más frecuentes en los ecosistemas y técnicas de producción”, detalla un estudio de ACCH. 

  • Anika Porras, analista de proyectos de sostenibilidad de NaturAceites, aconseja a las empresas concienciar a todos los involucrados en su cadena de suministro. Por ejemplo: 12 toneladas de compost reemplazan una de fertilizante químico.  

  • “Ser responsables ecológicamente es rentable. Gestionamos casi el 100% de los residuos. Lo colocamos en nuestros suelos para aumentar materia orgánica. Eso mejora la productividad en las plantaciones”.  

  • “Aplicar este tipo de prácticas ayuda a reducir costos y aprovechar subproductos que generan las operaciones. Reduce la huella de carbono. Esto es un modelo de negocio gana-gana”, asegura.  

Balance. Los recursos son finitos. Es por esto que expertos como Porras concluyen que, desde un sentido pragmático, y para que las compañías puedan seguir operando e impactando en las economías, es rentable conservar el medio ambiente. Subraya que estos modelos sostenibles son necesarios en todas las operaciones.