Marcos Antil, guatemalteco de corazón, maya, emprendedor tecnológico y migrante fundó en 2004, Xumak, una empresa de tecnología de marketing digital dedicada a integrar plataformas para que empresas multinacionales puedan comunicarse con sus clientes. En 2017, comenzó ‘Café con Causa’, un emprendimiento social para apoyar la educación en lugares alejados del país; y en 2023, creó la plataforma SoyMigrante, con el propósito de reconocer a los migrantes y apoyar a los emprendedores de Guatemala.
De acuerdo con el emprendedor, la mentalidad es clave al momento de emprender, por eso las personas deben comenzar ese recorrido sin pensar en sí tendrá resultado o no, deben mentalizarse que sí lo hará.
“La parte del éxito involucra tener una mentalidad que piense en grande, y en una situación compleja siempre hay un lado positivo, aunque sea difícil de encontrarlo, pero en cualquier situación uno decide elegir qué lado tomar. El emprendimiento no es la excepción”, asevera Antil.
Desde la visión de Marcos Antil, ¿Cuáles son las claves del emprendimiento?
Yo creo que sí debe ser la preparación. Para mi carrera yo sí tuve preparación, fuí programador y estuvé adquiriendo experiencia en esa industria, puede que muchas veces no sea necesario graduarse de la universidad, pero los que tenemos la oportunidad de hacerlo hay que aprovecharlo. Sin embargo, no debe ser una limitación, lo importante es aprovechar el aprendizaje, y la experiencia es la base para eso.
La educación es una buena preparación, por eso pienso que es la forma más asertiva para alcanzar el éxito. Ojo, asertiva, no la única.
Tercero, hacer un plan. Si tienes un plan vas a seguir lineamientos cuando se cruce una barrera que te permitirá alinearte.
Y, por último, tener una visión, seguir innovando y no quedarse conforme. Para estar cinco años delante de alguien más tuviste que haber invertido ese tiempo hace cinco años, por medio de la preparación, hacer el plan, hacer la visión y luego la ejecución. Lo que yo veo en muchas personas es que tienen buenas ideas, pero las ideas no sirven de nada, sino que pasan a planes.
La mayoría de los emprendedores se quedan con la idea. Yo, por ejemplo, no doy espacio a ideas, sólo a ideas en papel, si hiciste eso, ya hiciste el paso más grande. Cuando se pasa a papel la idea, se puede leer la visión y trabajar para que se multiplique, hay que desarrollar este ejercicio con las personas, para que no se queden solo en ideas.
Las ideas las tenemos que ir trabajando, para que se conviertan en realidad y no sólo vivir de ellas.
¿Cómo crees que el emprendimiento te ha hecho ser la persona que eres hoy en día?
Yo creo que me ha enseñado que todo es posible, las cosas que pensaba que no fuesen posible eventualmente lo son. Empecé Xumak en 2004, y cuando vino la crisis financiera en 2008 tuve que dejar ir personas, fue la primera vez que lo hacía porque no podía pagar, y eso a cualquier emprendedor le corta las alas porque estás tratando con personas. Una vez que pasas eso, y me tocó volver a hacerlo en 2017, lo pude enfrentar de manera diferente, lo ves una oportunidad de aprendizaje y es un crecimiento.
Eso es parte del emprendimiento, crecer constantemente. Sabes que puedes pasar, y te cuesta menos levantarte. Lo que hace el emprendedurismo es darte cuenta de que todo es posible, pero si le pones ganas, y lo que yo veo que no hace falta en el país son las ganas.
Yo quiero ser parte de la comunidad, quiero ser parte de ver cómo está Guatemala se puede transformar y veo que es posible.
¿Qué mensaje final te gustaría dejar a los emprendedores?
En ‘Migrante’ (libro) hay una frase que yo utilizó mucho y es que absolutamente todo es posible. Yo nací en una aldea y vengo de una familia muy humilde, por eso los invitó a que lean el libro, porque no importa de donde vengamos, podemos salir adelante y ahora estoy acá. Quizá tu situación fue más difícil que la mía, o quizá no, pero hay que tener una visión y decir que las cosas si pueden ser posibles.
Los sueños pueden hacerse realidad. Sí existe el sueño americano, yo soy resultado de ello, pero también requiere rompimiento de familia y otros sacrificios. Por eso, yo hablo mucho del sueño guatemalteco porque creo que podemos alcanzar ese sueño acá, sin tener que dejar a la familia, sin tener que sacrificarnos para cruzar fronteras.
Quiero invitarlos a soñar en grande, porque nada es imposible.