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Rosy y Pablo. Fotografía: Francisco / República.

Madre e hijo llevan sabor y aromas dulces con su emprendimiento de postres

“Empecé sola en 2019, y luego vino mi hijo a enseñarme sobre costos y traer su innovación al emprendimiento. Ahora somos socios en papel y de manera formal”, explicó Rosy Rodas, fundadora de Bocaditos Rosy.

En septiembre de 2019, la casa de Rosy Rodas comenzó a inundarse todos los días de aromas dulces, luego de que la emprendedora decidiera crear: Bocaditos Rosy.

  • Un negocio que comenzaría —sin saberlo— con un regalo que le dio su abuela hace más de 40 años y la frase: ‘Mija, lo único que le puedo dejar es la batidora’. 

Inicio. “En 2019, empecé sola. Cuando tenía pedidos un poco más grandes, mi segundo hijo me ayudaba, y nos fuimos con pedidos que llegaban, si mucho a cinco pasteles. Fue una labor de hormiga”, explicó Rosy Rodas, fundadora de Bocaditos Rosy en una entrevista con República Emprendimiento.  

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  • Una batidora blanca 'Kitchen Aid' fue el utensilio fundamental para qué comenzará su emprendimiento.
  • El nombre surgió luego de una lluvia de ideas familiar, que hace referencia a ‘comerte una pequeña porción, un bocadito’. 
  • Pablo Rodas, su hijo más pequeño, comenzó a implicarse en el negocio durante el tiempo de la pandemia. 

Socios. En 2020, Pablo, quien estudió Administración de Hoteles y Restaurantes, comenzó en el emprendimiento con el tema de los costos, para luego involucrarse por completo en la cocina de Bocaditos Rosy. Actualmente, ambos son socios en papel del negocio. 

  • “Aunque en el inicio nunca pensó en la cocina, cuando empezó a ver todo lo que hacíamos, le gustó y comenzamos a cocinar juntos”, relató Rosy. 
  • Cuando tienen pedidos grandes suelen dividirse el trabajo, pese a siempre cocinar juntos. 

Fotografía: Francisco / República.

Costos. Ofrecer un producto nuevo al mercado requiere seguir un proceso, desde sacar costos, materiales, pruebas, fotografías, hasta llegar a la aceptación de los clientes. Pablo es el encargado de las finanzas del emprendimiento, para asegurarse de su éxito.

  • “Sacamos costos desde cero, para ver si es viable lanzar un producto o no. Esto me permitió adquirir bastante experiencia”, comentó Pablo.
  • El análisis del mercado permitió que Bocaditos Rosy determinará que trabajar bajo pedido es la mejor estrategia, para ofrecer postres frescos con poco margen de pérdida.
  • “Ser emprendedor no es hacer las cosas a lo loco, sino que se debe llevar como un negocio grande para salir adelante y no fracasar”, complementó el joven.

Claves. Pese a que la emprendedora reconoce que llevar un negocio familiar nunca es sencillo, ella y su hijo han encontrado tres puntos importantes para poder tener éxito en el manejo del mismo:

  • Respetar las labores que ejecuta cada uno dentro de la empresa, y llegar a las decisiones finales en conjunto.
  • Hacer el trabajo individual, pero ‘jalar’ en la misma dirección. 
  • Tener una buena relación con la persona, para que tanto la relación familiar como laboral no se rompan. 

Pandemia. Como a muchos otros negocios, la pandemia fue un parteaguas en el desarrollo del emprendimiento, al generar un crecimiento en productos y clientela. 

  • “Bocaditos Rosy aumentó sus pedidos durante ese tiempo. No solo era una venta, sino que simbolizaba el hecho de compartir con las personas que nos importaban”, comentó Rosy. 
  • El negocio se ayudó con mensajeros de restaurantes que se habían quedado sin trabajo para entregar sus pedidos. 
  • De acuerdo con la emprendedora: “En Bocaditos la gente encontró lazos, apoyo y un lugar en el que compartir historias”. 

Crecimiento. Al inicio, Bocaditos Rosy, producía alrededor de pedidos para 40 clientes, y por solo tener la batidora blanca, el proceso de producción de los postres se alargaba. Sin embargo, con el paso de los años han ido ampliando hasta conseguir una cocina industrial. 

  • “Yo no me daba abasto, y para una Navidad mis hijos y esposo me sorprendieron con una nueva batidora. Así comenzamos a equipar nuestro espacio de trabajo”, explicó.
  • Con dos batidoras, continuaron equipando con enfriadores, mesas de trabajo y finalmente un horno industrial. 
  • Ahora, la producción ha aumentado entre 200 a 300 galletas, con un proceso más ágil. 

Qué destacar. La construcción de su marca les ayudó a ser un emprendimiento reconocido, una labor que ha sido un trabajo en equipo. El diseñador y fotógrafo de las redes sociales del negocio son manejadas por Jorge, el segundo hijo de Rosy.

  • “Cada uno en su profesión, aporta haciendo lo suyo. Las fotografías sin duda venden los postres”, explicó la emprendedora.
  • Luego de que las personas contactan al negocio por sus publicaciones, Rosy y Pablo se encargan de darles seguimiento.
  • En una competencia contra varias pastelerías reconocidas, Bocaditos Rosy ganó el segundo lugar, lo cual los ayudó a posicionarse en el mercado.

Fotografía: Francisco / República.

Lecciones aprendidas. El proceso de crear su empresa le brindó varias enseñanzas a Rosy y Pablo, que les ha permitido mejorar como emprendedores, para alcanzar el éxito.

Entregar el producto perfecto

“Hemos tenido que repetir recetas hasta dos o tres veces. Uno debe tener paciencia, porque hay que entregar el producto tal y como lo ofrecimos. Esas cosas son frustrantes, porque se pierden materiales y tiempo, pero hemos aprendido que suceden en la cocina”.

Probar nuevas recetas

“A veces intentamos recetas que tienen potencial de gustarles a los clientes, pero no es así. No siempre sale como esperamos, pero es un error del que aprendemos. Cambiamos la receta o descartamos el producto, luego de escuchar lo que quieren los clientes y el mercado”.

Control de calidad

“Nos contrató una empresa grande de Guatemala, que quería recoger el pedido con su servicio de mensajería. Los alfajores llegaron volteados y con la azúcar glasé regada. Sin embargo, nosotros siempre tomamos fotos de nuestros productos cuando salen de la cocina, para controlar nuestra calidad. No por ser emprendedores significa que no vamos a ofrecer excelencia, por lo que debemos ser muy cuidadosos.  Si no hubiéramos ofrecido seguimiento y constancia del producto, Bocaditos Rosy se pudo haber ido para abajo”.