Mujer maya kaqchikel, con una base de identidad indígena comunitaria, emprendedora y con muchos deseos de apoyar a las mujeres en sus emprendimientos, así es María Tuyuc. La originaria de San Juan Comalapa, Chimaltenango, es una activista que representa a los emprendedores indígenas a nivel mundial.
Una niñez marcada por el conflicto armado interno, que le permitió desarrollar un proceso de aprendizaje sobre la realidad de comunidades, la llevó a participar en movimientos de derechos humanos, seguridad, justicia, pueblos indígenas y mujeres en Guatemala.
Tuyuc tuvo la oportunidad de acompañar a mujeres que han enfrentado violencia en diferentes formas, y a partir de su experiencia, uno de sus descubrimientos fue la relación que muchas veces tiene con la economía.
¿Cómo fue la niñez de María Tuyuc?
Cuando me preguntan es contradictorio porque estábamos en una coyuntura nacional en época de guerras y el conflicto armado que sufrió nuestro país. En ese contexto yo perdí a mi papá, este día (05 de julio), está cumpliendo 41 años de su secuestro -al terminar de relatarlo hace una pausa de unos segundos y continúa-.
Pese ese contexto de persecución, guerra, conflicto armado, yo me considero una niña feliz, tuve la oportunidad de compartir con los niños de la aldea, amistades de la cuadra, salir a jugar, éramos aproximadamente 40 niños jugando. Es increíble como en un contexto de guerra, nosotros desarrollábamos juegos a nivel comunitario.
A pesar de esa conflictividad, ha sido un proceso de aprendizaje que me ha permitido conocer la realidad de las comunidades y tener una motivación personal de sobresalir en mis notas, calificaciones, siempre he tratado de aportar y demostrar que podemos hacer algo por nosotros mismos.
¿En su vida ha tenido algún momento que definiría como un punto de cambio?
Existen cuatro momentos que definiría como un punto de cambio. El primero es cuando sufrí discriminación en uno de los restaurantes de la Ciudad de Guatemala, en el que me impidieron ingresar por tres razones: mi forma de vestir, mi color de piel y utilizar sandalias.
En ese momento me visualicé en mi hija menor y me la imaginé a ella enfrentando una situación similar y me di cuenta de que no podía ser. Inicié un proceso legal y gané con sentencia condenatoria, eso me permitió analizar el tema de la exclusión, racismo y los dos mundos que existen en Guatemala. Lo que yo quería era unir esas dos realidades y aportar para que otras generaciones no vivan lo mismo que yo.
El segundo es haber trabajado como empleada doméstica desde los seis años, y experimentar esa realidad. También el tema de la dependencia económica de las mujeres y que por eso toleren la violencia, fue un aspecto que marcó mi realidad.
El cuarto elemento sería ver cómo desde la experiencia de otros empresarios que han avanzado más que nosotros, creer que se puede y ver que Guatemala no es la excepción, tomar esas historias y conocimientos para ver cómo podemos transformar las realidades. Creo que hay varias realidades que transformaron a María.
¿Cómo se inicia en el emprendimiento?
Crecí en un ambiente empresarial porque vengo de una familia de empresas de textiles que elaboran telar de piel, durante la época del conflicto armado interno hubo una interrupción porque perdimos a varios familiares y tuvimos que suspender. Así es como me involucró a movimientos sociales y de pueblos indígenas.
Luego de acompañar a mujeres que enfrentaban violencia en diferentes formas, muchos casos vienen derivados de la dependencia económica que tienen al esposo y que les obliga a tolerar esa violencia, y encontré un denominador común que es la falta de oportunidades para las mujeres, falta de acceso a educación, posibilidades de salud, y poco trabajo en el tema del ejercicio de derechos económicos.
Conocer historias de empresas indígenas en otros países y unirnos al Foro Mundial de Empresas y Negocios Indígenas, nos impulsó a crear la Red de Empresarios Indígenas en Guatemala.
¿Cómo ha sido ejercer el rol de presidenta en la Red en Guatemala?
Me tocó auto educarme en el tema de emprendimiento para entender el lenguaje y tema de negocios, también el manejo del idioma inglés para tratar con las empresas socias, sin embargo, teníamos claro el objetivo que era generar mayores oportunidades, apoyar a las empresas y emprendimientos indígenas, no perder esa ruta nos ayudó a dirigir lo que proponíamos a nivel mundial y luego aterrizarlas a nivel país.
La motivación principal es apoyar el emprendimiento y actividad económica de las mujeres.
Recientemente el presidente, Alejandro Giammattei, le entregó un reconocimiento, ¿qué representó para usted recibir la orden de excelencia laboral?
Para mí fue una sorpresa, nos habían invitado a un acto público por el esfuerzo de mujeres que generan oportunidades de empleo, y el reconocimiento de alguna manera se representa en mí, pero reconoce el esfuerzo de las mujeres en generar empleo y desarrollo. No fue un reconocimiento solo para María Tuyuc y el trabajo que realiza la red, sino también al trabajo que hacen las mujeres con historias como la mía que han generado diferentes formas de transformación a nivel comunitario o empresarial.
¿Cómo visualiza el ecosistema emprendedor en Guatemala?
A mí me parece que hay una oferta de servicios muy grande, importante y que apoya el crecimiento económico para el país, pero hace falta una articulación de esfuerzo para que en lugar de recibir la capacitación sobre el mismo tema 20 veces, se reciba en una sola ocasión y de mejor calidad.
Pienso que hay un esfuerzo en el tema de la articulación y sobre todo en el fortalecimiento de alianzas, que para mí estás son la unión de esfuerzos para apoyar mejor, acelerar el crecimiento de micro y pequeñas empresas.
¿Cuál es el sueño de María para todas las mujeres de las Américas?
Nosotras como una red de mujeres indígenas empresarias en toda Latinoamérica y Canadá significa unir el esfuerzo de todo un continente que ha enfrentado condiciones y brechas difíciles y que ha demostrado que las mujeres somos capaces de transformar realidades. Nosotros vemos sus luchas frente a conflictos armados, sociales, derechos humanos, derechos de mujeres, hay esfuerzo y liderazgo por parte de ellas.
Si nos enfocamos en el ámbito de desarrollo económico, sueño con que tengan recursos económicos propios con los que sientan libertad de hacer uso de ellos y se refleje en la mejora de condiciones de sus hijos, y que reconozcamos nuestra capacidad.
En el caso de las mujeres indígenas solemos agachar mucho la cabeza porque creemos que no podemos, pero lo que busca la Red es que la levanten, se sientan capaces como todos y que puedan transformar sus realidades a través de una actividad económica.